martes, 13 de marzo de 2012

Baritalia: Vuelve la guerrilla

Muy pronto el ELN y las FARC declararán la guerra a las Fuerzas Armadas venezolanas


Históricamente las Fuerzas Armadas venezolanas han sido enemigo de la guerrilla colombiana. Los ataques de la guerrilla en la zona fronteriza enlutaron numerosos hogares venezolanos. Existe registro oficial de que entre los años 1983 y 1998 hubo 115 ataques guerrilleros en las fronteras, donde perecieron 94 efectivos de las Fuerzas Armadas Nacionales, unos más sangrientos que otros, entre los que más impacto causaron se encuentran el ataque al puesto naval de Cararabo el 26 de febrero de 1995 donde murieron 8 Infantes de Marina, el campamento antidrogas de la Guardia Nacional en la Sierra de Perijá el 13 de junio de 1987 donde murieron el Capitán Ernesto Baez Gonzáles y 9 Guardias Nacionales y los atentados dinamiteros en El Cutufí en 1989 donde murieron 5 Guardias Nacionales.
No obstante del acercamiento a la guerrilla colombiana por parte del gobierno de Hugo Chávez, se han producido tres ataques contra las Fuerzas Armadas venezolanas:  El 13 de diciembre de 2003 en Novilleros a solo 8 kilómetros de Rubio, fueron asesinados 3 Guardias Nacionales, el 15 del mismo mes fueron asesinados 4 Guardias Nacionales en Santa Bárbara del Zulia y posteriormente el 17 de septiembre de 2004, en el  municipio Páez del estado Apure, fueron asesinados por las hombres FARC comandados por “alias Misael”, un Suboficial, cuatro Infantes de Marina y una ingeniero de Pdvsa, hecho del cual fue detalladamente informado Hugo Chávez, sin que de su boca saliera la más mínima palabra de condena o de protesta contra  las FARC, sino que por el contrario, en su programa Aló Presidente culpó a “los paramilitares”.  Luego, según los correos de las FARC publicados por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos,  envió a “Cheo”, uno de sus aliados en la DISIP con la finalidad de manifestar a la guerrilla  la “voluntad expresa del Presidente de recomponer las cosas”.
Pero las cosas parece que han cambiado.  Un reciente reportaje del Miami Herald revela que la extradición a Venezuela de Walid Makled se produjo “en el marco de un intenso juego de ajedrez diplomático, en el cual el presidente Hugo Chávez terminó sacrificando a la guerrilla colombiana para capturar a un peligroso alfil que mantenía a su gobierno en jaque, según informes de la firma privada de inteligencia Stratfor divulgados por WikiLeaks”.
De ser esto cierto, sería interesante saber la reacción de los líderes de la guerrilla colombiana, tanto de las FARC como el ELN.
Tal vez coincidencialmente, la respuesta se adelantó.  El sábado 10 de marzo a las 4 de la tarde, una columna de unos 25 hombres atacó a una unidad de inteligencia del ejército venezolano  causando la muerte a dos militares; el  primer teniente Jackson Alejandro Ruíz Niño y el sargento segundo Nelson Gómez Ortega, quienes se encontraban preparando la operación militar “Centinela” en la zona. Según el parte oficial, el grupo atacante se internó en territorio colombiano, por lo que no pudo ser detenido, sin embargo voceros locales insistieron en que se encontraban en el área.  La zona del ataque fue un pequeño poblado llamado Baritalia, no ubicable en el mapa, pero si en los planes del gobierno para la organización comunal.
Donde queda Baritalia?
Para muchos venezolanos, saber que existe en el Distrito Junín del Estado Táchira una pequeña aldea con el nombre de Baritalia, tal vez no llegue a ser trascendente.  Sin embargo, a quienes siguen las noticias de nuestro país, sabrán acerca de dicho lugar por haber sido el escenario del enfrentamiento entre guerrilleros colombianos del ELN y efectivos del Batallón 211 de Infantería Ricaute.
