domingo, 8 de agosto de 2010

El saldo de la crisis Colombia - Venezuela.

Que ocurrirá en los próximos dos años entre nuestros países? Habrá guerra? O paz…

La historia de las desavenencias entre Colombia y Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez se ha caracterizado por la descripción de ciclos, que comienzan con un incidente en perjuicio de Colombia, pero generalmente calificado de agresión y caracterizado como grave por nuestro gobierno, el cual luego de la escalada de tensión en una desenfrenada carrera mediática hacia la guerra, alcanza un clímax cuando los amigos de ambos países intervienen para construir un ambiente de negociación. Luego, invariablemente vienen las reuniones, en las que las promesas surgen de ambas partes al igual que los acuerdos económicos y la situación vuelve a una calma en la que los venezolanos podemos sentarnos cómodamente a esperar el nuevo evento desencadenante de la siguiente crisis.

De acuerdo a las experiencias anteriores, tal como ocurrió luego del caso Ballestas, el caso Granda, el bombardeo al campamento de Raúl Reyes, que aun cuando fue en territorio ecuatoriano hizo que Hugo pusiera sus barbas en remojo, etc. Luego de la actual crisis, lo que viene, podría ser lo siguiente:
  • El villano de la película invariablemente pasará a ser el Ex-presidente Uribe. Su obsesión por acabar definitivamente a la guerrilla durante su mandato, será utilizada por sus enemigos, entre ellos Chávez, como una cruzada personal motivada por el asesinato de su padre y un odio visceral contra los comandantes guerrilleros. Hasta el mismo Presidente Juan Manuel Santos, cuando sea necesario, echará mano de esta teoría para aliviar presiones en su contra.
  • Juan Manuel Santos, consciente de su rol como mandatario buscará reestablecer la prosperidad económica de sus compatriotas en la zona fronteriza y para ello le convendrá tomarle la palabra al Presidemente venezolano, tal como lo hizo Uribe tantas veces, en aras de la tranquilidad de su pueblo. Su política con las FARC será la misma de Uribe, solo que la aprehensión o desaparición de sus comandantes no será su prioridad. Posiblemente se conformarán con la expulsión de las FARC y el ELN de su territorio y con la neutralización de quienes no han sucumbido a las comodidades ofrecidas por el gobierno venezolano.
  • Las FARC no abandonarán de inmediato la lucha armada, sino que se dedicarán a ganar tiempo hasta conseguir condiciones favorables para tratar de hacerse del poder en el país por la vía violenta y sobre todo, esperarán el desarrollo de las líneas estratégicas del nuevo gobierno. En caso de que su situación operacional continúe en declive y se les haga imposible seguir operando en territorio colombiano, optarán por el diálogo, cesando sus operaciones de guerra en Colombia y mudando las operaciones de narcotráfico, extorsión y secuestro hacia Venezuela. El ELN ha sido más pragmático al respecto y toda su industria de terror la tienen instalada en nuestro país.
  • La Oposición venezolana lamentará las decisiones de acercamiento del nuevo gobierno colombiano, por cuanto considera que la confrontación, aún cuando es el escenario ideal de actuación de Hugo Chávez, es también la mejor vía para mostrar al mundo la verdadera naturaleza de este hombre, quien ante la derrota es sumiso y llorón, pero ante la victoria, aunque sea efímera o a veces aparente, trasciende los límites de la racionalidad y da rienda suelta a sus peores pensamientos, intenciones y acciones.
  • Los enemigos del gobierno colombiano y operadores políticos de la guerrilla, lo lamentarán más que la oposición venezolana, debido a que en sus mentes aún persiste el plan trazado por Marulanda para tomar el poder con la ayuda de Venezuela: Guerra, insurrección popular y ataque por la retaguardia. El gran problema para ellos es que Venezuela no está en condiciones de entablar la guerra que los favorezca, el pueblo colombiano está muy lejos de la insurrección popular y la guerrilla ya no está en la retaguardia colombiana en un teatro de guerra con Venezuela, sus mandos están en la nuestra.
  • El gobierno venezolano, buscará de nuevo las mismas salidas del pasado, como lo hizo con el ofrecimiento del oleoducto hacia el pacífico, el cual traería mejores negocios para Colombia, luego de que se descubriera el status de protección del que disfrutaba Ballestas en Venezuela, o con los acuerdos firmados con Colombia, todos en materia económica luego el escándalo del caso Granda. En esta oportunidad, acudiendo al mejor estilo de la “paga peos” de la época de La Colonia, Santos en “Petit Comité” en Miraflores le echará la culpa de la crisis a Uribe y Chávez, a “gañote abierto” se la echará en Venezolana de Televisión, luego vendrán los acuerdos, entre los que no se aceptará ninguno que involucre la seguridad de los guerrilleros que se encuentran en Venezuela, sino los económicos, de desarrollo fronterizo, migratorios y por que no, se podría reactivar el tema del oleoducto al océano Pacífico (porque las exportaciones petroleras a China son obligatorias y necesarias), al fin, lo que ordenará Chávez será actualizar los acuerdos firmados o no firmados con Uribe y cambiarles al pie el nombre del nuevo Presidente colombiano.
  • Por último, Hugo Chávez, en su proyecto personal, continuará su camino hacia el 26 de septiembre, tratando de cubrir sus vulnerabilidades frente al proceso. La contrainteligencia cubana le aconseja multiplicar las denuncias en contra el proceso electoral para potenciar del lado de la oposición la abstención y el voto de parte se sus seguidores. Igualmente, ocultar los graves problemas económicos y sociales, tanto del mundo como de su propia gente, con pan y circo para el pueblo y dinero para su club internacional de amigos.
En general, Colombia saldrá ganando porque durante un par de años, el gobierno venezolano actual va a estar muy ocupado ingeniándoselas para sobrevivir hasta el proceso electoral del 2012 y para tratar de quedarse en el poder. En consecuencia podría haber paz política y económica en la frontera con Venezuela. En cuanto a su conflicto bélico con la guerrilla, ésta le conviene “viva”, pero sin poder de actuación dentro de Colombia, vale decir, que unas FARC políticas tendrían más espacios de actuación en la vida colombiana y menos posibilidades de ser eliminadas con un “bombazo”. El gobierno venezolano (no Venezuela) saldría ganando también, porque la coyuntura le permite salirse astutamente del problema que le representó la denuncia colombiana ante la OEA y la posibilidad de más reclamos colombianos pareciera que queda anulada para el futuro, más que por falta de recursos legales, por cansancio frente a la elusiva posición venezolana y con un nuevo gobierno, por conveniencia. Venezuela, seguirá perdiendo: Perdiendo soberanía, libertades, vidas y lo más importante, esperanza y futuro.

Los venezolanos no tendremos guerra, pero tampoco tendremos paz.