sábado, 28 de noviembre de 2009

Inseguridad Alimentaria.

La gran derrota de Hugo Chávez.

En el año 1997, tal como lo he señalado en algunos de mis artículos anteriores, a lo largo de un año, me correspondió realizar el curso de Altos Estudios para la Defensa Nacional en el IAEDEN. No recuerdo si era el vigésimo séptimo, no por padecer de alguna anomalía relacionada con mi memoria ni tampoco por el paso del tiempo, sino el proceso de olvido voluntario al que he sometido a todos los recuerdos que me vinculen a las Fuerzas Armadas Venezolanas, organización a la que dignamente pertenecí hasta el año 2002 en el que a sabiendas de que las posibilidades de ascenso a General de División eran casi de un 100%, opté por abandonar la seguridad de un ascenso de las manos de Hugo Chávez y de abrazarme a la esperanza de al menos terminar mi carrera militar dignamente, bajo otro gobierno que no fuera el que actualmente subyuga a mi país.

Vale la pena mencionarles, que de aquella época de militar, solo conservo las fotos de los momentos más preciados y si de objetos se trata, antes de salir de Venezuela regalé a algunos oficiales subalternos mis condecoraciones, uniformes, soles de general, bastón de mando, etc. Hasta de la espada de General de Brigada me deshice, esa réplica de la espada de El Libertador que Hugo Chávez le obsequia a cuanto tiranuelo, delincuente o mantenido lo visita y que puso en mis manos un maldito día de julio de 1999, solo conservo bien guardados en Venezuela, porque si que son motivo de orgullo para mi, el sable de Sub Teniente y el sable de premio como Alférez Mayor, recibidos del Presidente de la República el 7 de julio de 1976.

Volviendo al curso en el IAEDEN, mi tesis de grado, galardonada con el “Premio Presidente de la República” fue titulada “La Inseguridad Alimentaria y su influencia en la Seguridad y Defensa de Venezuela”. En ella, fui desgranando el flujo de relaciones causales que determinaba la existencia de cinco indicadores de “inseguridad alimentaria” en el país, problema cuya resolución comenzaba por la reducción de las causas y no por la obstinada confrontación de los efectos.

Junto a mi, otros cursantes del antes mencionado curso también se pasaron la gran parte del año trabajando en su respectivas tesis, hasta que llegó el momento de la exposición de cada una de las tesis. Como dato coincidente y para los que prestaron atención a las exposiciones, el 80% de las causas de todos los problemas planteados eran comunes y el monstruo generador de todas estas estaba ubicado en el gobierno (los gobernantes y las instituciones) y en su relación con el pueblo venezolano.

Recuerdo que la primera de todas y que se presentó en todas las tesis como uno de los nudos críticos era la del “clientelismo político”, esa que generaba a su vez una sucesión de calamidades de las que sacaba provecho un sector muy pequeño de parásitos políticos hambrientos de dinero y que perjudicaba a la inmensa mayoría de los venezolanos que vivían por cierto en esos años de espaldas a la política, refugiados en medio de la bondades que le brindaba el vivir en el mejor país del mundo, gracias a su gente y a la bondadosa naturaleza.

Sin pretender imbuirlos en los detalles de mi tesis, les resumo en pocas líneas cuales eran los indicadores que una vez medidos, disparaban las alarmas sobre el deterioro de la alimentación de los venezolanos y como el gobierno, que era quien debía actuar para solucionar el problema, era el causante principal del mismo.

Tales indicadores eran: La DISPONIBILIDAD de alimentos o la oferta de alimentos en un momento dado, provenga esta de la producción nacional o de las importaciones, la ACCESIBILIDAD o la capacidad de adquirir alimentos, y esto viene a ser determinado principalmente por el poder de compra de alimentos, la ESTABILIDAD o garantía de mantenimiento de las actividades productivas, con precios remunerativos, por un periodo largo, la SUFICIENCIA alimentaria o la cobertura de los niveles de calorías diarias requeridas por los venezolanos y por último, la INDEPENDENCIA alimentaria, concepto según el cual un país soberano en materia alimentaria debe ser capaz, como mínimo, de producir el 75% de los alimentos que consume.

Recordando las jornadas académicas y comparando el gobierno de turno, que era el nefasto Rafael Caldera, con la situación que vivía el país, la situación que analizaba para aquel entonces me parecía caótica y desesperanzadora, pero lo que vive actualmente mi país es mayor y más decepcionante. Para aquellos días, el gobierno tenía programas como la Beca Alimentaria y el Programa Alimentaria Materno Infantil (PAMI), heredados del gobierno no menos malo de Carlos Andrés Pérez y los nuevos implementados a la sombra del Plan de Recuperación Social que impulsó la “Agenda Venezuela”, que básicamente mantuvo los programas sociales vigentes, con pocas modificaciones e implementó el Programa de Alimentos Estratégicos (PROAL) para subsidiar al consumidor de bajos recursos el costo de siete alimentos básicos, junto con un masivo Programa de Alimentación Escolar (PAE). Estos programas de alguna forma contribuían a suavizar los efectos de la pobreza, pero un barril de petróleo a SIETE DOLARES atentaba contra toda posibilidad de que la situación mejorara.

No obstante, llegó el año 1999, año en que se inició el primer mandato del Presidemente Chávez y con su elocuencia llegó su demencia. Los cazadores de dinero no podían tener mejores y mayores oportunidades que antes y así se inició la etapa más sombría de toda la historia de la corrupción en Venezuela, en la que por un lado subía el petróleo y por el otro el derroche y la corrupción.

Como consecuencia de la locura de gobierno que oprime a los venezolanos, aunque el Presidemente se llene la boca cada vez que declara que “el país está asegurando su independencia alimentaria, el gobierno ha establecido metas de exportación para ayudar a otras naciones vecinas”, o crea fondos, propone planes continentales de seguridad alimentaria o critica a los venezolanos por gordos, etc su gestión quedará marcada como la que perdió la oportunidad de asegurar para siempre la seguridad alimentaria de su pueblo. Veamos en un cortísimo resumen, por que:

La ACCESIBILIDAD ALIMENTARIA o la capacidad de adquirir alimentos, es el único indicador que honestamente debo señalar que no ha empeorado al nivel de los demás, gracias al aumento de los precios del petróleo y a la oferta de productos de menor calidad a los acostumbrados y por ende de menor precio. Además, como iba a empeorar, si en el año en que elaboré mi tesis de grado, el precio del barril de petróleo bajó de los 10 dólares hasta ubicarse en 7 dólares y durante todo su gobierno, tal promedio ha sido superado por lo menos cinco veces. Aun así, el poder adquisitivo de los venezolanos se ha ido deteriorando cada día más. Tanto la Canasta Alimentaria como el valor de la Cesta Básica, se aleja cada día más del bolsillo y de las mesas de los venezolanos.

La SUFICIENCIA ALIMENTARIA vista como la cobertura de los niveles de calorías diarias requeridas por los venezolanos, para 1997 nos colocaba por debajo de las 1400 calorías diarias. A manera de chiste quiero referirles que hace exactamente un año y dos meses, una chapista ofrecía las insólitas declaraciones siguientes “La presidenta del Instituto Nacional de Nutrición, Marilyn Di Luzca, señaló que el país se encuentra por encima de los niveles de suficiencia alimentaria con casi 3 mil kilocalorías por día”. Tomando en cuenta que 1 Kilocaloría es igual a 1.000 calorías, esta funcionaria del régimen estaba afirmando que el nivel de suficiencia alimentaria en el país era nada más y nada menos de 3 millones de calorías diarias. Sería ella misma quien le informó al Presidemente de los chavistas, que los venezolanos estaban muy gordos? No es mentira, pueden verlo en los siguientes enlaces http://www.alimentacion.enfasis.com/notas/10603-Desciende-la-desnutrici%C3%B3n-en-el-pa%C3%ADs o en http://www.globovision.com/news.php?nid=99976 . El hecho, es que sospecho que los niveles de suficiencia alimentaria, que siempre van de la mano con los demás, pueden haber descendido, siguiendo la trayectoria en esa dirección establecida en 1997.

