Según las estadísticas la mayoría de las personalidades sociopáticas, como la del presidente Chávez, tienen un final trágico.
No hay que ser psiquiatra, ni psicólogo, ni siquiera es necesario haber tenido al alcance ninguna clase de literatura sobre el tema, para que un venezolano cualquiera se de cuenta que nuestro Presidente dejó de serlo hace ya bastante tiempo para convertirse en Presidemente de Venezuela.
En una entrevista que ya tiene dos años y medio de publicada, el Dr. Franzel Delgado ante tres de las tantas preguntas que le hiciera su entrevistadora, responde los siguiente:
“¿Hay alguna configuración patológica en el caso del jefe de Estado? Existen características muy claras que permiten, sin mayor dificultad, plantearse una estructura de personalidad de tipo sociopática y narcisista. Los trastornos de personalidad sociopáticos están definidos en las clasificaciones universales de la psiquiatría. Se trata de personas que están diseñadas biológicamente para violar las normas; no ejercen la lealtad; no actúan con la verdad; tienen vidas afectivas sumamente inestables; en su estructura no hay sensibilidad; no hay arrepentimientos; tienen que vivir permanentemente en el conflicto; no saben vivir en paz con los demás; y son muy manipuladoras.
¿Y la personalidad narcisista? En el caso del narcisismo, la percepción que la persona tiene de sí misma está fuera de la realidad; es exagerada; tiene la convicción de ser única; se siente por encima de los demás. Cualquier mala acción es posible para satisfacer esas necesidades narcisistas de la personalidad. Como los narcisistas se creen predestinados para una situación muy especial, perfectamente es factible que puedan abrigar el temor de que hay gente interesada en eliminarlos. El temor del Presidente ante un magnicidio es absolutamente justificable. Si revisamos las estadísticas universales, encontramos que una proporción muy significativa de personas con trastornos sociopáticos termina muerta. Porque son agresivas, son conflictivas, violan los derechos de los demás, y, en algún momento de su vida, alguien les cobra”.
La entrevista no tiene desperdicio, por cuanto para el año en el que se realiza la entrevista, específicamente el 20 de marzo del 2007, las características señaladas por el Dr. Delgado, no eran apreciables por aquellos que sentían simpatía por el Presidemente Chávez , pero leída en el 2010, hace que uno mismo se pregunte, como es posible que tanta gente, tantos gobiernos, tantas instituciones no lo hayan percibido, pero lo realmente increíble, es que todavía existen seres que se hagan como si no lo notaran.
La entrevista culmina con la siguiente pregunta “¿Cuál cree que será el destino del Presidente? Si esta llamada revolución tuviese alguna posibilidad de enmienda, la opción de que se mantuviera sería mucho mayor. Pero, como desde el punto de vista de la psiquiatría no hay ninguna posibilidad de enmienda, dada la estructura de personalidad del Presidente, que es inmodificable, esta revolución seguirá hacia el despeñadero. Indefectiblemente, desde el punto de vista de la ciencia, Chávez tiene algo seguro en su futuro, que es la soledad.”
Particularmente opino, que este conocido psiquiatra solo comete un error de apreciación, imagino que por su apego al “librito”, el cual consiste, en que ni menciona y por supuesto no considera un detalle importante de la personalidad del Presidemente y es su notablemente bajo “umbral del valor”, para no decir su elevado nivel de cobardía, defecto que en él constituye una salvaguarda, que le hará poner pies en polvorosa en el primer momento en que alguien le diga que está en peligro, tal como ocurrió en el año 1992, cuando suplicó que lo fuera a buscar al Museo Hitórico Militar a un General del ejército amigo o “aliado” o en el año 2002, cuando desesperadamente corrió a entregarse sin coacción ni apremio al edificio de la Comandancia del Ejército en la madrugada del 12 de abril, sin saber siquiera a quien se le iba a rendir.
Tal como dice el Dr. Franzel Delgado, si el Presidemente tuviera “alguna posibilidad de enmienda” su período de supervivencia sería mayor, pero como no es así, veremos los resultados de lo que se nos viene encima en los próximos dos años, cuando al final la realidad del socialismo se hará añicos contra la pared electoral del 2012. Mientras tanto, continuará la campaña de provocaciones para un alzamiento militar, cívico-militar o civil, que le de una victoria sobre la siquis de todo un país, seguirán las expropiaciones, los prisioneros políticos y los insultos hacia quienes le parezca. En fín, si el país no va a ser suyo más allá del 2012, que le importa en que estado lo abandone.
Quien como jocosa anécdota, cuenta en su historial profesional el haber arruinado una cantina cuando era capitán del Ejército venezolano, se ha enrumbado por el camino de hacer lo mismo a un país completo, en total y absoluta oposición a lo que una persona en sus cabales haría al contar con una primera experiencia desastrosa. Y lo que es peor aún, a pesar de que miles de voces desde diferentes partes del mundo y desde los más variados sectores le han advertido de sus errores; él, incentivado por las lisonjas de su entorno, los mensajes que le interpretan sus brujos y adivinos o tal vez obligado por las voces que desde la historia y del más allá anidan en su mente, no deja de cometer los suicidas “actos de gobierno” que irresponsablemente hace públicos encandilado por las luces del escenario donde monta sus quijotescos shows independentistas y anti-imperialistas.
Sin duda que cuando en el futuro se examine el fenómeno que nos hizo retroceder varios lustros política, económica, social y culturalmente, se podrá apreciar que el “socialismo del siglo XXI” tuvo su momento de vertiginoso ascenso por unos diez años, hasta tocar techo cuando se detuvo en el momento en que la pequeña Honduras se resistió a caer en sus manos y lentamente inició un descenso, que como toda caída libre no puede abstraerse de los efectos de la aceleración continua, hasta el punto de que peor que el año 2008, lo fue el 2009 que peor a éste, lo fue el 2010, lo que justificaría lo que llegaría a ocurrir en el 2011 y en el 2012.
Aunque el movimiento parabólico del socialismo chavista significó que de subida aumentara la sensación de poder del Presidemente y la súbita riqueza de sus cercanos seguidores, el otro extremo, el de bajada los sorprende convencidos de que continuaban subiendo, percepción cuya distorsión la justifica su aislamiento de la línea descendente de la realidad en la que se encontraba la población venezolana, realidad que los espera como dice el refrán criollo “en la bajadita”.
Muchos de los socialistas conocidos como “boliburgueses” ya están conscientes de su destino, pero hay uno, uno solo que avanza a galope tendido hacia el objetivo que no ha logrado alcanzar en 12 años, tal como Hitler en 1945, que aun con el ejército soviético ingresando por el este a Berlín y con el aliado por el oeste, amenazaba con aplastarlos y daba órdenes a un ejército inexistente o como en un ejemplo más reciente, Sadam Hussein y sus ministros, quienes solo en televisión, victoriosamente proclamaban aplastantes victorias sobre las “débiles” tropas de la coalición que “intentaban infructuosamente” de ganar acceso a Bagdad y como innumerables baterías antiaéreas, tapizaban el suelo de Irak con los aviones que en vano intentaban violar “la soberanía” del país.