martes, 29 de septiembre de 2009

En vias de un nuevo holocausto

La ignorancia de algunos gobernantes, mas que de sus pueblos, abonan el camino.

El desarrollo de la última Asamblea General de las Naciones Unidas, debería encender las alarmas de los pueblos civilizados del planeta. Al contrario que el gobierno venezolanos, cuya política “candelita que se prenda, candelita que se apaga” es aplicada inmediata y enérgicamente, la ONU aparentó ser una apacible playa repleta de felices veraneantes, quienes impasibles contemplan el espectáculo de la distante ola que se vislumbra en el horizonte, ignorando las miles de toneladas de agua que instantes más tardes borrarán sus vidas de la faz del planeta.

Definitivamente hay que imponer orden en el mundo. Tanto la OEA como la ONU, se olvidaron de las misiones para las cuales fueron creadas. Bien lo han dicho quienes redundando han manifestado, que estas organizaciones son solo “un cascarón vacío”.

Basta con ver la asimetría con que es tratado por la OEA el caso de Honduras, donde se aplicó de la norma constitucional para evitar que uno de los poderes constituidos devorara a los demás, frente a otras naciones, donde la misma situación ocurre ante la mirada indiferente de la comunidad internacional. El papel de la OEA se confinó en la defensa de la “legitimidad por elección”, abriendo la puerta a la transformación de gobiernos legítimos en gobiernos “de facto” y negando la posibilidad de reversión del proceso por otra vía que no sea el electoralmente imposible.

Como si esto fuera poco, por otra parte la ONU pareciera que no tiene la capacidad de mirar hacia América, donde poco a poco van incubando los peligros que ya son evidentes en Europa, Asia y África, y se van tendiendo los puentes para el abordaje de los piratas que degollarán a nuestra civilización. Si hay gobiernos, pueblos e individualidades que ven la situación claramente y se manifiestan abiertamente en contra, pero otros, callan deliberadamente frente al juego de sus circunstancias.

Patéticamente real y crudo, retumbó en los espacios de las Asamblea General de la ONU, el discurso del Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu, cuando dramáticamente recordó el propósito de la creación de la ONU luego de la Segunda Guerra Mundial: La prevención de la ocurrencia de calamidades similares a la propia guerra y a uno de sus pasajes más horrendos, el del Holocausto. Netanyahu atribuyó al “asalto a la verdad” la desviación de la ONU de tal objetivo, cuando se refirió al discurso del día anterior del Presidente Iraní.

Muy acertadamente Netanyahu dijo, al referirse al peligro irani: “Este régimen iraní está alimentado por un extremo fundamentalismo que apareció en la escena mundial hace tres décadas, después de mantenerse dormido durante siglos. En los pasados treinta años, este fanatismo ha barrido al globo con violencia asesina y con una imparcial sangre fría en la elección de sus víctimas. De forma cruel mató salvajemente a musulmanes y cristianos, a judíos e hindúes, y a muchos otros. Aunque compuesto por diferentes ramas, los adherentes a este nada indulgente credo, buscan retrotraer a la humanidad a los tiempos medievales.

Ahí donde pueden, imponen una atrasada sociedad regimentada, donde las mujeres, las minorías, los homosexuales o cualquiera no considerado como un verdadero creyente, es brutalmente subyugado. La lucha contra este fanatismo no enfrenta fe contra fe ni civilización contra civilización. Enfrenta a la civilización contra la barbarie, el siglo XXI contra el siglo IX, a aquellos que santifican la vida contra aquellos que glorifican la muerte.”

Con todos los elementos de jucio en sus manos, clamó “El más urgente desafío que enfrenta esta institución es impedir que los tiranos de Teherán obtengan armas nucleares. ¿Están los estados miembros de las Naciones Unidas preparados para este desafío? ¿Confrontará la comunidad internacional al despotismo que aterroriza a su propio pueblo mientras éste se alza valientemente por la libertad?”