La DISPONIBILIDAD ALIMENTARIA o la oferta de alimentos nacionales o importados ha llegado a niveles nunca conocidos en el país, donde el desabastecimiento es mayor que nunca. Las importaciones masivas de ciertos rubros solo se dan como mecanismo necesario para enriquecer a los Boliburgueses, a quienes no les importa siquiera que se descompongan o se pierdan en los puertos. Al final, el objetivo que debieran perseguir las importaciones no se cumplen, porque lo que ingresa a los locales de mercal, entra en otra red delincuencial que es la del acaparamiento y la especulación por bandas de “hormigas” que diluyen las enormes cantidades de productos que llegan a las redes de distribución. La producción nacional ha descendido a niveles impresionantes lo que ha ocasionado que actualmente se importe aproximadamente el 75% de lo que consumimos los venezolanos.

La INDEPENDENCIA ALIMENTARIA es totalmente inexistente, tal como les indiqué en el párrafo anterior. Los parámetros se encuentran totalmente invertidos. Si un pais que produce el 75% o más de los alimentos que consume es considerado independiente desde el punto de vista alimentario, como podríamos catalogar a Venezuela, donde lo que ocurre es exactamente lo contrario. Hugo Chávez a convertido a Venezuela en un país dependiente alimentariamente y lo más increíble aún, es que la tendencia es a aumentar dicha dependencia debido a que la producción nacional es cada vez menor. Aún así vive hablando de guerras en todos los aspectos, sin darse cuenta que el inventario de los alimentos que consumimos los venezolanos está en el exterior y no dentro de nuestras fronteras.

La ESTABILIDAD ALIMENTARIA o garantía de mantenimiento de las actividades productivas, con precios remunerativos, por un periodo largo… No parece un concepto asociado con Venezuela, donde la actividad productiva está siendo aniquilada, los precios remunerativos se mueren con la inversión privada y el período largo actúa a la inversa en la ecuación por cuanto es un período con efectos negativos, por lo que la estabilidad alimentaria iría en declive. Quieren hechos que respalde esta afirmación? Donde se está produciendo uno de los productos mundialmente conocidos por su presencia en la cocina venezolana, la Harina P.A.N.? Que está ocurriendo con las arroceras o con la producción de café?

Hoy, en Noticiero digital pude ver la siguiente foto y leer: “El sistema de propaganda chavista cada día se asemeja más al cubano de los hermanos Castro. En el empaque del kilo de azúcar que vende Pdval se destacan tres frases: Seguridad alimentaria, soberanía alimentaria e importado. Ese kilo de azucar no es producido por alguna cooperativa, empresa o grupo venezolano. Ni la tinta de ese empaque. Ni la máquina empacadora. Lo único producido acá es la voluntad de engañar al pueblo.”

domingo, 22 de noviembre de 2009

Páramo de El Tamá.

Que cuida el gobierno con tanto celo?

El 3 de septiembre de este año, el gobernador del Estado Táchira, César Pérez Vivas, realizó una denuncia que en cualquier país o en la misma Venezuela, bajo cualquier gobierno que no fuera el forajido que usurpa las funciones del poder ejecutivo actual, estremecería las bases de la seguridad nacional y haría que saltaran todos los resortes legales en la búsqueda de la verdad o la falsedad en las palabras del mandatario regional “Fuerzas irregulares colombianas están acampadas en las inmediaciones del parque nacional El Tamá

En el mismo acto, señaló que "Grupos del ELN, las FARC, FBL y paramilitares atacan desde sus campamentos en el páramo El Tamá a los habitantes de los municipios Junín y Rafael Urdaneta, y así lo denuncio ante el país", dijo el gobernador. El gobernador se extendió en su comentario y agregó que en su opinión la ruptura de las relaciones con Colombia tienen como pretexto las bases norteamericanas que operarán próximamente en ese país, pero realmente "el Gobierno lo que hace es insistir en su intento de proteger a las FARC. El verdadero objetivo de este conflicto es seguir amparando y darle aliento al terrorismo que masacra al pueblo colombiano".

Muchas personas con afinidad política o personal al gobernador, seguramente dieron crédito a sus palabras; otras que rechazan de plano al gobierno del Presidemente Hugo Chávez de manera automática prefirieron mantener silencio ante sus declaraciones aún cuando no les dieran crédito. Por su parte, los incrédulos, los ausentes de la realidad y los adeptos al proceso que devora a Venezuela, consideraron que era una más de las formas de atacar al autoimpuesto líder de la “Revolución Bolivariana”. Pero para todos ellos, cualquiera que fuera su posición frente a las revelaciones de Pérez Vivas, la situación no era sino un evento más dentro de la vertiginosa sucesión de sucesos a las que tiene acostumbrado el director mediático del país a todos sus gobernados.

Quienes tenemos acceso a la información diaria en los aspectos políticos, económicos, sociales y militares de nuestro país no podemos dejar de preocuparnos por una denuncia y más que denuncia, acusación de tal naturaleza, sin embargo, aislados como lo estamos de la justicia y conscientes de la esencia delictual de la cual revisten los actos de gobierno derivados de una anacrónica tendencia política y de una irreal percepción de la situación nacional, hemisférica y mundial, el único recurso que nos queda es el de servir de fuente de difusión a las angustiadas palabras del gobernador del estado fronterizo de mayor actividad e intercambio cultural, social y económico con el hermano país de Colombia, no como respuesta de solidaridad automática sino como producto del análisis de una situación que ha venido agravándose desde el año 2001, cuando el ELN y las FARC irrumpieron actores en el escenario político venezolano, luego de su paso sangriento por el escenario militar venezolano.

Las denuncias del gobernador tienen su fundamento en el elevado grado de penetración de los grupos guerrilleros en el corazón de su jurisdicción, de la cual existen numerosos, graves, documentados, públicos y notorios antecedentes y hechos e igualmente en indicadores actuales que sugerirían que se acerca el momento en que el gobierno descubra ante el mundo sus verdaderas intenciones que se derivan de un plan de dominación continental, en la que peligrosas potencias económicas, militares y religiosas extranjeras utilizarían a nuestro país como cabecera de playa para posteriormente lanzarse sobre América Latina y Norteamérica.

Quienes sin necesidad de análisis alguno ven hacia donde va la realidad que les rodea son los humildes campesinos de los municipios Junín y Urdaneta del estado Táchira, quienes en los últimos años han tenido que acostumbrarse a sostener en su territorio a grupos irregulares colombianos y a ser testigos silentes de la vinculación de las FBL, las FARC y el ELN con cuerpos de seguridad del Estado como la DISIP y el DIM y con unidades de las Fuerzas Armadas Nacionales.

Si, es cierto lo que denuncia el gobernador César Pérez Vivas sobre la presencia de irregulares colombianos en su región, pero tal verdad no es como la percibe la mayoría de los venezolanos. Los locales la perciben como una presencia peligrosa, pero su experiencia se reduce a sus cruces en veredas, las inesperadas visitas a sus casas o los “castigos” por violar las leyes de la guerrilla en la zona, castigos los cuales van desde amonestaciones hasta la privación de la vida. Pero últimamente, la paranoia gubernamental sobre la presencia paramilitar ha comenzado a generar en los elementos de la guerrilla una conducta extremadamente peligrosa para la población civil, especialmente para aquella de origen colombiano. Los jefes guerrilleros no se sienten seguros en Venezuela y tampoco sus hombres.