Geográficamente reviste de importancia la noticia, debido a que Baritalia, junto con otros pequeños asentamientos campesinos de los alrededores, son objeto de la atención del gobierno venezolano de una manera desmedida, mucho más que otras regiones del país.  En tal sentido, algunos de los sitios vecinos han recibido la atención nacional por la clase de incidentes en los que se han visto involucrados, relacionados con la situación fronteriza y la guerrilla.  Vale la pena señalar dichos lugares: La Vega de la Pipa, San Vicente de la Revancha, Bramón y en especial, el vasto territorio que comprende el Páramo de El Tamá.
Un poco de historia
El 3 de septiembre del año 2009, el gobernador del Estado Táchira, César Pérez Vivas, realizó una denuncia que en cualquier país o en la misma Venezuela, bajo cualquier gobierno que no fuera el actual, estremecería las bases de la seguridad nacional y haría que saltaran todos los resortes legales en la búsqueda de la verdad o la falsedad en las palabras del mandatario regional “Fuerzas irregulares colombianas están acampadas en las inmediaciones del parque nacional El Tamá
En el mismo acto, señaló que "Grupos del ELN, las FARC, FBL y paramilitares atacan desde sus campamentos en el páramo El Tamá a los habitantes de los municipios Junín y Rafael Urdaneta, y así lo denuncio ante el país", dijo el gobernador. El gobernador se extendió en su comentario y agregó que en su opinión la ruptura de las relaciones con Colombia tienen como pretexto las bases norteamericanas que operarán próximamente en ese país, pero realmente "el Gobierno lo que hace es insistir en su intento de proteger a las FARC. El verdadero objetivo de este conflicto es seguir amparando y darle aliento al terrorismo que masacra al pueblo colombiano".
Si, es absolutamente cierto lo que denunció el gobernador César Pérez Vivas sobre la presencia de irregulares colombianos en su región, pero tal verdad no es como la percibe la mayoría de los venezolanos. Los locales la perciben como una presencia peligrosa, pero su experiencia se reduce a sus cruces en veredas, las inesperadas visitas a sus casas o los “castigos” por violar las leyes de la guerrilla en la zona.
Paranoia paramilitar
Ultimamente, la paranoia gubernamental sobre la presencia paramilitar ha comenzado a generar en los elementos de la guerrilla una conducta extremadamente peligrosa para la población civil, especialmente para aquella de origen colombiano. Los jefes guerrilleros no se sienten seguros en Venezuela y tampoco sus hombres.
Una verdadera guerra asimétrica se acerca a nuestras aldeas y nuestros caseríos. Mientras la guerrilla en Venezuela se encuentra “inactiva” militarmente y en fase de descanso bajo el control operativo de sus comandantes, tanto infiltrados paramilitares como oficiales militares y policiales colombianos los siguen de cerca proporcionando información a su gobierno acerca de su ubicación y magnitud de sus fuerzas.  Para poder hacerlo, se mezclan con la población civil.
Por esa razón, los cuerpos de inteligencia venezolanos han cometido algunos errores en el momento de señalarle los blancos a la guerrilla, como sucedió con los infortunados miembros del equipo de futbol “Los Maniceros” y con otras personas que han sido asesinadas bajo la presunción de que podrían pertenecer a las filas de los archienemigos de las FARC y el ELN.
El gobierno venezolano con todas sus acciones se ha incriminado a si mismo en su juego de protección a la guerrilla colombiana. Existen numerosos hechos que así lo indican y las zonas en las que hospitalariamente acoge a los irregulares ya han sido señaladas y el parque nacional Páramo de El Tamá es una de ellas, seleccionada por su enorme capacidad de abrigo y encubrimiento, sus prominentes ventajas tácticas sobre el territorio colombiano y por su corta distancia de la línea fronteriza, algo así como lo que representó la Sierra Maestra para Fidel Castro en su lucha contra el gobierno de Batista en Cuba.
