Hace ya algunos años que en la red hizo su aparición el primer video de un personaje que rápidamente se apoderó de la preferencia de muchos venezolanos y que al mismo tiempo captó la atención del gobierno y de sus seguidores. Como consecuencia, el creador del personaje no pudo continuar haciendo su vida normal en Venezuela y solicitó asilo en los Estados Unidos: Me refiero al “Huno Ratael”.
El padre de la criatura, un muchacho maracucho, no solo es poseedor de las habilidades necesarias para recrear mediante la magia del software y del color un personaje que “retrata” perfectamente al Presidemente venezolano, sino que hasta parecería que posee dotes premonitorias al adelantarse a algunas de las barbaridades que cometió posteriormente el “Jefe de Estado” venezolano, cuando ha querido fungir de matemático al transmitir en cadena nacional que 7 x 8 era igual a 52.
También recoge en sus videos, situaciones expuestas públicamente por el bandido, como el presente video del “Huno Ratael” donde se refiere a los intentos de magnicidio por parte de los oligarcas imperialistas. Como expresión humorística, el personaje es impecable, pero lo que le da otro cariz es la materia que involucra la aparición del mismo en cada video. En este caso, la caricatura no lo es ella en si misma. El “Huno Ratael” puede ser calificada de caricatura en cuanto a su concepción, su estilo y su presentación, pero en cuanto al contenido, es solo la réplica de la verdadera caricatura, como lo son las apariciones en cadena nacional de un personaje de comedia que juega con la vida de todos los venezolanos en cada apresurada decisión que toma encandilado tanto por el poder como por las luces de su equipo técnico de televisión.
En el video que acompaña a este escrito, la tesis del magnicidio a la que el “Huno Ratael” acredita a oligarcas imperialistas intergalácticos, en la vida de caricatura de Hugo Chávez es una constante. Sin embargo, no creo que sean muchos los venezolanos que den crédito a las alharacas presidemenciales. El primero de todos presuntamente “iba a ocurrir” en el estado Bolívar, donde antes de una aparición pública, fue detenida por efectivos de la Casa Militar una persona de quien no se dieron a conocer sus datos personales en posesión de un rifle con mira telescópica. Posteriormente se conoció que era un aficionado a la caza y el famoso rifle no era más que una vieja escopeta. Por supuesto que al presunto magnicida se le dejó en libertad de inmediato.
A partir de ese momento han sido innumerables los “intentos de magnicidio” descubiertos, hasta llegar al enésimo de esta semana que culmina, cuando detienen en Maiquetía a un presunto terrorista que viene a matar a su tocayo de apellido, el salvadoreño Francisco Chávez Abarca, hecho el cual me retrotrae al año 2001, cuando a principios del mes de mayo, en mi oficina de la DIEX, en la cual me desempeñaba como Director Nacional, se presentó el Capitán de Navío Ramón Rodríguez Chacín. Este llevaba en sus manos la solicitud de prórroga de visa de un cubano de nombre Juan Alvaro Rosabal González, con la condición y cédula de Transeúnte Nº 82.281.627. El problema con dicha solicitud era que la visa original de transeúnte le había sido concedida de manera irregular y así constaba en su solicitud y no se encontraba registrada en la DIEX, su número de cédula de identidad se encontraba en el sistema automatizado no obstante que el rango al que pertenecía correspondía a un número “flotante” o inutilizado, es decir, esta persona se encontraba absolutamente ilegal en el país. Por otra parte, su nombre y rostro no pasaron desapercibidos para mi, pudiendo identificarlos como los correspondientes a un individuo que meses antes había aparecido en la televisión denunciando el primer intento de magnicido contra Hugo Chávez.
A tales efectos, presuntamente había sido contratado por la oposición al gobierno, para atentar contra la vida de Hugo Chávez. Algún tiempo más tarde, nuevamente apareció, esta vez presentado por el abogado Ricardo Koesling, esta vez denunciando la penetración cubana en Venezuela por último a finales del año 2000, reaparece, esta vez denunciando que la oposición lo había contratado para que diera tales declaraciones. La pregunta que me hacía era: Por que razón, ahora este individuo está siendo favorecido por quien se autodenominaba comisionado del Presidente? La respuesta me la dio el mismo Rodríguez Chacín, quien señaló mientras sonreía “… Marco, este es un trabajo de Contrainteligencia…”
Casi dos años después, la prensa lo localizó en la ciudad de Maracaibo bajo protección de la DISIP e inclusive fue entrevistado en el 2004 a su salida de la vicepresidencia de la República, donde manifestó se había reunido con José Vicente Rangel. Lo último que supe de él, es que presuntamente había sido asesinado en Caracas. La verdad es que aún vive y escribe su blog en internet http://rosabalcubano.blogspot.com a través del cual se dedica a pedir la ayuda de Chávez para volver a Cuba.
Volviendo al caso actual, me imagino que el gobierno no va a cometer los mismos errores que cometieron en el caso de Rosabal y que el nuevo magnicida frustrado, será deportado al país que lo requiere… a menos que quien lo haya traído sea el gobierno venezolano, así como trajo al tristemente célebre Juan Alvaro Rosabal.