Una verdadera guerra asimétrica se acerca a nuestras aldeas y nuestros caseríos. Mientras la guerrilla en Venezuela se encuentra “inactiva” militarmente y en fase de descanso bajo el control operativo de sus comandantes, infiltrados paramilitares los siguen de cerca proporcionando información acerca de su ubicación y magnitud de sus fuerzas y para hacerlo, se mezclan con la población civil. Por esa razón, los cuerpos de inteligencia venezolanos han cometido algunos errores en el momento de señalarle los blancos a la guerrilla, como sucedió con los infortunados miembros del equipo de futbol “Los Maniceros” y con otras personas que han sido asesinadas bajo la presunción de que podrían pertenecer a las filas de los archienemigos de las FARC y el ELN. A que podría temer la guerrilla si todos los asesinados, aun cuando fueron señalados públicamente como paramilitares por el gobierno después de muertos, no portaban armas y ni siquiera al día de hoy ha aparecido una prueba de que las hubieran tenido.

El gobierno venezolano con todas sus acciones se ha incriminado a si mismo en su juego de protección a la guerrilla colombiana. Como lo dije antes, existen numerosos hechos que así lo indican y las zonas en las que hospitalariamente acoge a los irregulares ya han sido señaladas y el parque nacional Páramo de El Tamá es una de ellas, seleccionada por su enorme capacidad de abrigo y encubrimiento, sus prominentes ventajas tácticas sobre el territorio colombiano y por su corta distancia de la línea fronteriza, algo así como lo que representó la Sierra Maestra para Fidel Castro en su lucha contra el gobierno de Batista en Cuba.

Con una extensión total es de 139.000 hectáreas y con vías de acceso desde Colombia Ragonvalia y Herran, al igual que San Antonio del Táchira y desde poblaciones del interior del Estado vía Rubio, Capacho, El Mirador, constituye un excelente lugar para esconder personal, armas y municiones, manteniendo un privilegiado control sobre todas las vías de acceso, en las que además existen puntos de control de la Guardia Nacional. Al férreo control para ingresar al Páramo del Tamá solo escapan trochas y caminos que aunque datan de hace muchos años, que la comodidad de las vías de comunicación asfaltadas han conducido al desuso, mas no al abandono por parte de quienes por cualquier motivo desean ocultar sus movimientos, llámense contrabandistas, narcotraficantes, guerrilleros, inmigrantes ilegales o paramilitares.

No obstante el control que ejerce la Guardia Nacional, el mismo ha sido reforzado por el Teatro de Operaciones Nº 2 con sede en La Fria, al cual los helicópteros del Ejército le permiten un alto grado de cobertura en toda la zona fronteriza y una velocidad de respuesta adecuada a la situación táctica de la zona, no obstante, temen a un enemigo cuyo modus operandi podría poner en peligro la relativa seguridad que el páramo de El Tamá le brinda a la guerrilla colombiana y a las FBL venezolanas: Y la rueda de las circunstancias nos lleva nuevamente a los Paramilitares.

Ese temor de los grupos irregulares es el mismo temor que siente el gobierno, pero la respuesta al miedo no puede ser igual, por lo que este binomio requiere que cada uno de ellos actúe de acuerdo a sus posibilidades o a sus capacidades, los primeros asesinando a sangre fría a todo aquel que sea, pueda ser, parezca o sea señalado de Paramilitar, mientras que el segundo hace su guerra escudado en rebuscadas excusas como la defensa de la Soberanía Nacional, el combate al narcotráfico, o la lucha contra el terrorismo y en ese contexto ya tenemos definido su método: Volando puentes artesanales o pasarelas como el Chícaro y Las Naves, informando sobre la ubicación o identidad de presuntos paramilitares a las unidades guerrilleras, deteniendo a colombianos habitantes de la zona anteponiendo las razones de Seguridad Nacional antes que las migratorias, aniquilando el comercio fronterizo, maltratando a los habitantes de la frontera, permitiendo el secuestro y la extorsión de los venezolanos, protegiendo la actividad de narcotráfico vinculada a la guerrilla y atacando a la vinculada al paramilitarismo, aportando soporte logístico y financiero a los grupos guerrilleros y a sus jefes, involucrando en ello a las Fuerzas Armadas, cuerpos de seguridad y organismos de inteligencia.

El páramo de El Tamá no es el único nicho guerrillero, los estados Mérida, Táchira, Zulia, Barinas y Apure están plagados de “zonas de alivio” de la guerrilla. El Tamá es solo la punta del iceberg. Las serranías tachirenses son testigos de los vuelos de los helicópteros militares en actividad proselitista del PSUV y del apoyo logístico a los irregulares. Los puentes volados están a 20 kilómetros al suroeste del lugar donde se precipitara a tierrra por causas no divulgadas, el MI-17 donde murió el comandante del Teatro de Operaciones Nº 2 recién nombrado, el General del Ejército Faneitte, presuntamente en compañía del jefe guerrillero Ivan Marquez, San Vicente de la Revancha, el sitio donde se reunía el Ex gobernador Ronald Blanco La Cruz con la guerrilla, igualmente a 30 Kilómetros al oeste del lugar donde fueron secuestrados los integrantes del infortunado equipo de futbol Los Maniceros. Y saben que hay en medio de esos tres puntos, que conforman un triángulo comparable al de las Bermudas? El páramo de El Tamá.

Los voceros del gobierno perdieron la brújula. Por complacer a su patrón ni siquiera mencionan la palabra guerrilla, para ellos solo existe un enemigo dentro de Venezuela además de la oposición, los paramilitares. Que lejos estábamos de imaginarnos que la treta de los “paracachitos” de la finca Daktari era solo el ensayo de una tenebrosa estratagema de la mente enferma de unos cuantos locos en un conciliábulo supuestamente de izquierda, en cuyo desarrollo la sangre de venezolanos y colombianos ya ha llegado hasta los recintos de Miraflores.

El destino del país es cada vez mas incierto y en la locura que arrastra cada vez más al aparato gubernamental a la debacle, una población de colombianos inermes se enfrentan a los carniceros de siempre sin ninguna esperanza. Escaparon de su país, pero la mala suerte roja los esperaba en Venezuela para entregarlos a sus martirizadores, mientras que el gobierno de su país incapaz de protegerlos antes, ahora menos puede hacer para aliviar su triste destino. Por su parte, los venezolanos están aprendiendo la lección sobre lo que nunca más volverán a hacer cuando tengan en sus manos la posibilidad del voto responsable.

Los próximos meses serán decisivos para el destino de Venezuela y los venezolanos tendremos la oportunidad de saber que es lo que el gobierno trata de proteger en el Paramo de El Tamá y en otros tantos lugares, donde el monstruo colombiano se mudó para recuperar sus fuerzas.

domingo, 15 de noviembre de 2009

La cara del miedo.

Su eterna compañera la cobardía no lo abandona.

Hoy esperé hasta el último momento, antes de escribir mi artículo, seguro como estaba de la reacción del Presidemente de mi país luego de los resultados del proceso interno del PSUV, partido en el que presuntamente se encuentran inscritos unos 2.450.377 venezolanos. Esta cifra procede de los 2.200.000 empleados públicos existente en el país, incluyendo las Fuerzas Armadas y de aproximadamente 1.000.000 de personas que se benefician de las misiones del gobierno.

Partiendo de estas cifras, ya comenzó mal el gobierno, pues al tener inscritos en su partido solo al 76% de ese voto cautivo, refleja una gran debilidad para atraer a los venezolanos e igualmente, la “viveza” criolla representada por quienes le hacen creer al gobierno que le son incondicionales. Será que ni el Presidemente ni su corte de “jala mecates” nunca sacaron esta cuenta? Pues pareciera que no y que cuando acertaron a sacarla fue hoy cuando vieron sus centros de votación vacíos y por esa razón sus caras tan largas y la insistencia de Chávez en referirse su desgastada cantaleta de las “bases norteamericanas en Colombia”.

De acuerdo a las informaciones que van llegando de Venezuela por vías extraoficiales, porque el silencio de los voceros del gobierno es sepulcral, el Presidemente debe estar sintiendo los efectos del “apagón” que hoy le obsequiaron sus seguidores.