Pareciera que la ONU, encandilada por los cuantiosos recursos que el eje del mal invierte en su funcionamiento y que podrían desaparecer gracias a su radicalismo, lo cual no ocurriría con las naciones occidentales caracterizadas por la simple advertencia y la acción vacía, no está dispuesta a correr riesgos. Si ustedes observan, tanto la OEA como la ONU ven a sus “víctimas” en kilómetros de superficie y como Estados: Para ellos Israel solo es una mancha en el mapa del medio oriente de 27.800 Km2 y Honduras en Centroamérica, de 112.492 km2. Cuanto aportarán esos países a las citadas organizaciones?. Lo que si es un hecho, es que ya Estados Unidos, desde el 2000 ha reducido sus aportes a la ONU y ha advertido sobre recortar los a la OEA, que estaban alrededor del 60% del total que recibe el organismo, si era admitida Cuba en su seno.

La inacción de estas organizacines, fue la que permitió que tal y como lo hizo en su discurso “Holocausto, la mentira sagrada de Occidente” en la Universidad de Sharif, Teherán, en enero del 2009, Ahmadineyad se presentara en la Asamblea General de la ONU el pasado 24 de septiembre para mentir descaradamente negando el holocausto de los años 40, ocultando ante el mundo la realidad iraní, pasando por alto en su intervención, que es el país que más apoya el terrorismo, con ayuda financiera y entrenamiento a militantes chiitas en Iraq, talibanes en Afganistán y organizaciones terroristas como Hamás, Hezbolá y la Yihad Islámica.

Ni siquiera por respeto a uno de los aliados, Argentina, del occidental más cercano a su corazón, Hugo Chávez, explicó por que razón nombró Ministro de la Defensa a Ahmad Vahidi, buscado por Interpol y acusado de ser el autor intelectual del atentado contra el centro comunitario AMIA en Argentina en 1994, que causó 85 muertos y cientos de heridos.

También permitió que Hugo Chávez volviera a provocar risas con el chiste del olor a azufre en el podium de los oradores e hiciera apología al magnicidio contra el Presidente Obama, por lo menos como califican las instancias judiciales en Venezuela cuando se trata de criminalizar a la oposición al gobierno.

La ONU y la OEA en total y absoluto descuido de sus funciones, están auspiciando las mas inquietantes alianzas entre países como Irán y latinoamericanos como Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba y Nicaragua, a sabiendas que se convertirán en un futuro muy cercano en puntos de origen desde los cuales se atentará contra los más elementales valores, libertades y derechos humanitarios, como nunca se ha visto en el continente.

El fuerte discurso de Netanyahu, para quienes analicen su contenido y dimensionen justa y apropiadamente sus palabras, debe ser occidentalizado; debe hacerse empatía con el pueblo israelí, considerando que el terrorismo islámico ya está en el centro de nuestros países. Gobernantes irresponsables como Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega, así como organismos de seguridad ineficientes o complacientes con sus gobernantes, han abierto las puertas de América a los verdugos de su propia descendencia.

Tal como sentenció al final de sus palabras Netanyahu, “Creo que una tal paz puede lograrse. Pero sólo si desmantelamos las fuerzas del terrorismo, dirigidas por Irán, que busca destruir la paz, eliminar a Israel y derrocar el orden mundial. La cuestión que enfrenta la comunidad internacional es si está preparada para confrontar esas fuerzas o darles cabida”.

“Hace más de setenta años, Winston Churchill lamentó lo que él llamó la “confirmada imposibilidad de aprendizaje de la humanidad”, el desafortunado hábito de las sociedades civilizadas de dormir hasta que el peligro casi los supera. Churchill se lamentaba de lo que él llamaba “la falta de previsión, la falta de voluntad para actuar cuando la acción sería simple y efectiva, la falta de pensamiento claro, la confusión en aconsejar hasta que llega la emergencia, hasta que la auto preservación golpea el discordante gong”

“Hoy hablo aquí con la esperanza de que la evaluación de Churchill de la “imposibilidad de aprendizaje de la humanidad” por una vez pruebe ser incorrecta. Hablo hoy aquí con la esperanza de que podemos aprender de la historia – que podemos prevenir el peligro a tiempo. En el espíritu de las eternas palabras dichas por Joshua hace más de 3.000 años, seamos fuertes y valerosos. Confrontemos este peligro, aseguremos nuestro futuro y, con la ayuda de Dios forjemos una Paz duradera para las futuras generaciones”.

