La Resolución Nº 1970 del Consejo de Seguridad de la ONU, es un claro mensaje para los “Gaddafi”, cualquiera que sea el país del mundo donde gobiernen, sus familiares y seguidores.
En Septiembre del 2009, durante la II Cumbre de América Latina – África, entre abrazos y apretones, Hugo Chávez, hizo entrega a Muammar Abu Minyar al-Gaddafi, del collar de la Orden del Libertador y le regaló una réplica de la espada de El Libertador Simón Bolívar.
Para colmo, la acción fue seguida del verbo que quedará para la posteridad como el reconocimiento de que definitivamente, Hugo Chávez está aliado con el terrorismo. Ese día, entre tantas pamplinadas que habla el inepto Teniente Coronel Chávez Frías, luego de la denigrante entrega de los más connotados símbolos Bolivarianos al carnicero de Libia, dijo “Compañero presidente, esta es la réplica de la espada que libertó América hace 200 años. Es una joya, se la regalaron los pueblos a Bolívar (…). Esta espada está viva y hoy anda por América Latina (…) En nombre de nuestro pueblo, de la revolución bolivariana, te la entrego a ti (Gadafi), soldado revolucionario, líder del pueblo libio, de la revolución libia, de los pueblos de África y líder también para los pueblos de América Latina”. Pero quizás la frase con la que consumó su acto de profanación de la memoria de El Libertador, fue la siguiente: “Lo que es Bolívar para nosotros, es Muamar al Gadaffi para el pueblo libio”.
Por su parte el “Bolívar libio”, demostró el valor que le daba a las joyas y símbolos que acababa de recibir, regalándole al Presidemente, una silla de montar y la carpa que el personal de la Casa Militar venezolana había instalado en los Jardines del Hotel Caracas Hilton de Margarita y para devolverle el “honor de su visita”, el incompetente Teniente Coronel Chávez, en el mes de octubre del 2010 viajó a Trípoli, acordando la realización para este año 2011 de la III Cumbre América del Sur-África. En esta última oportunidad, en medio de su arrobo por el chacal libio, Chávez expresó su admiración por él y resaltó que Libia es “un firme aliado de Venezuela”.
Como todos sabemos, esta no era la única ni la última reunión del incapaz ocupante de Miraflores con lo más granado de la tiranía y el terrorismo mundial, amparándose en la pasividad de los venezolanos y del mundo. Su tan cacareado discurso desvinculándose del terrorismo no se compagina con sus acciones personales ni con las relaciones que incentiva en los integrantes de su gobierno. Dictadores, terroristas, narcotraficantes y asesinos han sentido sobre sus hombros y en su espalda el abrazo de la muerte con que Chávez los ha distinguido. Tarde o temprano ellos se enfrentarán al final que le espera a todo individuo de su especie, tal como ocurrirá con el poco diestro Cantinero – Presidente.
Lo ocurrido en Libia y lo que está por ocurrir, es lo que tenía que pasar para que el mundo abriera los ojos ante la puesta en práctica a nivel mundial, de métodos represivos estandarizados para reprimir la Democracia y la Libertad de los pueblos. Las organizaciones mundiales surgidas después de la Segunda Guerra Mundial, se trazaron como objetivos, el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, la prevención de la Guerra, el desarrollo de las relaciones de amistad entre las naciones, la consecución de la cooperación internacional, la promoción del progreso social y el mejoramiento del nivel de vida de los pueblos. Tales objetivos, posibles solo al final de la cruenta Guerra, a medida que el mundo iba cambiando comenzaron a hacerse inalcanzables, sobre todo, por la administración local del terror que los nuevos infractores de la paz mundial hacían y por la mutación del método para tornarse en gobiernos autoritarios en representación de las masas.