Pero mi objetivo al esperar el desarrollo de la jornada de hoy no era el de reseñar lo ocurrido, ni el de especular cuantos desorientados fueron a votar por tal o cual delegado. No, la ocasión es propicia para analizar las consecuencias de la reacción del pobre diablo que habita en Miraflores y La Casona, ante los efectos que le producirá el conocimiento de los niveles de participación de sus seguidores en la actividad preparada por el CNE para el día de hoy.

Sus apariciones durante el día ya denotaban un apreciable estado de confusión y en medio de la misma, el enfermizo empeño en aferrarse a su “cantaleta favorita” como salvavidas ante la posibilidad de sufrir de los ya conocidos ataques de locura presidencial. La instalación de personal y recursos norteamericanos en bases militares colombianas terminó por desquiciar a Chávez. Se siente impotente, presionado, mas espiado que nunca, asediado y mientras estas impresiones van haciendo mella en su psiquis, otro monstruo comienza a asediarlo desde el interior de su entorno, poco a poco va perdiendo el control del país, de su gente y allí radica su temor en el día de hoy, siente que está dejando de influir en sus seguidores. La concentración de la semana que concluye le dejó un mal sabor. Muy poca gente, muy pequeño auditorio para el trascendental anuncio que hizo. Su anuncio de guerra lo hizo rodeado del ejército de milicianos más pequeño del planeta.

A Chávez se le están cerrando los caminos antes de lo previsto. Se siente sin poder de combate para hacerle la guerra a Colombia y sin el poder de votos para enfrentar a la oposición más débil y desarticulada que se ha atravesado en su camino. Para colmo, Obama sigue ignorándolo y él se siente reprimido al no poder insultarlo como lo hizo con Bush, error que tal vez no cometa, por la permanente y tozuda insistencia de sus asesores políticos, aunque yo dudo que logre contenerse. Uno de estos días estallará. El precio del petróleo no termina de subir y la producción baja, Zelaya no vuelve, el acuerdo USA-Colombia no tiene retroceso, la situación interna de Cuba lo preocupa mucho, los paramilitares no se ven por ninguna parte, las FARC y el ELN en cuanto ingresan a Colombia son repelidos y tienen que volver a internarse en Venezuela, los ministros y vice ministros cada día se alejan más de sus obligaciones, ya no puede controlar a sus corruptos, se siente desprotegido por su seguridad y su paranoia lo atormenta, las Fuerzas Armadas están en su peor momento en cuanto a “Apresto Operacional”, las milicias no terminan de conformarse, en fin, sus propios demonios lo están acosando y está al borde del colapso. Poco a poco ha ido descubriendo las mentiras que lo rodean y siente que ha perdido mucho terreno.

Recientemente el politólogo francés Pascal Boniface, director del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas de París, sostuvo “Sus declaraciones son provocadoras pero inútiles. No veo en qué escenario Chávez podría entrar en una guerra con Colombia. No solo sería derrotado sino perdería el poder“, expresó Boniface en la capital paraguaya, donde el fin de semana pronunció una conferencia titulada “Los muros de ayer, hoy y mañana” con motivo del 20 aniversario de la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre. En una hipótesis de guerra, “Estados Unidos y otros países latinoamericanos irían a ayudar a Colombia. Cuando alguien provoca como Chávez lo hace, lo mejor es no hacerle caso. Si le hacemos caso le estamos haciendo un favor”, aseguró el politólogo.

Otra óptica contrapuesta a la de Boniface, aparece reseñada en la revista Semana de hoy domingo. Dicho medio, en un extenso reportaje “Que tan loco está”, señala: “Líderes como Chávez, que tienen rasgos de megalomanía y paranoia, llegan a tomar decisiones que no sólo van en contravía de lo racional y lo lógico, sino a veces de sus propios intereses. Adolfo Hitler, cuando estaba ganándoles la guerra a Francia e Inglaterra, decidió atacar a la Unión Soviética al abrir un segundo frente, cometiendo el mismo error garrafal que Napoleón Bonaparte un siglo y medio atrás. Como si fuera poco, cuando los japoneses atacaron Pearl Harbor y Estados Unidos les declaró la guerra, el dictador alemán, que no tenía velas en ese entierro, decidió declararle la guerra unilateralmente a Estados Unidos, para aquel entonces la potencia militar más poderosa del mundo. La consecuencia de esas dos barbaridades fue la destrucción de Alemania cuatro años más tarde y su suicidio en el búnker de Berlín.”

Es posible que a Hugo Chávez le ocurra lo mismo que a Hitler y se atreva a ordenar la materialización de alguna de sus amenazas, pero la realidad se encargará de volver las aguas a su cauce, sin embargo en medio de tal estado de locura es posible que vuelva su furia contra sus propios ciudadanos y especialmente contra los gobernadores de oposición, lo que marcará por mostrar al mundo su viraje hacia la dictadura absoluta.

Afortunadamente para los venezolanos, tanto escándalo y tanta verborrea por parte del Presidemente de los venezolanos terminó por atraer la atención de los racionales del mundo. En el mismo artículo de la revista semana, que estoy seguro arrancará unos cuantos piropos del incómodo Hugo, se señala que “Para hacer una interpretación sobre el riesgo que representa Chávez, es útil revisar los análisis de su personalidad contenidos en biografías, perfiles y estudios que se han publicado sobre él. Dos libros han intentado profundizar sobre el tema: Hugo Chávez sin uniforme, de los periodistas venezolanos Cristina Marcano y Alberto Barrera, y El poder y el delirio, del intelectual mexicano Enrique Krauze. También ha incursionado en ese campo el periodista norteamericano Jon Lee Anderson con dos perfiles que publicó en la prestigiosa revista The New Yorker sobre el controvertido líder venezolano, y muchos otros artículos y ensayos.

De la lectura minuciosa de esos documentos la primera conclusión a la que se llega es que sería simplista afirmar que todo lo que está diciendo y haciendo Chávez no es más que una maniobra de distracción para tapar sus problemas internos. Sus biógrafos destacan su denodado apego al poder, su obsesiva pretensión de cambiar el rumbo de la historia, su convicción de ser la reencarnación de Bolívar y Fidel, y su desprecio por la democracia liberal. Dan cuenta de su verborrea provocadora y sus abusos de autoridad. Pero nadie se atreve a pronosticar hasta dónde puede llegar con su proyecto revolucionario. Los rasgos de su personalidad lo hacen impredecible: es ambiguo, delirante, paranoico, manipulador y belicoso.”

Aunado al miedo que corroe las entrañas de Hugo, lo atormenta la impotencia para “castigar” a sus enemigos y en especial a al “traidor” Alvaro Uribe, quien cometió el grave delito de postrar militarmente a las FARC y al ELN y de eliminar por las armas a algunos de sus más connotados comandantes. Eso no se lo perdonará jamás Chávez a su homólogo colombiano. Hasta en la muerte de Marulanda, Chávez ve culpa en las manos de Uribe.

Pero detrás de su tragedia, mas que rabia, impotencia, frustración u odio, se esconde un gran miedo, miedo que se ve en sus labios, en sus ojos, en su acento cubano, en su sudor, en sus manos delatoras de sus accesos de rabia, pero más que todo, en sus palabras. Hugo Chávez se está muriendo de miedo. Se siente más vulnerable que en el año 1992 cuando se rindió sin disparar un solo tiro en medio de una sublevación armada. Si alguien hubiese ordenado que le efectuaran un análisis de trazas de pólvora luego de su “gesta golpista” hubiera quedado registrada para la historia su cobardía en un rotundo “negativo”, porque en ese entonces el miedo lo paralizó y no hizo ni un “tiro al aire”.