En nuestro país, la incapacidad de aprendizaje de la humanidad se refleja en la situación actual. Tal incapacidad está dada por la imposibilidad para recordar nuestro pasado y como lo he dicho antes, esa es la razón principal por la cual Hugo Chávez quiere borrar de la mente de nuestra población su historia. Mas atroz que el cerco de los Estados Unidos a Cuba es el cerco que le impuso a Cuba el régimen castrista; en Venezuela el cerco de Hugo Chávez es cada día mayor en torno a nuestra memoria y a nuestra percepción de la libertad. En tiempos de los gobiernos democráticos a medias, la gente se daba cuenta cuando los productos desaparecían del mercado y hoy ni lo perciben. La ineficiencia de los gobiernos anteriores hizo que desde la huida del General Marcos Pérez Jiménez los venezolanos se encerraran en las rejas de sus casas, hoy ya no notan que las rejas están en todas partes. Así va ocurriendo con nuestros valores y con nuestra percepción de la realidad y de la libertad.

Si dejamos que ocurra, cuando los pueblos latinoamericanos no recuerden ni de donde vinieron, los textos no dirán que hubo una segunda guerra mundial, sino una invasión de los imperios ruso y americano a los pueblos libres de Europa, las mujeres serán apedreadas en las calles por crímenes contra el Islam y como decía Netanyahu, cualquiera no considerado como un verdadero creyente, será “brutalmente subyugado”.

Si llegamos a permitir que esto suceda, será porque antes habremos permitido que sobre nuestras fecundas tierras la sangre de muchos inocentes sea derramada y cientos de holocaustos volverán a llenar de vergüenza al mundo, para que 30, 40 ó 50 años después vuelvan a ser negados, una vez que la imposibilidad de aprendizaje de la humanidad la haga cometer los mismos errores.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Venezuela en camisa de 11 varas

Nuestro país era conocido por el petróleo y sus mujeres bellas…

… Pero con el paso de los años, luego de la llegada de Hugo Chávez al poder, comenzaron a generarse nuevos focos de atención sobre nuestro país, originados por la tendencia autoritaria de un mal llamado “Líder”, quien revestido de la autoridad que le dio el esperanzado pueblo venezolano, durante 11 años ha venido creando la maquinaria que le permitirá mantenerse en el poder por lo que le queda de vida.

A lo anterior hay que agregarle su irracional aspiración a extender su reino socialista a los países más influenciables y débiles de la región, con el apoyo de los enemigos de los Estados Unidos, para lo cual no ha dudado en hipotecar a nuestro país y junto con él a todos los venezolanos y a sus generaciones. Como si fuera el dueño de América Latina, Chávez ha invitado a Iran a pasar al interior de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba, donde inclusive le financia proyectos, mientras que por otra parte defiende las causas de Hamás y Hezbolá .

En 1999, cuando se inició en el poder, la mayoría de los venezolanos pensamos que los cambios que introduciría en la vida de los venezolanos serían prácticamente imperceptibles, tal vez acostumbrados a las campañas electorales anteriores, donde las promesas se mantenían hasta el momento en que terminaba el período de gobierno sin que se cumpliera una sola de ellos. No obstante, muchos nos lanzamos en apoyo a todas aquellas iniciativas que rompieran con aquella tradición de promesas incumplidas y de objetivos y metas inalcanzadas.

Así, desde todos los sectores y niveles se apoyaron proyectos como el de la Asamblea Constituyente que le dio vida a una nueva Constitución Nacional en la búsqueda de la anhelada Justicia Social, la intervención de las Fuerzas Armadas en el proyecto de Desarrollo Nacional y con ella, la incursión de los Oficiales más capaces en el cumplimiento de cargos de Dirección en la estructura de la Administración Pública, para desterrar la corrupción del sector público y en la búsqueda de la eficacia y la eficiencia en la labor gubernamental.

Sin embargo, el rumbo de las aspiraciones de la mayoría no era el que tenía en mente el candidato al que apoyó la mayoría votante, que precisamente no era la mayoría del país. Algunos sectores tenían serias dudas con respecto a sus intenciones y otros confiaban en que el Sistema Democrático funcionaría y podría ser capaz de poner freno a algún exceso del nuevo gobernante.