El caso de Libia representa un punto de quiebre en la actitud de las naciones y de las organizaciones mundiales frente a las medidas violadoras de los Derechos Humanos que ponen en práctica los gobernantes ante la única salida que le dejan a sus pueblos. Al parecer, una conducta genocida no continuará siendo inobservada por los ojos del mundo, tal como lo está estableciendo actualmente el concierto de las naciones más poderosas del planeta y la Organización de Naciones Unidas. La Resolución Nº 1970 del Consejo de Seguridad es contundente al lograrse por unanimidad su aprobación, con lo que se envía a Trípoli el firme mensaje de que la comunidad internacional no tolera las violaciones sitemáticas de los derechos humanos ni los ataques contra la población civil. Según el Secretario General de la ONU, "Aunque por sí misma no parará la violencia y la represión, sí es un paso vital, una clara expresión de la voluntad de una comunidad de naciones unidas"
No obstante que el destinatario es Muammar Abu Minyar al-Gaddafi, el mensaje es bien claro para todos aquellos que desean emularlo y que como él, se sabe que están preparándose desde ya para la brutal represión de cualquier tipo de expresión de inconformidad del pueblo hacia sus gobiernos. Tal es el caso de su máximo admirador en América Latina, el poco inteligente Hugo Chávez, orquestador de las alianzas más deplorables que gobierno venezolano alguno haya podido realizar.
Las novedades de esta Resolución están, en que las sanciones van dirigidas expresamente contra el responsable directo de las violaciones a los Derechos Humanos y no contra su nación. Es a él a quien se le prohíbe viajar, incluyendo a su corrupto entorno y familiares, al igual que se solicita la congelación de todos los bienes que tanto él como sus familiares y entornos tienen en el exterior. También, se insta a otras naciones, a que no permitan que connacionales de dichos países viajen a Libia con la finalidad de apoyar al Régimen. Y para hacer más elocuente su mensaje, el Consejo de Seguridad de la ONU, “decide remitir la situación en Libia desde el 15 de febrero de 2011, al fiscal de la Corte Penal Internacional”.
Tales novedades apuntan en el caso de Venezuela en la dirección correcta. Que ocurriría si ante la producción de eventos de la misma naturaleza en Cuba, Bolivia o Ecuador, el pichón de Dictador venezolano, ordenara, como lo ha manifestado anteriormente, enviar venezolanos a defender dichos gobiernos? Y su familia? Será que en lo único que quiere emular a Gadaffi su admirador venezolano en llevar a su pueblo al “mar de la felicidad” de Fidel… o, estarán tambien imitando sus familiares a los de Gadaffi, colocando inmensas fortunas a su nombre en bancos suizos? O Chinos, Búlgaros o Rusos?
Objetivamente pienso que el miserable gobernante que tima a nuestro pueblo todos los días, tendrá que hacer unas cuantas “modificacioncitas” al mamotreto que llama “Socialismo del Siglo XXI” si es que quiere llegar a viejo. De hecho, asustado como está de que en el futuro se encuentre a Diego Arria esperándolo en La Haya, ya dio sus instrucciones para que fuera nombrada Embajadora Plenipotenciaria en los Países Bajos, a la ex - fiscal Haifa Aissami Madah, cuya resolución de nombramiento fue publicada en la Gaceta Oficial de Venezuela, Nº 382.580, de fecha 7 de enero de 2011, tal vez enviada con suficiente anticipación para que inicie un lobby que seguramente va a resultar infructuoso.
Otro receptor importante del mensaje del Consejo de Seguridad de la ONU, va a ser la oficialidad de las Fuerzas Armadas. El recuerdo de lo ocurrido el 11 de abril del 2002 aún está fresco y las personas involucradas en los sucesos sangrientos aún tienen pendiente un proceso que por supuesto el gobierno amigo no iniciará, pero ya todos ellos han sido señalados suficientemente. Ese día, las Fuerzas Armadas se dividieron en tres sectores: Uno que se negó a cumplir las órdenes del austado Teniente Coronel Chávez, otro, integrante de la Red Tiburón, que aceptó mancharse de sangre para defender a su cobarde jefe y un tercer lote, mayoritario, que se quedó sentado frente a los televisores viendo como masacraban a su pueblo y que solo dio señales de que existían en dos oportunidades: cuando estuvieron seguros de que el instigador a la masacre había renunciado y luego, cuando estaban seguros de que éste había vuelto al poder.
La próxima vez no será igual, porque el grito “Patria, Socialismo o Muerte” los tiene marcados para siempre y así no lo quieran, pertenecen en cuerpo y alma al Dictador. Ya Chávez lo ha dicho varias veces, "yo ya no soy el mismo pendejo del 11 de abril"; Si no lo obedecen, el escogerá lo más macabro del juramento que mecánicamente hacen día a día en los cuarteles, “Muerte” y ordenará que sean asesinados, al mismo estilo de “El Libertador” de Libia.