La próxima vez que lo vean en televisión, vean su expresión y verán que es todo lo contrario de lo que está diciendo en ese momento. El miedo que siente oculta su odio, así como su acento cubano esconde su origen venezolano. Este que se autodenomina hijo de Bolívar, muy pronto negará a su presunto padre para declararse, sin rubor alguno, hijo de Martí, a pesar de que todos los venezolanos sabemos que es un hijo de …

domingo, 8 de noviembre de 2009

Es Chávez inteligente

Quienes lo crean podrían estar muy equivocados.

De mis tiempos de aspirante y posteriormente de cadete en el Alma Mater de la Guardia Nacional, tengo algunos recuerdos que compartir con ustedes. En 1972, a medida que transcurrían las pruebas que me permitirían definir mi sueño de ingresar a la EFOFAC para iniciar mi servicio al país como militar, no me sentía presionado en ningún sentido, porque de fallar en mi intento, aun me quedaba la opción de la Academia Militar y así se lo manifesté a uno de los Alféreces que nos conducían de un área de pruebas a otra. La respuesta airada de aquel cadete de cuarto año no se hizo esperar; “Nuevo, usted está loco? Aquí hay cadetes integrales y los de allá solo son enérgicos, pero brutos”.

Quiso el destino que fuera la EFOFAC la que me acogiera en su seno y allí comenzó a rodar la película de mi vida. A medida que transcurrían los días, comencé a observar algunos eventos que me hicieron dudar de lo impoluto del sistema de selección y de las reglas de permanencia en el instituto: Diariamente se agregaba al Batallón de Cadetes algún nuevo integrante, entre los que se encontraban algunos que habían sido rechazados en las pruebas aplicadas a los aspirantes, así como cadetes que habían sido expulsados del instituto por no cumplir con los requerimientos académicos o se habían visto incursos en algún tipo de problema que ameritara la expulsión. No pasaba mucho tiempo, para que nos enteráramos de la razón de tal retorno al instituto. Existían dos poderosas razones para que ocurriera tal irregularidad, o el individuo en cuestión era un “excelente atleta” o estaba “palanqueado” por un político, militar, religioso, partido o ricachón “forrado” de dinero. Pero no todos venían del mundo exterior a donde habían sido enviados. Fui testigo de “mudanzas” de la Academia Militar de Venezuela hacia la EFOFAC realizadas a través del largo pasillo que une ambas academias, conocido como “Las Columnatas”, entre las que recuerdo la de mi compañero Manuel Naveda Leira, a quien el Sub Brigadier Manuel Vargas, conocido por los aspirantes como “El Chivo” le increpó “Nuevísimo, y usted por que se vino de la Academia” y Manuel le contestó “Mi Brigadier, porque allá lo que hay son puras bestias”. A mi me llamó mucho la atención este episodio y es tal vez por eso que lo conservo tan fresco en la memoria, porque Manuel venía de hacer el bachillerato en un ambiente muy parecido a la Academia Militar, como lo era el Liceo Militar Jáuregui, en donde se graduó como el primer alumno de su curso y donde su leyenda de arbitrario y buen estudiante perduró por años, por lo que el Ejército parecía ser el mejor ambiente para el desarrollo de su carrera.

La interacción con mis compañeros del ejército a partir de esos años, me demostró que no era la Academia en si la causa de la conocida “brutalidad” de algunos de sus vástagos, sino una actividad en la que se enfrentaban las cuatro escuelas militares cada dos años, los “Juegos Inter-institutos Militares” donde aquellos atletas brutazos literalmente se mataban en el campo para llevar los trofeos a su respectivo instituto y era allí donde le Ejército tenía la balanza a su favor, además de uno que otro truquito concertado con árbitros o jueces.

Entre las figuras brutas y yo creo que ni tan enérgica que tuvo la Academia Militar en esos tiempos, estuvo la de Hugo Chávez Frías, quien a la larga no llegó a estrella del Béisbol ni se cubrió de gloria en ningún juego, que yo recuerde, pero cuya pretendida habilidad para lanzar como pitcher le sirvió para ingresar a la Academia Militar obviando las fallas que presentó en su examen médico, psico-técnico y de cultura general, así como tal vez, gracias a una ayudita de su actual mano derecha José Vicente Rangel, quien dicho sea de paso, también logró colear en el Batallón de Cadetes de la Academia a su hijo el ahora ex alcalde del municipio Sucre, pero que al año siguiente fue dado de baja por “tendencias reñidas con el honor militar”, calificadas por su padre como políticas, pero que en realidad eran de índole personal, las cuales hoy se le conocen muy bien.

De la época a de cadete de Hugo Chávez existen numerosas citas inherentes a su deficiente desempeño militar, cuyos soportes han sido borrados del acervo del instituto, no por instrucciones suyas, sino por el celo de sus generales esbirros cuando les ha correspondido ser directores de la Academia, no obstante, algunas se han podido salvar algunos para evitar que en el futuro su historia cambie como él ha pretendido cambiar la del país.

Una de ellas pondría en evidencia su elevado umbral del miedo, demostrado en el tradicional salto desde la plataforma de 10 metros de la piscina de la Academia, salto que sería el requisito para que los cadetes salieran de vacaciones en Semana Santa, y que se constituyó en el obstáculo para que Chávez se quedara sin tales vacaciones haciendo guardia en la Academia desde el año 1971 al 75. Venezuela lo ha visto montando a caballo, manejando tractores, tanques, etc, pero jamás lo ha visto manejando una lancha, nadando o saltando en paracaídas, a pesar que lo hicieron paracaidista a la fuerza. Pero el detalle más resaltante de sus incapacidades, es el intelectual. Además que llevó a la bancarrota una cantina cuando era capitán, en la oportunidad en que realizó el curso de Estado Mayor salió con las tablas en la cabeza y sus “cuidadores” en el ejército tuvieron que hacer maromas para aprobarle las materias que su escaso intelecto no pudo colocar por arriba de la mínima aprobatoria.

Tal vez algunos reclamarán las pruebas de que su Presidemente es bruto, pero no es necesario hurgar donde tal vez no se encuentren (porque se las “chorearon”) o traer el pasado cierto para desacreditar un presente falso. Además la gente cambia y Chávez ya ha ido aprendiendo algunas cosas, porque tanto va el cántaro al agua, que al fin aprende. Cuando era Presidemente electo, mi amiga Mary Robles tuvo que darle clases concentradas y puntuales de economía para que no declarara barrabasadas a los medios y de verdad que el tipo repite como un loro lo que le dicen, pero cuando entra a jugar su libre albedrío, ahí si que se complica la cosa, porque comienza a “patinar en lo seco”.

Solo basta con prestar atención a lo que dice y hace el actualmente, para que detecten entre líneas su escaso nivel de cultura general, a pesar del incesante bombardeo de información al que es sometido por sus esforzados asesores quienes solo confían en su memoria, como es el caso de Eva Golinguer, quien no cesa de pasarle “tips” de su tierra norteamericana para que los repita durante sus ataques al imperio. Igual ocurre con su capacidad de discernimiento, con su juicio y con la de apreciación de situaciones. El no tiene absolutamente idea de las consecuencias que generará la diarrea de palabras que emite en cada ocasión ni las de sus acciones.

Lo que vemos en el actual Chávez, es lo que temían sus asesores de imagen que se viera durante su última campaña electoral por la Presidencia de la República, cuando a pesar de su propia insistencia, no le permitieron debatir públicamente con Manuel Rosales por temor a que se transformara en un debate callejero y derivara en un intercambio de insultos, donde Rosales era el menos favorecido en cuanto a recursos histriónicos y de oratoria, pero Chávez tenía todas las de perder al ser sometido a la inmensa presión que representa para él establecer un diálogo hostil o últimamente, cuando retó a los intelectuales de la oposición a un debate y luego se las vio negra para recoger su reto y sus palabras. La inteligencia que debería exhibir un Presidente no aparece por ninguna parte cuando de Hugo Chávez se trata y eso podemos evidenciarlo en los siguientes hechos tomados al azar de su “menú” de simples detalles de lo que no debería hacer el primer magistrado de un país. Quedarán para la historia sus desafortunadas anécdotas, tal como ocurrió con el General Juan Vicente Gómez, solo que las de Hugo serán más estruendosas por sus consecuencias.