Quedará registrada en la historia del país, la primera advertencia que lanzó Jorge Olavarría en la sesión del Congreso del 5 de julio de 1999 cuando destacó la posibilidad de que los opositores podrían ser llevados a juicios en los que "se nos califique de corruptos", y advirtió que "la justicia popular (...) nunca ha sido justicia y siempre ha masacrado al pueblo." "El señor presidente (...) ha violado su deber de respetar y hacer respetar las leyes de la República”. No obstante el proyecto de Asamblea Constituyente siguió su camino hasta su materialización.

Desde el mismo momento de su juramentación, Hugo Chávez comenzó a jugarle sucio al país y a engañar a quienes persuadidos de la necesidad de cambios trascendentales, apoyaban su gobierno. A espaldas de las Fuerzas Armadas y del resto del país pactó clandestinamente con las FARC y con el ELN, frente a nuestros ojos pactó con el gobierno cubano, encubriendo tras un presunto “Acuerdo Energético” la entrega de la Seguridad Interna de Venezuela, convirtiendo a Venezuela en la madriguera de cuanto forajido de la Justicia Internacional lo requiriera y llenó el país de indeseables de todos los confines, con la esperanza de usarlos contra los mismo venezolanos tan pronto despierten del sopor en el que los ha sumido durante 11 años.

La relación con el Medio Oriente y con los países de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas merece capítulo aparte. En su deseo irrefrenable de buscar un liderazgo que vaya más allá de Venezuela, más allá de América Latina o que trascienda al resto del mundo, juega con los intereses de los grupos radicales más peligrosos del planeta y convierte nuestro territorio en enclave especial dentro de los planes geoestratégicos de naciones poderosas enemigas de la cultura occidental.

Como si las voces de denuncia desde Venezuela fueran pocas, hace unos días, el Fiscal General del Condado de Nueva York, RobertM. Morgenthau, acusó al régimen de Hugo Chávez de “corrupción, promoción del terrorismo, deseos de establecer una hegemonía política en la región latinoamericana y de odiar a los Estados Unidos”.

Ocho visitas a Iran durante los once años de tragedia venezolana dan mucho que pensar. Algo obscuro se mueve tras esta relación que voceros del gobierno han definido como de “complementariedad, cooperación y de solidaridad”, como guía de sus “relaciones con los pueblos del mundo”. Es quizás Iran el país con el cual Venezuela haya firmado más acuerdos de cooperación: Por que? Cual es la razón para que la parte más adelantada sea la del envío del “personal técnico Iraní” antes que la infraestructura?

En septiembre de 2006, durante la visita de Ahmadineyad a Venezuela se suscribieron con su gobierno 33 acuerdos de “cooperación” en los sectores de hidrocarburos y minería, industria y comercio, economía popular, agricultura, educación, comunicación e información vivienda e infraestructura, turismo, cultura y salud, que según nuestro gobierno “cubren aspectos sustanciales para mejorar directamente las condiciones de vida del pueblo venezolano. Al mismo tiempo, permiten que nuestro país diversifique su economía incrementando su poderío industrial y la capacidad de exportar productos acabados”. Valdría la pena que hoy, tres años después, se recapitulara sobre esos acuerdos y se evaluara el mejoramiento de las condiciones de vida de los venezolanos pregonado cuando se firmaron tales acuerdos.

En septiembre del 2007 en otra visita de Ahmadineyad, se suscribieron tres acuerdos de “alta facturación estratégica para potenciar el bienestar de ambos pueblos y afianzar los lazos de cooperación entre las dos naciones”: Uno para la instalación de nueve plantas de maíz, garantizar el procesamiento de 648 toneladas diarias de maíz para la elaboración de harina, el segundo, el “Contrato de Autopartes de Vehículos”, para la Instalación y supervisión del Complejo Industrial de Autopartes ubicado en el estado Aragua y el tercero, un acuerdo de Inversión en el Area Petroquímica, en función de construir una planta de metanol en Iran y una en Venezuela.

Más recientemente, el 4 de abril del 2009, fueron suscritos nuevos acuerdos. En el área de industrias básicas y minería se firmó una carta de intención para la construcción de una empresa mixta en el área de explotación de “minerales”, en el área de agricultura y tierra, en materia energética, en ciencia y tecnología, Teherán y Caracas firmaron un memorando de entendimiento para la transferencia de tecnología y cooperación para fabricar unidades industriales productoras de fármacos, en materia consular se firmó un memorando de entendimiento de cooperaciones consulares y por último, en materia política, se firmó un mapa de ruta para las relaciones estratégicas entre ambas naciones, para el periodo 2010-2020.

