domingo, 14 de junio de 2009

El gobierno venezolano si oculta terroristas

El Tcnel Quintero Aguilar apresó a uno y el Estado le pagó con torturas, humillaciones y cárcel su acto de patriotismo.

El decadente presidente de Venezuela aun persiste en su objetivo de engañar a cuanto le escuche o vea. Han sido ya tantas y tan reiteradas las mentiras que le han sido descubiertas, que solo nos queda pensar que en nuestro planeta, quedan personas con mayor grado de ignorancia mezclada con brutalidad que el mismo Hugo Chávez y que es a ellas a quienes dirige sus andanadas mediáticas.

El enemigo más peligroso para este tipo de charlatanes es el tiempo y en el caso de Chávez, ya es hora de que comience a precipitarse el alud de falsedades que él y sus colaboradores sedientos de dinero han creado para engañar al pueblo venezolano y la comunidad internacional. La única forma de acelerar dicho proceso, es comenzar con algunas de sus más famosas mentiras e irlas desmenuzando poco a poco. Frente a la presencia de elementos de la guerrilla colombiana y el narcotráfico, Hugo Chávez siempre ha negado que ampare a estos grupos y al mismo tiempo, ha calificado a los denunciantes como golpistas, terroristas, mentirosos, etc.

Hoy, vamos a aprovechar la oportunidad de la liberación del Tcnel (GN) Humberto Quintero Aguilar, quien había sido acusado entre otros del delito de “Traición a la Patria” por haber capturado a un guerrillero de las FARC en territorio venezolano, para traer a colación el desarrollo de la trama cuyo epicentro es el colombiano Rodrigo Granda Escobar, alias “Rodrigo”, alias “Arturo Campos”.

La noche del 31 de enero del 2002, fueron inadmitidas para ingresar a Venezuela por funcionarios de inmigración de Maiquetía dos damas cuya visa válida para una sola entrada por 30 días ya había sido utilizada en diciembre del año anterior. El Ministro del Interior Ramón Emilio Rodríguez Chacín, me ordenó que se le diera ingreso a tales damas y ante la tardanza en el cumplimiento de dicha orden, la cual fue ocasionada por un intento de funcionarios dignos y respetuosos de la Ley, para tratar de embarcarlas en el primer vuelo disponible a Colombia mediante oficio Nº JS-122, objetivo que no se cumplió por la presión del Ministro, quien inclusive ordenó que una comisión de la DISIP se desplazara hasta Maiquetía para ver lo que realmente ocurría. Esta comisión se presentó en las oficinas de la DIEX en el aeropuerto y llamó la atención, que con la misma se encontraba un individuo colombiano de nombre Rodrigo Granda Escobar, quien parecía comandar dicha comisión.

Las mencionadas damas eran la esposa e hija del colombiano que acompañaba o comandaba la comisión de DISIP, individuo para esa fecha desconocido en Venezuela a nivel público. Tal hecho, en consecuencia no revestía de ninguna importancia pues aparentemente para ese momento, no se trataba más que de un caso de “amiguismo” o “ejercicio de su poder de influencia” por parte del Ministro del Interior. No obstante, luego de los hechos del 11 de abril, comencé a realizar averiguaciones por mi mismo y efectué una denuncia pública 27 de octubre del 2002. Ante mis denuncias, el Ministro del Interior de ese entonces, Diosdado Cabello informó que se iba a “investigar exhaustivamente”

Algunos meses después, gracias a la interlocución de personas vinculadas a servicios de inteligencia, me fue suministrada la información que necesitaba, entre la cual hacían referencia a que las dos mujeres a quienes se les permitió ingresar al país ilegalmente la noche del 31 de enero del 2002, estaban vinculadas a las FARC.

Como todo en nuestro país, el caso Ganda pasó al olvido para los venezolanos, pero no para los Servicios de Inteligencia colombiana, los cuales con la experiencia de Ballestas en el 2001, se dedicaron a seguir los pasos de Granda en Venezuela y es así como detectaron que había solicitado la nacionalidad venezolana el 3 de abril de 2004 y de manera extraordinaria, le fue concedida. Su nacionalización fue otorgada por el célebre General en Jefe Lucas Rincón Romero, Ministro del Interior y Justica, y publicada en Gaceta Oficial extraordinaria 5.722, el viernes 9 de julio de 2004.