Como Gramático o Matemático: Conjugar el verbo “adquerir” como lo hizo el Presidemente hace algunos años no fue una demostración de falta de inteligencia sino de ignorancia. Lo que no fue inteligente de su parte fue ponerse a dar clases de gramática sabiendo que esta es una de sus debilidades más evidentes junto con su divorcio de las matemáticas; recuerdan su siete por ocho cincuenta y seis? Su bagaje de cultura general es muy deficiente, lo cual nos recordó en un Aló Presidente cuando sugirió que la especie humana tenía más o menos 20 siglos sobre la faz de la tierra y de acuerdo con un asustado intelectual le dio un estironcito de 5 siglos más, ignorando la existencia de civilizaciones enteras más antiguas.

Como Economista: Como si estuviera hablando para un grupo de llaneros perdidos en la soledad llanera de los esteros de Camaguan, aseguró que frente a la crisis mundial estábamos “blindados” y que le podían “poner el petróleo a cero” que nada pasaría en Venezuela, poniendo nuevamente en evidencia su ignorancia acerca del tema económico, la situación mundial y el posicionamiento de Venezuela en el orbe y lo que es más grave, que en su falsa creencia de la invulnerabilidad de su revolución económica, forzó la aplicación de medidas económicas o mejor dicho la no aplicación de las medidas correctas para enfrentar la crisis económica.

Como Estadista: Esta es la faceta más peligrosa de la múltiple personalidad que ha desarrollado como primer mandatario del país, por cuanto ha invertido totalmente el proceso de toma de decisiones: Primero toma la decisión, generalmente al calor de su programa Aló Presidente, por lo que su entorno no pierde el tiempo en hacerle saber sobre las posibles alternativas de las que disponía, ni cual era la más recomendable o favorable, mucho menos para asesorarlo sobre cuales eran las prioridades que debía tener en cuenta para atender el problema, ni los criterios que debía poner sobre la balanza para tomar la decisión y muchísimo menos la ponderación de cada uno de ellos, por lo que los primeros sorprendidos son quienes tendrán la responsabilidad de actuar como operadores de las soluciones que este “gurú” le administra al país como remedio casero para complicados males.

Luego de tomada la decisión se desata entonces el trajinado y conocido proceso de adecuación de los resultados a lo esperado por el amado líder de los chavistas, lo cual solo se logra con mentiras y con la manipulación de las cifras, luego, la solución dada por “el magnífico” dio los resultados que esperaba si no mejores. Así, ahuyentando a los inversionistas crece la economía del país, cerrando empresas aumenta el empleo, confiscando fincas se dispara la productividad e importando más alimentos se reduce la dependencia alimentaria de los venezolanos.

Como Estratega Militar: En el campo militar la receta aplicada es la misma que para el económico, donde la violación a las reglas de la macro y la microeconomía, dan mejores resultados que su aplicación. En el militar, mundo que menos desconoce este energúmeno, aplica al pie de la letra la fórmula de Fidel Castro para acabar con las Fuerzas Armadas y es donde mejores resultados ha obtenido como producto de las inclinación de la balanza de la justicia institucional hacia la corrupción. Hasta ahora ha conseguido mantenerlas en el máximo estado de sumisión e indefensión, habiéndolas convertido en su herramienta más eficaz para la subyugación del país. Si eficaz ha sido su estilo a las hora de aplicar las reglas de la disciplina y la subordinación violando las reglas del Mando y la Conducción Militar, mucho menos afortunado ha sido cuando en medio de sus diarreas mentales ha tomado decisiones en el ámbito castrense, como la de movilizar diez batallones hacia la frontera, en medio del ataque de pánico que le produjo la incursión colombiana sobre el campamento de Raul Reyes en Ecuador. Su desconocimiento del apresto operacional de las Fuerzas Armadas hizo que ordenara un imposible al Ministro de la Defensa, quien apegado al estilo de toma de decisiones al revés, al final le comunicó que todas las tropas estaban desplegadas y que los rumores contrarios era parte de la guerra mediática de la oposición.

Como Ideólogo: Su momento de climax político como ideólogo llegó cuando logró “imponer” que sus adláteres gritaran a voz en cuello su importado slogan cubano “Socialimo, Patria o Muerte” para contestar distendida y placenteramente “Venceremos”, sin darse cuenta que sus súbditos lo hacen solo para su complacencia y para lograr parte de los mendrugos económicos que les permite tomar a hurtadillas sin darse cuenta que por debajo de la mesa se están llevando el lomito del cerdo. El mayor fracaso en su apostolado por la implantación del Socialismo del Siglo XXI es que ni él mismo sabe de que se trata, mucho menos sus seguidores. En el año 2006 manifestó estar de acuerdo con el humanismo, socialismo, comunismo, islamismo. “Para estar de acuerdo basta que me pongan en primer lugar el ser humano, la vida de un pueblo, la dignidad del hombre” expresó y en ese mismo orden ha ido dando pasos en su viaje hacia su Socialismo particular. Primero se declaró humanista y así llamó a su revolución, luego la llamó Democracia Revolucionaria y la definió como la transición al socialismo en el año 2005, creando el Instituto del Pensamiento del Socialismo del Siglo XXI, del cual, que yo sepa, no se ha vuelto a saber más nada que la noticia de su creación, la cual todavía aparece en diferentes portales web, incluyendo el del Ejército venezolano. Por último, este año ha declarado públicamente que da el viraje hacia el comunismo, por lo que nos queda sino hacer apuestas sobre cuando la declarará Islámica, para lo cual solo falta un Aló Presidente cargado de emotividad y sentimiento anti norteamericano y las circunstancias más oportunas, pero de que llegará el dia, … llegará.

Como Presidente: Difícil campo para un cabeza cuadrada como Chávez. De tanto criticarla, la demagogia se atascó en medio de sus dos lóbulos cerebrales. Allí estriba su mayor fracaso. Ni en sueños se acerca a la sombra del peor de los Presidentes de la Cuarta República. Todos sus logros han sido por la fuerza, por la fuerza del dinero, por la fuerza de la corrupción, por la fuerza de la extorsión, por la fuerza del sometimiento al escarnio público, etc. Hay ilusos que le han atribuido dotes especiales y lo han llamado “monstruo político”, “político instintivo”, cuando en realidad lo que confunden con arrojo es simple y llanamente irresponsabilidad y ambición, lo que algunos ven como sinceridad es ignorancia e hipocresía, lo que interpretan como valentía es falta de juicio, indecencia e inmoralidad. Como político es solo el remedo del Dragón Chino, aquel luchador rudo o “sucio” de los años 60, implacable mientras dominaba a su enemigo y suplicante cuanto estaba perdiendo el combate, simulador ante el árbitro en busca de la menor oportunidad para meter mentol chino en los ojos de su contrincante. Mejor lo hacen sus peores colaboradores cuando el saqueo de los fondos públicos les da tiempo. A quien se le ocurre nombrar ministro de energía a un hombre que se roba la electricidad o quien “le sugiere” a su pueblo que se bañe con una totuma y lo amenace con racionamientos? Ahí tiene el resultado, comenzó el almacenamiento de agua en volúmenes mayores que el despilfarro que se quería evitar, para un racionamiento de dos días se almacena agua para una semana, la cual se cambia por nueva cuando se reestablece el servicio. En su inmenso coeficiente de brutalidad, porque no es la inteligencia que le falta, sino lo contrario que le sobra, en 11 años no se ha dado cuenta que los humildes a los que ha engañado más que al resto de los venezolanos, todavía le llegan sus mensajes y que sus palabras pueden hacerle traerle al país mas desgracias que sus acciones.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Llegaron los paramilitares?

Los operadores de las FARC y el ELN en el gobierno en alerta máxima.