No habían transcurrido seis meses y ya el domingo 6 de septiembre, durante su nueva visita a Iran, Chávez anunció la firma de un nuevo “acuerdo energético” con el Presidente de Iran, cuyo título me hace recordar al acuerdo que permitió la mudanza a Venezuela la comunidad de inteligencia cubana. Mediante este acuerdo, se autoriza a PDVSA a explorar en un campo petrolero iraní y a cambio se le da un espacio al gobierno de Ahmadinejad en la Faja Petrolífera del Orinoco, lo que presupone un intenso tránsito de “personal técnico”

Un extraño acuerdo es el suscrito para el desarrollo de “unidades de producción primaria estatales” y anunciado por el viceministro para la Agricultura y Tierras, Richard Canán, donde lo que más llama la atención es, por ejemplo, que entre Aragua y Carabobo, se va a instalar "en estas unidades de producción a compañeros iraníes que van a desarrollar el tema de semillas para hortalizas e invernaderos en este eje importante de producción para el país" a fin de garantizar la oferta de tomate, cebolla y pimentón, mientras que en Guárico se concentrará el proyecto de producción de arroz. Debemos preguntarnos: Y es que los venezolanos no somos capaces de producir esos cultivos? Y más insólito aún, el Vice Ministro señala desde Teherán, que "La experiencia en el procesamiento de camarón que posee Iran se hace mediante cooperativas. Venezuela aún no tiene experiencia en materia del cultivo de camarón", pero sin embargo reconoce que el 70% del camarón que se cultiva en Venezuela se dedica en su mayoría a la exportación, "quitándole la oportunidad al pueblo venezolano de comer camarón. Nosotros ahora vamos a tener la posibilidad de cultivar, procesar y distribuirle a todo el pueblo venezolano el camarón, anteriormente vetado por el capitalismo".

En todos estos convenios o acuerdos se produce un extraño intercambio, Venezuela envía productos y materiales e Iran envía personal técnico. Tenemos agricultores y Hugo Chávez nos trae “agricultores iraníes”.

Para terminar de redondear todo un capítulo de desaciertos como gobernante, cuyas consecuencias las tendrán que pagar más tarde todos los venezolanos, raíz de la última visita a Iran, Hugo Chávez afirmó en Teherán que Venezuela trabaja en un proyecto preliminar para la construcción de una “villa nuclear” con la ayuda de Iran, para “que el pueblo venezolano cuente en el futuro con ese maravilloso recurso para usos pacíficos” y luego en Francia, declaró al periódico Le Fígaro “Iran ayuda a Venezuela a desarrollar un programa nuclear civil dado que ambos países tienen derecho a producir energía atómica”.

Como antecedente vale la pena recordar, que el 22 de octubre del 2005, Chávez, los medios de comunicación publicaron sus palabras de un Aló Presidente, donde manifestó que quería “cooperar con Argentina, Brasil y posiblemente Iran para desarrollar energía nuclear”, como parte de su camino a la integración regional. Por su parte, al respecto, el Ministro de Energía, Rafael Ramírez, ese que dejó de asistir a la reunión de la OPEP del 6 de septiembre último y en su lugar acompañó al Chávez en su visita a Iran, dijo en aquella oportunidad, como para “enmendarle la plana” a su jefe, que el programa era incipiente. “No hay planes para comprar un reactor nuclear. Estamos sólo en materia de estudio para decidir su ubicación”, dijo “Se utilizaría para generar electricidad”.

Los medios reflejaron que expertos energéticos estimaban que al gobierno venezolano le tomará al menos cinco años de estudios, entrenamiento e inversiones para impulsar un proyecto de esa naturaleza… Pues ya van cuatro años y la natural tendencia de Chávez a abrir su boca descontroladamente, colocó en el tapete nuevamente el tema de la energía nuclear. Mi humilde opinión es que Hugo Chávez ya metió a Venezuela en “camisa de 11 varas”.

martes, 8 de septiembre de 2009

Venezuela no terminará como Cuba

Me temo, que si en Venezuela el rumbo de los acontecimientos no cambia, tendremos una réplica de Corea del Norte en Latinoamérica.