Ese temor de los grupos irregulares es el mismo temor que siente el gobierno venezolano, pero la respuesta al miedo no puede ser igual, por lo que este binomio requiere que cada uno de ellos actúe de acuerdo a sus posibilidades o a sus capacidades, los primeros asesinando a sangre fría a todo aquel que sea, pueda ser, parezca o sea señalado de paramilitar, mientras que el segundo hace su guerra escudado en rebuscadas excusas como la defensa de la Soberanía Nacional, el combate al narcotráfico, o la lucha contra el terrorismo y en ese contexto ya tenemos definido su método: Volando puentes artesanales o pasarelas como el Chícaro y Las Naves, informando sobre la ubicación o identidad de presuntos paramilitares a las unidades guerrilleras, deteniendo a colombianos habitantes de la zona anteponiendo las razones de Seguridad Nacional antes que las migratorias, aniquilando el comercio fronterizo, maltratando a los habitantes de la frontera, permitiendo el secuestro y la extorsión de los venezolanos, protegiendo la actividad de narcotráfico vinculada a la guerrilla y atacando a la vinculada al paramilitarismo, proporcionando soporte logístico y financiero a los grupos guerrilleros y a sus jefes, involucrando en ello a las Fuerzas Armadas, cuerpos de seguridad y organismos de inteligencia.
El asesinato de “Los Maniceros
El 11 de octubre del 2009, en el modesto barrio Costa Rica de Chururú (Venezuela) se estaba disputando un partido de fútbol amateur entre un equipo local y los Maniseros, otro equipo compuesto por vendedores ambulantes, en su mayoría de origen colombiano. Cuando finalizó el primer tiempo un grupo de cuatro vehículos irrumpieron en medio del campo de fútbol y de su interior descendieron 20 hombres armados vestidos con uniformes militares, botas negras e insignias del Che Guevara. Los jugadores de ambos equipos fueron obligados a tumbarse en el suelo mientras el líder del escuadrón fue separando a los jugadores de los maniseros. Los once jugadores fueron amordazados y desaparecieron a bordo de los vehículos.
Durante dos semanas los doce jugadores estuvieron encadenados debajo de un puente y custodiados por una veintena de hombres fuertemente armados. Pero el cautiverio tocó a su fin y los cuerpos sin vida de 11 de los futbolistas aparecieron ejecutados. Sólo uno de ellos logró sobrevivir, a pesar de tener un disparo en el cuello. “De diez cadáveres encontrados, ocho son colombianos; hay un peruano que estaba casado con una mujeres de origen colombiano y por último también había un venezolano”, afirmó la policía venezolana. Por su parte, funcionarios del estado de Táchira atribuyeron la masacre a rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Por otra parte, el único testimonio que tendría validez sería el de Manuel Júnior Cortés de tan sólo 18 años, el único superviviente, quien relató a la policía que caminó durante más de tres horas con una herida en el cuello y salvó la vida gracias a la ayuda de un campesino que le atendió hasta que llegaron los servicios de emergencia. Antes de ser trasladado a Caracas, donde se le brindó atención médica, Manuel pudo relatar cómo sus compañeros y él fueron ejecutados de un tiro en la nuca.
“Estuvimos 14 días comiendo sólo arroz, atún y agua. El refugio donde nos tuvieron presos era de hoja de plátano y si llovía nos mojábamos. Después de 14 días presos llegó un hombre que nos dijo que traía una gran noticia” ... “Que todos nos íbamos.
Nos pusimos tan alegres que comenzamos a llorar de pura alegría; pero no sabíamos que la salida era para ejecutarnos a todos”, relató Manuel Cortés.
“Cuando pararon nos hicieron bajar, arrodillados en el piso y golpeándonos sentimos la ráfaga de seis o siete disparos, de los cuales me pegaron uno solo. Uno o dos minutos después abrí los ojos y estaba vivo. Toqué a los demás amigos pero estaban muertos. Me levanté y camine como tres horas y media”... “hasta que vi la luz de una casa, llegué y toqué la puerta y un señor me abrió".  “Payaso, líder de los secuestradores nos preguntaba dónde estaban los jefes paracos, pues creían que éramos milicianos reclutados por los paramilitares”
El 5 de diciembre de 2009, la Guardia Nacional venezolana entregó el sábado a Cortés, a agentes del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, inteligencia estatal) y a funcionarios de la Defensoría del Pueblo en el puente internacional Simón Bolívar, en Cúcuta, frontera con Colombia.