Era el mes de marzo del 2003, cuando el ejército colombiano en persecución de insurrectos de las FARC se encontró con la barrera infranqueable que para ellos representaba la frontera “bolivariana” de Venezuela. El área específica eran las riveras del río de Oro, específicamente el eje La Vaquera-La Escuelita-Frontalia e inmediaciones de la misión indígena Barí de Bokshí en la Sierra de Perijá. Los irregulares colombianos ya se habían enfrentado en la zona con grupos paramilitares y en medio de los enfrentamientos una indefensa población llevó la peor parte, pues dependiendo de quien tuviera el control del territorio, los civiles los apoyaban para tratar de mantenerse con vida y eso no lo perdonaban ninguna de las dos facciones en pugna. Tampoco era un secreto que el ejército colombiano de manera conjunta con elementos paramilitares, mediante un ataque continuo y despiadado, condujeron a la guerrilla a buscar refugio en Venezuela y más que el cobijo territorial, la protección del gobierno del Presidemente Hugo Chávez.

El Comandante de la Guardia Nacional para ese entonces era el General Eugenio Gutierrez Ramos y el Comandante del Teatro de Operaciones Nº 2 con sede en La Fria, era el General William Warrick Blanco, el mismo que en septiembre del año siguiente atribuyó a los paramilitares el atentado en el que murieron cinco militares y una ingeniero de PDVSA y que después se supo con exactitud que los asesinos eran miembros del ELN que confundieron a los venezolanos con paramilitares. Ambos oficiales tenían instrucciones de Hugo Chávez de que sus unidades deberían evitar a toda costa entrar en conflicto con los irregulares que ingresaban a Venezuela por el extremo sur de la sierra de Perijá. Los oficiales superiores y subalternos que se encontraban destacados en el área tenían conocimiento de lo que ocurría del otro lado de la frontera y que amparados en el éxodo de colombianos hacia territorio venezolano tratando de salvar sus vidas ante los continuos enfrentamientos entre el ejército y la guerrilla y entre la guerrilla y los paramilitares, venían elementos de las FARC. Todos lo sabían y había nerviosismo entre los oficiales de mayor antigüedad por la conducta que podrían asumir los oficiales subalternos y la tropa en caso de que se produjera un encuentro no deseado con estos irregulares.

Mientras en Caracas el gobierno acogía la tesis de la guerrilla acerca de que los paramilitares estaban masacrando a los campesinos de la zona, columnas guerrilleras comenzaron a reagruparse en Venezuela y a preparar su reingreso a Colombia por otra zona lo suficientemente alejada de las patrullas militares colombianas y de sus enemigos paramilitares. Para poder hacerlo, tendrían que cubrir un buen trecho por carreteras venezolanas asfaltadas con la colaboración de militares venezolanos. Para evitar inconvenientes, el General Warrick Blanco giró instrucciones a los comandantes de unidades de la guarnición, de que antes de enviar cualquier comisión del servicio, bien fuera militar o policial, terrestre, fluvial o aérea, solicitaran la respectiva autorización del Comando de la Guarnición y suministraran el información acerca del objetivo de la comisión, ruta a utilizar, vehículos, equipos y efectivos.

Esta restricción era particularmente incómoda para la Guardia Nacional, pues su rutina diaria le exigía, como en el caso del Destacamento Nº 32, que se enviara diariamente a la jurisdicción no menos de 7 u 8 comisiones, además de aquellas en casos de emergencia o no previstos, como accidentes de tránsito o alteraciones del orden público. En cuanto a las comisiones nocturnas, las mismas fueron prohibidas y los puntos de control debían ser levantados a las 6 de la tarde. Por su parte el ejército enviaba elementos de tropa en algunas de las comisiones de la Guardia Nacional como “apoyo” y cuando movía sus unidades, lo hacía con permiso del Estado Mayor del Ejército. En fin, era más difícil para las unidades militares su movilización que para cualquier elemento subversivo o delincuencial que operara en la zona. Los casos de abigeato, secuestros, contrabando de gasolina hacia Colombia y de comestibles en cualquier sentido aumentaban sin que las autoridades pudieran ejercer algún tipo de control.

Por esos días, la Guardia Nacional de la zona tuvo conocimiento por transportistas usuarios de las vías que comunicaban las poblaciones de La Fría, El Guayabo y Santa Bárbara del Zulia, de que elementos de la guerrilla colombiana se encontraban en el área y que estaban incluso colocando retenes o puntos de control en plena vía en horas de la noche, por lo que sin avisar al Comando de la Guarnición se enviaron efectivos de civil para procesar la información.

La investigación condujo a la ubicación de un campamento de irregulares en las cercanías de la población de Encontrados, información que le fue transmitida al Comando de la Guarnición. Como respuesta, el comandante del Destacamento Nº 32, recibió la orden de esperar instrucciones del Comando de la Guarnición, el cual a partir de ese momento manejaría la información de inteligencia. Días después llegó la orden de patrullaje: Se organizó una unidad de 100 hombres, 75 soldados y 25 Guardias Nacionales, tres pelotones eran comandados por Sub Tenientes del Ejército y uno por un Teniente de la Guardia Nacional. La unidad conjunta iba a ser comandada por un Mayor de la Guardia quien tenía como auxiliar a un Capitán. Lo que más les extrañó a los oficiales, fue que la zona a la que se les enviaba se encontraba a unos 40 kilómetros mas al oeste del lugar donde había sido detectado el campamento de los irregulares. Al contactar a través de teléfonos celulares a los elementos de inteligencia infiltrados en la zona, éstos confirman que aproximadamente unos 20 hombres mantenían un campamento a orillas del río Catatumbo en las cercanías de Cambural y hacia allá se dirigieron. Tomaron posiciones cerca del lugar señalado por los Guardias Nacionales de civil, quienes los condujeron hasta el sitio antes de anochecer y cuando comenzaba a amanecer atacaron el campamento con granadas y fusiles de asalto sin darles tiempo a defenderse.

Aunque algunos irregulares lograron escapar, en el sitio quedaron 12 cadáveres y 14 fusiles AK-47 y algunas armas cortas. De inmediato se dio aviso al Comando de la Guarnición y cerca de las 10 de la mañana, aparecieron dos helicópteros, en uno de los cuales venía el General Warrick Blanco, quien de inmediato reunió la unidad actuante, ordenó deshacerse de los cadáveres y mandó a guardar el armamento y las municiones de los irregulares en los helicópteros. Por último giró instrucciones acerca de que lo ocurrido allí no podía ser divulgado ni siquiera a los familiares. “Aquí no pasó nada” manifestó a los oficiales de la Guardia y les instruyó para que no se pasara “parte” al comando superior, que él iba a hablar con el Comandante del Destacamento sobre lo acontecido y sobre la investigación que se haría al comandante de la unidad acerca de los motivos por los cuales las instrucciones impartidas no habían sido cumplidas cabalmente. Igualmente les recriminó por no haberse dirigido a la zona que se les había indicado, ubicada en las coordenadas 09º 05’ 54” Latitud Norte y 72º 42’ 00” Longitud Oeste a menos de 10 kilómetros de la frontera con Colombia (En realidad el lugar atacado estaba aproximadamente en la Latitud 09º 04’ 21” y en la Longitud 72º 21’ 85”). Bastante molesto, pero con evidentes señales de nerviosismo, dio instrucciones a los oficiales del Ejército para que volvieran a la brevedad a La Fría, subió a su helicóptero y se alejó del lugar.