Tal como ocurriera con Alemania, al final de la segunda guerra mundial, debido a la rendición japonesa, la península de Corea que estaba ocupada por éstos, fue dividida en dos partes por una línea divisoria convencional entre las “Zonas de Ocupación” de Rusia y los Estados Unidos, el paralelo 38, situación la cual se mantuvo sin cambios desde 1945 hasta 1948, cuando se da inicio a un proceso tendente a la unificación de ambas zonas mediante elecciones, el cual fracasa, dando origen a la creación de dos repúblicas en los respectivos territorios. Al sur, la República de Corea del Sur, cuyo primer presidente fue Syngman Rhee y al norte del paralelo 38, la República Popular de Corea del Norte con con Kim il Sung (Padre del actual dictador norcoreano conocido por su nombre coreano Kim Jong-il, ya que su verdadero nombre es Yuri Irsenovich Kim) elegido como primer ministro. A raíz de la creación de las nuevas repúblicas, las tropas rusas y las norteamericanas se retiran pero mantienen su tutelaje sobre ambos gobiernos. En 1950, Corea del Norte invade a Corea del Sur, dándose origen a la “Guerra de Corea”, donde la ONU interviene militarmente con Estados Unidos a la cabeza de 14 países mas y que luego de la firma del Armisticio de Panmunjon, finaliza en 1953, continuando los territorios de las dos naciones separados como al principio por el paralelo 38.

Al morir Kim il Sung en 1994, se abre paso políticamente su hijo Kim Jong-il, quien desde 1997 no gobierna, sino que “oprime” a su antojo al pobre pueblo coreano, el cual vive en condiciones casi medioevales, persuadido de que su situación nunca cambiará. Kim Jong-il, sigue siendo el hijo de Dios para sus seguidores que solo conocen el sistema anacrónico que ha construido a su alrededor y utiliza los medios de comunicación para llevar al plano terrenal sus poderes divinos: Si él en cualquier alocución a sus súbditos se exaspera y grita, ese día hay tormentas, ha escrito tantas obras que suma más horas escribiendo sin parar, que las horas ha vivido, a pesar que Corea del Norte solo tiene un 18% de su superficie de tierras cultivables, el líder ha convertido todo el país en un edén, es un super atleta, es productor cinematográfico, le indica a las industrias la receta de sus productos, para la protección y la eterna felicidad de su pueblo, ha armado un ejército “invencible” y así, tal como en un cuento de hadas, un país entero vive manipulado mediante el control de la mente de su gente y aquella parte que no lo sea, es sometida por la fuerza, a la paupérrima vida de las cárceles, en campos de concentración que semejan ciudades. Mientras el pueblo es supremamente pobre, Kim Jong-il es inmensamente rico, cada cumpleaños es celebrado “nacionalmente” y en la capital se organiza una parada y un desfile donde han participado hasta 3 millones de personas, más o menos la sexta parte de los ciudadanos que no están presos en un país de 23 millones. La gran mayoría de la población no posee vehículos que conducir por la enorme red vial de las principales ciudades, los hospitales no cuentan con antibióticos ni anestesia y la represión ex extremadamente brutal en el caso que algún ciudadano valiente se atreva a protestar en algún sentido.

La historia de Corea en los términos antes citados, guarda ciertas similitudes con la venezolana, cuando a raíz de la disolución de la Gran Colombia, Venezuela y Colombia se convierten en dos países distintos y como en la actualidad cada una de ellas se comienza a alinear con los otrora tutores de Corea del Norte y del Sur, ya no en esos términos, pero si en la forma de dependencia tecnológica y militar. Lo único que nos falta para que tales coincidencias comiencen a definir un rasgo común, es la ocurrencia de una guerra.

Pero da la casualidad que tenemos un líder, que tal como el padre de Kim Jong-il está ávido por crear un conflicto con nuestro hermano país.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Nuestros presos políticos

Son los “Presos Políticos de Chávez” o “Nuestros Presos”?

La gama de sensaciones más cercana a la de estar preso, es estar exiliado. Algunos de quienes estamos en el exilio, experimentamos una vez la sensación de que acabar en la cárcel de una vez por todas era el alivio al amargo sabor de la decepción que nos dejó, nuestro constante pero inútil peregrinar entre quienes eran nuestros amigos, buscando en ellos el apoyo y la solidaridad necesarios para encontrar la salida a la situación que avasallaba a todos los venezolanos. Esa tentación de aniquilar nuestra propia libertad, de pagar con nuestros huesos la indiferencia de los demás, rondó por las mentes de muchos de nosotros y en algún momento fue superior a nuestro instinto de conservación.