El resto de la historia ya es conocida. El 13 de diciembre del 2004, el grupo GAES del Comando Regional Nº 1 condujo un procedimiento de detención de un narcotraficante cualquiera en Caracas y tal como se había hecho cientos de veces, fue entregado al DAS colombiano sin fórmula de deportación. Tal acción se condujo de la manera acostumbrada con los narcotraficantes o guerrilleros ordinarios, sin que la Guardia Nacional supiera realmente de quien se trataba. De allí que el escándalo creado por el gobierno, indujo a que uno de los oficiales integrantes de la comisión delatara al Tcnel. Quintero Aguilar, quien fue apresado, torturado, encarcelado y acusado de “Traidor a la Patria”, cuando los verdaderos traidores son quienes sostuvieron y le dieron cobijo legal y económico a Rodrigo Granda en el País, y quienes atentaron contra los Derechos Humanos del Tcnel. Quintero.

Tanto Hugo Chávez, como el Tribunal Supremo de Justicia, ente ante el cual posteriormente fue solicitada la revocatoria de la ciudadanía de Granda , admitieron que éste había mentido para que fuera aprobada su nacionalización, como si admitiéndolo se deslastraran del problema, sin darse cuenta que por el contrario esta excusa expresada tan a la ligera, incrimina aun más al gobierno venezolano. Veámoslo de la siguiente manera: La primera vez que se supo de su existencia se hacía acompañar de una comisión de la DISIP, hizo lo que ningún venezolano corriente no puede hacer al ingresar al pasillo de tránsito del terminal internacional de Maiquetía y a las oficinas de la DIEX, a pesar de la denuncia en su contra y a que el ministro de Interior y Justicia prometió una investigación exhaustiva, su caso no fue investigado, era amigo de Ramón Rodríguez Chacín, quien ha sido dos veces ministro de Interior y Justicia. Por supuesto que eran falsos los documentos que sirvieron de base a su solicitud, pero no era falsa su cédula de ciudadanía colombiana ni su nombre, ni el pasaporte que presentó y que registraba sus entradas y salidas durante los cinco años que se supone debían ser de permanencia ininterrumpida, falsos eran los documentos que acreditaban que trabajaba en Venezuela desde 1992 y esos documentos se los proporcionaron los mismos chavistas, tal como ocurrió con el abogado Ernesto Amézquita Camacho, de cuyo caso me ocuparé en otro artículo.

Los funcionarios que hicieron posible la ciudadanía de Granda fueron presionados por el ministro Lucas Rincón Romero y por el director de la DIEX Hugo Cabezas para tramitarla inclusive sin el chequeo de Interpol y pasando por alto el detalle de las interrupciones a su tiempo de residencia cada vez que salía del país. Y quien creen ustedes que gestionaba tales diligencias? Pues el mismo que gestionaba por órdenes de Hugo Chávez todas las denunciadas anteriormente: Rodríguez Chacín, ese “apacible” exministro que le compró al gobernador Chávez el fundo Corocito, ubicado en una zona estratégica para la guerrilla, no muy lejos de la frontera en términos geográficos pero si lo suficientemente cerca en términos de accesibilidad por vías terrestres bien pavimentadas, vias que no utiliza cada vez que necesita trasladarse a Caracas, cuando en vez de transitar los escasos 20 kilómetros desde su finca al aeropuerto de Barinas, lo hace en un helicóptero militar, para luego tomar un avión siglas YV 1495, el mismo que ha usado Piedad Córdova y últimamente Evo Morales.

Que hace tan importante a Rodríguez Chacín? Por que otros exministros no reciben los mismo privilegios? La respuesta la tiene Hugo Chávez. Chávez niega que en Venezuela se esconda a terroristas de las FARC, pero amenaza a Colombia por si quisiera venir a buscarlos. Será que Chávez cree que el gobierno colombiano pondría en peligro sus relaciones con Venezuela buscando terroristas donde no los hay? Chávez está ante un dilema, necesita buenas relaciones con el gobierno de Uribe, pero también las necesita con la guerrilla colombiana. El peculiar estilo de Chávez está claramente a la vista para sus amigos y sus enemigos: Suscribe alianzas secretas, públicamente niega sus afectos y así va repitiendo su fórmula con gobiernos, organizaciones, grupos y personas, el problema está por estallar, justo cuando los intereses de todos estos aliados de Chávez, comenzando por los Estados Unidos hagan colisión.