El Páramo de El Tamá
Con una extensión total es de 139.000 hectáreas y con vías de acceso desde Colombia Ragonvalia y Herran, al igual que San Antonio del Táchira y desde poblaciones del interior del Estado vía Rubio, Capacho, El Mirador, constituye un excelente lugar para esconder personal, armas y municiones, manteniendo un privilegiado control sobre todas las vías de acceso, en las que además existen puntos de control de la Guardia Nacional.
Al férreo control para ingresar al Páramo del Tamá solo escapan trochas y caminos que aunque datan de hace muchos años, que la comodidad de las vías de comunicación asfaltadas han conducido al desuso, mas no al abandono por parte de quienes por cualquier motivo desean ocultar sus movimientos, llámense contrabandistas, narcotraficantes, guerrilleros, inmigrantes ilegales o paramilitares.
Nichos guerrilleros
Pero el páramo de El Tamá no es el único nicho guerrillero.  Los estados Mérida, Táchira, Zulia, Barinas y Apure están plagados de “zonas de alivio” de la guerrilla. El Tamá es solo la punta del iceberg. Las serranías tachirenses son testigos de los vuelos de los helicópteros militares en actividad proselitista del PSUV y del apoyo logístico a los irregulares.
Los puentes volados por la Guardia Nacional en el 2009 están a 20 kilómetros al suroeste del lugar donde se precipitara a tierrra por causas no divulgadas, el MI-17 donde murió el comandante del Teatro de Operaciones Nº 2 recién nombrado, el General del Ejército Faneitte. San Vicente de la Revancha, el sitio donde se reunía el Ex gobernador Ronald Blanco La Cruz con la guerrilla, se encuentra igualmente a 30 Kilómetros al oeste del lugar donde fueron secuestrados los integrantes del infortunado equipo de futbol Los Maniceros. Y saben que hay en medio de esos tres puntos, que conforman un triángulo comparable al de las Bermudas? El páramo de El Tamá.
No solo la guerrilla se interesa en la zona
Si hacemos una revisión sobre los eventos de carácter político y circunstancial que involucran la zona, podemos notar que los grupos afectos al gobierno también muestran un inusitado interés en la zona.
Desde el año 2008, el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA) y los consejos comunales de la parroquia Bramón, Municipio Junín del estado Táchira, presentaron un proyecto de organización vecinal denominado Comuna en el que incorporaron al sistema de comunas a Baritalia, Bolivia, Pórtico, Vega de la Pipa y La Colina.  Esta organización comunal desde que se conformó y hasta la fecha en el municipio Junín  tiene una representación de 101 consejos comunales.
El enfrentamiento de Baritalia
A raíz del asesinato del teniente Ruíz Niño y del sargento Gómez Ortega, el General Eusebio Agüero Sequera, jefe de Región de Defensa Integral de Occidente, informó que los dos efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana fallecieron tras un enfrentamiento con un grupo generador de violencia, eludiendo mencionar lo que todos los habitantes y medios de comunicación saben:  En el área la presencia del ELN es conocida y las instrucciones que tienen las Fuerzas Armadas son de ignorarlas y de no entrar en contacto hostil con ellas.
Tal como el asesinato del equipo de fútbol Los Maniceros, habrá que esperar algún hecho aleatorio o un milagro rasgue el secreto oficial para que los venezolanos conozcan la verdad.
Mientras tanto, un escueto comunicado del Ministerio de la Defensa , despide de este mundo a los dos militares asesinados "Cumpliendo con su deber Patrio, mueren el primer teniente Jackson Ruiz Niño y el Sargento segundo Nelson Gómez Ortega, pertenecientes al 211 Batallón Infantería Ricaurte"

Foto 1:  El Diputado Leomagno Flores, sostiene que los irregulares que atacaron al ejército en Baritalia continúan en Venezuela, en el páramo El Tamá.
Foto 2: San Vicente de la Revancha, un paradisíaco lugar solo perturbado por la presencia guerrillera colombiana
Foto 3: El asesinato de jóvenes sospechosos de ser paramilitares es común en las zonas rurales del Táchira, tal fue el caso de Los Maniceros
Foto 4:  El Ministro Rangel Silva, “amigo” de las FARC, según correos de éstas.