Cual fue la diferencia con aquellos que fueron a parar a la cárcel? Por que unos y por que no los otros? Que prevaleció para que esa idea recurrente de la inmolación personal no nos llevara al Helicoide, Ramo Verde o Yare?

Pues, mi respuesta es que la certeza de que Venezuela va a necesitarnos en un corto plazo no nos permitió rendirnos, que la creencia en que la Justicia está proscrita en Venezuela no nos dejó caer en las garras del régimen y que nuestra animadversión a convertirnos en trofeo de caza de los aduladores chavistas del régimen, nos mantuvo alertas ante todas sus triquiñuelas y trampas.

Cuando solo nos quedaba una opción contra estas tres calamidades que nos perseguían y cuando nuestro suicida pensamiento nos había debilitado, se nos presentó el camino que creímos más conveniente seguir, el del exilio voluntario en otro país, donde comenzar de nuevo como recurso de subsistencia fue nuestra prioridad y el regresar algún día a Venezuela nuestro objetivo.

No obstante, en lo inmediato nos queda pendiente algo muy importante en Venezuela. Conscientes de que a lo largo de los últimos años, muchos venezolanos, por cualquiera de las razones que ya mencioné, el convencimiento de que Venezuela nos necesita libres, de que no hay justicia y de que nuestras cabezas no serán trofeos de ningún cazador chavista, se encuentra hoy tras las rejas bajo una ignominiosa sentencia o por una ridícula o pueril acusación, nuestro pensamiento permanece siempre con ellos.

Diariamente consultamos las páginas de Internet, la prensa o cualquier medio de difusión de noticias, con la esperanza de ver entre las rendijas que deja el ajetreo diario de nuestra maltrecha nación, una luz de esperanza para ellos y para sus familiares. Todos los días, escudriñamos el panorama político en busca de la menor brizna de la que pueda aferrarse la ilusión de verlos de nuevo, al menos libres para iniciar más que una nueva lucha, una nueva vida para recuperar los días, los meses o los años que el tirano les robó a sus hijos, esposas, madres, padres o hermanos.

En el exilio vivimos un presidio distinto, más amplio y menos incómodo, pero igual, es una pena sin sentencia. Los barrotes son substituidos por la distancia y la burocracia, no hay carceleros pero igual es una encierro por convicción, nuestra libertad está en Venezuela y hasta allá no podemos escapar. Sin embargo, nuestras expectativas son las mismas. A pesar que vivimos en una ciudad por cárcel, nuestra condición de prisión extra rejas nos permite acceder a ciertos medios y recursos que a nuestros compatriotas presos no les es permitido. La información nos llega a raudales y de numerosísimos sitios y eso, lejos de ser una ventaja se convierte en una fuente de inquietud y de situaciones estresantes.

A veces, al ver lo que sucede en Venezuela sentimos ansiedad pero más nos angustia cuando haciendo empatía con quienes se encuentran secuestrados por el oprobioso régimen chavista y a merced de sus mercenarios judiciales, vemos como otros venezolanos que debieran estar labrando su futuro y el de su descendencia, se arrojan a los brazos del chavismo por dinero, por poder y en general por codicia, en nombre de un injustificado temor.

También nos angustia percibir que las Fuerzas Armadas continúan sumidas en sus debates internos, esperando ascensos, disputándose cargos y defendiendo sus prebendas, sin percatarse, como en una mediocre película de terror, que el asesino no está muerto, sino que por el contrario, a sus espaldas, se prepara para lanzar la artera puñalada que las dejarán inermes, sintiendo como se les escapa la vida.

Nos descorazona saber por boca de terceros, como en el mercado persa en el que se ha convertido la vida diaria del venezolano, pasan inadvertidas las maniobras del gobierno para cercenar los nervios y las venas que llevan al cerebro de la sociedad las alarmas de un cáncer terminal que la corroe y que terminará por robarle el alma.

