El objetivo del gobierno no podrá alcanzarse.
Los intentos de Hugo Chávez y de su camarilla por controlar a los venezolanos por intermedio de cubanos ya no pueden ser ocultados de la opinión pública nacional e internacional. Ya lo sabe todo el mundo, mas sin embargo, el gobernante que cree que se las sabe todas, lo sigue negando mientras curiosamente al final de cada una de las expresiones deja escapar el característico “eh” cubano que denota su estado de sometimiento a los efectos de la transculturización, a la cual quiere someter al resto de nuestros compatriotas.
También es inocultable, que el objetivo no ha sido alcanzado “por ahora” ni será alcanzado jamás en la Patria de Bolívar, por lo que el sempiterno “venceremos” como respuesta al gastado slogan “Patria, socialismo o muerte”, seguirá constituyendo la lapidaria expresión de que aún no han vencido y de que jamás vencerán. O es que acaso a más de 50 años de implantado el régimen comunista en Cuba, ha podido éste encontrar un válido sustituto a la cantaletita “venceremos”.
El sueño que Fidel sembró en algunos de sus fieles seguidores, jamás estuvo en la mente y mucho menos en los planes del senil dictador, quien morirá en cualquier momento musitando en su lecho de muerte lo único que le dejó a su pueblo, un slogan y la esperanza de vencer… pero de vencer a quien? De vencer que?
Los logros de la revolución cubana se podrían comparar a los del mundo bizarro de los comics de Superman. Lo único que ha logrado tan absurdo sistema ha sido el de la inversión de la realidad y de los parámetros con los que se mide la felicidad y la prosperidad de un pueblo. Por eso, solo en la mente adoctrinada desde el momento de la concepción de un cubano revolucionario, se puede justificar, que ser pobre es bueno, como si la pobreza no arrastrara consigo privaciones, sufrimientos y dolor; solo en ese cerebro achicharrado por el fuego comunista, cabe que una empresa que retribuye el trabajo de sus trabajadores en base a una ley y a las demás normativas laborales, debe ser tomada por asalto porque genera ganancias a quienes invirtieron en ella, para que luego fenezca y deje a sus empleados en la orfandad económica. Solo a un intelecto bizarro, se le puede ocurrir que mientras menos libres para expresarse sean los ciudadanos, pueden alcanzar la libertad tal como ellos, los comunistas, la imaginan: libres de hacer todo lo que no quieren.
El modelo comunista cubano, al no poder cambiar la triste realidad de sus ciudadanos, optó por cambiar su percepción de la misma. Es exactamente esto lo que intenta hacer el sátrapa revolucionario de Sabaneta, solo que el viejo arraigo en los venezolanos de los principios democráticos y de la libertad, su apego a las leyes emergidas del de los principios generales del Derecho y la larga y reafirmada tradición de pueblo libre, no lo permitirán, por muchas que sean las generaciones que nazcan en medio de la mentira socialista del siglo XXI.
La revolución chavista cada día avanza más… hacia su fracaso. Tal como su anacrónica referencia cubana, el “venceremos” no pasará de la invocación de una promesa acerca de un triunfo que no llegará jamás, solo que los venezolanos no esperaremos 50 años para ver desaparecer la enorme entelequia elaborada a partir del fallido experimento cubano.
En sus planes por alcanzar lo inalcanzable, este increíblemente mal gobierno, quiso replicar la experiencia de la isla sin contar con nuestra aprobación. Se abrogó el papel de Dios y decidió nuestro futuro, apoyado en triunfos electorales obtenidos en base a trucos, promesas falsas, manipulación y abuso del manso y crédulo pueblo que sumido en su pobreza no ve mas allá de la satisfacción de sus necesidades más apremiantes y que huérfano de atención por parte de sus gobernantes, cifró su esperanza en un mercader de miserias, tan fraudulento como ser humano, como el origen mismo del su poder que ejerce sin freno, sin prudencia y sin pudor.
Por otra parte, nuestro desafortunado gobierno también se equivocó con el pueblo cubano, al pensar que este sería el instrumento perfecto para someter totalmente al venezolano, sin entender que para ellos, Venezuela constituye la puerta hacia su futuro sin comunismo, tal como ha ocurrido ya con cientos, que han usado nuestro territorio como trampolín hacia su libertad y como ocurrirá muy pronto, cuando la debilidad del mamotreto chavista no le permita mantenerse en pie.
De tal manera, que, a pesar que en algunas instituciones se encuentran presentes los comisarios cubanos y en otras sus consejos y hasta insinuaciones se convierten en las órdenes que dictan los Generales y Coroneles, Ministros y funcionarios de gobierno traidores a la Patria, el socialismo no se ha podido apoderar de la totalidad de ellas ni de la conciencia colectiva. Mucho menos ha podido realizar con éxito la infiltración dentro de nuestra población más humilde, a la que ha querido ideologizar para volverla contra si misma.
En Venezuela, si hablamos de cubanización y en vista del fracaso chavista para implantarla, hasta ahora a los únicos cubanizados son, el chavismo dirigente mismo y como máxima expresión transculturizada, el detentador del poder en nuestro país: La primera víctima de la cubanización se llama Hugo Chávez.