La molestia entre los Guardias Nacionales por el hecho de haber sido recriminados en vez de felicitados luego de haber arriesgado sus vidas generó frutos posteriormente. Su conocimiento de la zona, con la cual la mayoría de ellos estaban familiarizados desde hace años, les permitió recoger información valiosa con posterioridad a los hechos. Así, pudieron conocer que debido al conflicto en el otro lado de la frontera, una columna paramilitar había entrado a territorio venezolano en persecución de algunos irregulares que se habían internado por las inmediaciones del Catatumbo. Los elementos de la guerrilla estaban conscientes de la posibilidad de ser alcanzados y penetraron más al occidente de la carretera Panamericana y de alguna manera pidieron protección al Teatro de Operaciones, al tiempo que le proporcionaron la posible ubicación de los paramilitares. El objetivo entregado a la unidad conjunta de cien hombres eran los paramilitares, no los guerrilleros, solo que la suspicacia y la experiencia de la Guardia Nacional se impuso sobre el ciego cumplimiento de las instrucciones por parte del Ejército. Cuando les entregaron unas coordenadas que los llevarían a un lugar bastante distante del sitio donde tenían la certeza que se encontraba el enemigo, no dudaron en cumplir con su deber y se dirigieron a donde debían hacerlo. Una vez allí, confiando en la información entregada por sus compañeros, atacaron sin dar a tiempo a defensa o posibilidad de rendición de unos sediciosos que de ser capturados en pocos días estarían nuevamente empuñando las armas.

Al tener conocimiento de estos hechos visité al Comandante General de la Guardia Nacional, el General Gutierrez Ramos, a quien le pregunté que sabía al respecto, obteniendo como respuesta la que yo esperaba, “yo no tengo conocimiento de nada de eso”. Al insistir sobre el tema, lo único que acertó a decir fue “ah, ya se quien es el que te está informando”. Lo que venía a continuación ya era predecible, aunque no había llegado el mes de agosto, mes de cambios o transferencias en la Guardia Nacional, a la mayoría de los oficiales del Destacamento Nº 32 se les cambio del Estado Zulia y fueron dispersados por todo el país.

Este relato que les he hecho, constituye un hito referencial bastante importante para entender por que a los chavistas les causa escozor el término “paramilitar” y el motivo no es otro que el reconocimiento de que en ellos estaría su más terrible enemigo. Igualmente, les ayudará a entender las razones por las cuales el gobierno ve paramilitares en todas partes y como, en nombre de una lucha a muerte en “defensa de nuestra soberanía”, ellos no reparará en acabar con las vidas de humildes colombianos que con filiación o no con estos grupos, tarde o temprano terminarán asesinados en “un enfrentamiento” o marcado con una “p” de paraco por el G2 cubano, la DISIP o el DIM, para que sus aliados, las FARC o el ELN acaben con sus vidas después de martirizarlos al tratar de arrancarle las confesiones que quieren oir.

Al abrir las puertas de Venezuela a la guerrilla, el gobierno le dio entrada libre a sus secuelas. Con el ELN, cuyo vínculo con el Capitán Rodríguez Chacín es el más fuerte, vinieron las FARC, los paramilitares y la delincuencia común. El resultado es que las situación colombiana fue trasladada a Venezuela con todos sus actores, solo que con un efecto espejo: Todos los enemigos del gobierno colombiano son amigos del venezolano y viceversa.

Los antecedentes de vínculos ideológicos y logísticos son abundantes y conocidos. Hasta ahora el gobierno venezolano no ha capturado en su territorio ni entregado a Colombia un solo cabecilla de la guerrilla, así como tampoco a ningún narcotraficante de importancia vinculado a las FARC o al ELN. Mientras que el Presidemente en uno de sus arrebatos de locura clamó por el reconocimiento internacional de las FARC y el ELN como fuerzas combatientes, le ha declarado la guerra a los paramilitares colombianos, guerra que le conviene en su quijotesca cruzada contra la oposición venezolana, ahora que el argumento del “Golpe de Estado” del 2002 se ha desgastado por el abuso mediático gubernamental. En tal sentido, lo que les espera a los venezolanos es una ración super concentrada de paranoia paramilitar, para la cual el terreno ha venido abonándose desde comienzos del año 2003, cuando el gobierno detectó que grupos adversos a las FARC les venían pisando los talones. Desde entonces surgió la idea de crearle a dichos grupos un motivo para convertirlos en enemigos “Express” del gobierno y que otro que el de asociarlos a la oposición en una conspiración magnicida.

El primer intento con relativo éxito mediático fueron los paramilitares de la finca Daktari, quienes ingresaron al tribunal militar como feroces asesinos y terroristas, y por obra de la verdad expuesta en el juicio salieron como indefensos trabajadores informales secuestrados en una finca por al menos cinco paisanos suyos, quienes a su vez fueron transmutados por el la Fiscalía, de secuestradores y autores de un asesinato, en testigos arrepentidos premiados no solo con su libertad, sino con la protección de la DISIP y con estatus migratorio legal en el país.

Entre ese primer teatro bufo y el actual por traer a la fuerza el fenómeno paramilitar a Venezuela se han producido muchos más fallidos, como el de los paramilitares que se entrenaban en la finca del Ex Diputado Ismael García. Toda la madeja de intentos de magnicidios, invasiones, espionaje, etc ha derivado en la situación actual, en la que el gobierno ha dejado, como dicen vulgarmente, “las nalga por fuera”. El episodio que pone en tal trance al gobierno de Hugo Chávez es el tristemente ocurrido en la localidad de El Chururú en el Estado Táchira.

Un grupo claramente definido como de la guerrilla colombiana secuestra y asesina a otro grupo que se encontraba jugando futbol porque presume que son paramilitares y ahora los voceros gubernamentales, los jefes policiales, ministros y hoy, el Vicepresidente del país, anuncian que “si eran paramilitares”, como si tal condición fuera eximente de culpa para sus secuestradores y asesinos. Los investigadores, en vez de tratar de identificar y capturar a los asesinos se dieron a la tarea de investigar a los asesinados para determinar si eran o no asesinables.

Por otra parte, como el gobierno no da puntada sin dedal, ejecutando labores de espionaje en Colombia, obtuvo documentos oficiales que demostrarían que el gobierno de ese país tenía la nariz metida en “nuestros asuntos”, al tratar de determinar como el gobierno chavista protege a los forajidos de la guerrilla colombiana en su territorio y cándidamente, para hacer aparecer milagrosamente dichos documentos en Venezuela, anuncia que ha detenido a tres espías del DAS a quienes les retuvo tales documentos, obviando el detalle que los presuntos “espías” no son funcionarios del DAS y que por lo tanto no podían tener en su poder documento oficial alguno. Vale la pena hacerse la siguiente pregunta: Quien se va a infiltrar en otro país a espiar y se va a llevar consigo o va a sacar de las cajas fuertes de sus organismos de inteligencia, los documentos que “el enemigo” podría estar tratando de obtener a cualquier precio. Igualmente, el gobierno vuelve a dejas sus partes noble por fuera, al ignorar que el trabajo de espionaje es una labor de campo y que los sistemas de seguridad nacional no le dan acceso a los operadores de campo a los niveles superiores de planificación. Será que hay tantos ignorantes trabajando para el gobierno venezolano?

Volviendo sobre los secuestrados en el Chururú y posteriormente asesinados, el gobierno se vuelve a meter otro autogol, tal como el de la finca Daktari, al asegurar que los muchachos eran paramilitares porque “tenían un nivel de vida que no compaginaba con el de simples vendedores de maní”, como si ese fuera un indicador válido. Entonces la mayoría de los chavistas en el gobierno son paramilitares también, porque el nivel de vida y su actividad bancaria no se corresponde con el de simples servidores públicos. Por que este Coronel de pacotilla no dice algo mejor o por que no se demuestra que eran paramilitares mostrando las armas con las que se entrenaban, el polígono o las canchas donde practicaban, los jefes que los comandaban. Y sus familiares? Tiene sentido que un paramilitar se lleve a su madre en una misión? Y si eran paramilitares, solo su secuestro y muerte fue lo que hizo que se descubriera su condición de paraco? En los próximos días los venezolanos presenciarán el pánico en el gobierno por la presencia en Venezuela de los enemigos de la guerrilla colombiana. A propósito, el Estado colombiano, también es su enemigo.