Los exiliados somos prisioneros en cárceles distintas a los presos políticos de Hugo Chávez y como presos al fin, nos duele cuando a nuestros compañeros de infortunio no les llegan las mismas oportunidades que tocan a nuestra reja. A veces ocurre a la inversa: El despiadado régimen les permite ver a los familiares que vayan a visitarlos todas las semanas, mientras que en nuestra cárcel ya hay algunos que no hemos podido ver en cuatro, cinco o hasta más años.

Si me empeñara en buscar similitudes y diferencias con respecto a nuestros respectivos infortunios, seguramente que el balance no es nada comparable a los que viven relativamente libres en nuestro país, sin embargo tenemos que admitir que el mal mayor es el de la cárcel y que el exilio puede terminar cuando lo deseemos, siempre y cuando queramos enfrentar otro peor y en esa dirección apuntan nuestros deseos con el paso del tiempo.

Cuando la situación económica, el aislamiento de lo que fue nuestra vida pasada, el sentir que los años pasan sobre los seres queridos que no están con nosotros y la nostalgia de nuestras costumbres y nuestra identidad nos hacen pensar que podría quedar un lugar para nosotros en el país donde nacimos, la desgracia de nuestros compañeros de destino nos despierta y nos hace sentir temor.

No es temor al cambio de cárcel ni de carceleros, ni temor al gobierno de Hugo Chávez , al contrario, la vieja sensación de alivio que les describí al principio nos llama como si fuera la solución a una vida incompleta y nos anestesia los sentidos, no es miedo a la soledad de las noches en cautiverio. No, no es temor a encontrarnos con quienes en prisión mantienen la esperanza de que alguien haya ocupado su lugar en la lucha. Es miedo, es un inmenso miedo a los indiferentes que están fuera, a los que no les importa que otros venezolanos en una cárcel estén pagando el precio de haberse opuesto al liquidador de las esperanza de los demás.

Es pánico al olvido, a la indiferencia y a la pasividad de aquellos en nombre de quienes tomamos un camino que no nos llevaba a la riqueza, ni al confort ni a la tranquilidad, sino a un destino incierto, a una morada que podría ser la última. Y es por eso, que desde nuestro encierro voluntario no podemos de dejar de colocarnos en el lugar de aquellos que hoy llaman “nuestros presos políticos” y sentir lo que ellos sienten cuando diariamente escuchan la interminable fiesta venezolana en la que músicos, anfitriones e invitados, disfrutan de la bonanza gobiernera y sus canapés de mentiras, olvidándose por completo de aquellos, quienes actuando en nombre de todos, renunciaron a la preciada libertad.

Casi nadie dice los “Presos Políticos de Chávez”, sino “Nuestros Presos Políticos”, porque en general si son “nuestros” presos. O es que ellos llegaron a la cárcel simplemente por adversar a Hugo Chávez. No! Todos los que han fallecido, han sido encarcelados o se encuentran exilados o huyendo aun, no se encontraron con su destino debido a Hugo Chávez. Todos estamos inmersos en nuestra tragedia personal por aquellos que aún disfrutan de algo de libertad. Cuando cada quien dio los pasos que tuvo que dar, no lo hizo pensando en si mismo ni en su suerte individual, lo hizo pensando en todos, en la mayoría, en el país, en Venezuela.

Por eso pienso que está bien dicho “nuestros” presos y por ser nuestros, no debemos someterlos al olvido que les manifestamos con cada omisión nuestra. Por que, en vez de organizar vacaciones y parrandas, no se organiza una visita a todos nuestros presos políticos? Por que un día de visita no se presenta media Caracas a visitar a nuestros presos en la DISIP, en Yare, en La Planta o medio Miranda en Ramo Verde o el INOF? Por que solo sus familiares más cercanos tienen que sufrir las atrocidades de las requisas antes de cada visita? Por que no alzar la voz de protesta tres veces al día desde donde sea que nos encontremos?

Los venezolanos no deben olvidar, que los presos políticos venezolanos, no lo están porque un día el dictador del país quiso poblar las cárceles de inocentes. Ellos están presos porque existe una razón, una causa muy distinta a la que esgrimieron los mercenarios judiciales que los acusaron y los sentenciaron, ellos sufren su infortunio, porque representan un peligro para el fin que les tiene reservado Hugo Chávez a todos sus compatriotas: La gran cárcel en la que se convertirá en poco tiempo Venezuela.