Quienes lo crean podrían estar muy equivocados.
De mis tiempos de aspirante y posteriormente de cadete en el Alma Mater de la Guardia Nacional, tengo algunos recuerdos que compartir con ustedes. En 1972, a medida que transcurrían las pruebas que me permitirían definir mi sueño de ingresar a la EFOFAC para iniciar mi servicio al país como militar, no me sentía presionado en ningún sentido, porque de fallar en mi intento, aun me quedaba la opción de la Academia Militar y así se lo manifesté a uno de los Alféreces que nos conducían de un área de pruebas a otra. La respuesta airada de aquel cadete de cuarto año no se hizo esperar; “Nuevo, usted está loco? Aquí hay cadetes integrales y los de allá solo son enérgicos, pero brutos”.
Quiso el destino que fuera la EFOFAC la que me acogiera en su seno y allí comenzó a rodar la película de mi vida. A medida que transcurrían los días, comencé a observar algunos eventos que me hicieron dudar de lo impoluto del sistema de selección y de las reglas de permanencia en el instituto: Diariamente se agregaba al Batallón de Cadetes algún nuevo integrante, entre los que se encontraban algunos que habían sido rechazados en las pruebas aplicadas a los aspirantes, así como cadetes que habían sido expulsados del instituto por no cumplir con los requerimientos académicos o se habían visto incursos en algún tipo de problema que ameritara la expulsión. No pasaba mucho tiempo, para que nos enteráramos de la razón de tal retorno al instituto. Existían dos poderosas razones para que ocurriera tal irregularidad, o el individuo en cuestión era un “excelente atleta” o estaba “palanqueado” por un político, militar, religioso, partido o ricachón “forrado” de dinero. Pero no todos venían del mundo exterior a donde habían sido enviados. Fui testigo de “mudanzas” de la Academia Militar de Venezuela hacia la EFOFAC realizadas a través del largo pasillo que une ambas academias, conocido como “Las Columnatas”, entre las que recuerdo la de mi compañero Manuel Naveda Leira, a quien el Sub Brigadier Manuel Vargas, conocido por los aspirantes como “El Chivo” le increpó “Nuevísimo, y usted por que se vino de la Academia” y Manuel le contestó “Mi Brigadier, porque allá lo que hay son puras bestias”. A mi me llamó mucho la atención este episodio y es tal vez por eso que lo conservo tan fresco en la memoria, porque Manuel venía de hacer el bachillerato en un ambiente muy parecido a la Academia Militar, como lo era el Liceo Militar Jáuregui, en donde se graduó como el primer alumno de su curso y donde su leyenda de arbitrario y buen estudiante perduró por años, por lo que el Ejército parecía ser el mejor ambiente para el desarrollo de su carrera.
La interacción con mis compañeros del ejército a partir de esos años, me demostró que no era la Academia en si la causa de la conocida “brutalidad” de algunos de sus vástagos, sino una actividad en la que se enfrentaban las cuatro escuelas militares cada dos años, los “Juegos Inter-institutos Militares” donde aquellos atletas brutazos literalmente se mataban en el campo para llevar los trofeos a su respectivo instituto y era allí donde le Ejército tenía la balanza a su favor, además de uno que otro truquito concertado con árbitros o jueces.
Entre las figuras brutas y yo creo que ni tan enérgica que tuvo la Academia Militar en esos tiempos, estuvo la de Hugo Chávez Frías, quien a la larga no llegó a estrella del Béisbol ni se cubrió de gloria en ningún juego, que yo recuerde, pero cuya pretendida habilidad para lanzar como pitcher le sirvió para ingresar a la Academia Militar obviando las fallas que presentó en su examen médico, psico-técnico y de cultura general, así como tal vez, gracias a una ayudita de su actual mano derecha José Vicente Rangel, quien dicho sea de paso, también logró colear en el Batallón de Cadetes de la Academia a su hijo el ahora ex alcalde del municipio Sucre, pero que al año siguiente fue dado de baja por “tendencias reñidas con el honor militar”, calificadas por su padre como políticas, pero que en realidad eran de índole personal, las cuales hoy se le conocen muy bien.
De la época a de cadete de Hugo Chávez existen numerosas citas inherentes a su deficiente desempeño militar, cuyos soportes han sido borrados del acervo del instituto, no por instrucciones suyas, sino por el celo de sus generales esbirros cuando les ha correspondido ser directores de la Academia, no obstante, algunas se han podido salvar algunos para evitar que en el futuro su historia cambie como él ha pretendido cambiar la del país.
Una de ellas pondría en evidencia su elevado umbral del miedo, demostrado en el tradicional salto desde la plataforma de 10 metros de la piscina de la Academia, salto que sería el requisito para que los cadetes salieran de vacaciones en Semana Santa, y que se constituyó en el obstáculo para que Chávez se quedara sin tales vacaciones haciendo guardia en la Academia desde el año 1971 al 75. Venezuela lo ha visto montando a caballo, manejando tractores, tanques, etc, pero jamás lo ha visto manejando una lancha, nadando o saltando en paracaídas, a pesar que lo hicieron paracaidista a la fuerza. Pero el detalle más resaltante de sus incapacidades, es el intelectual. Además que llevó a la bancarrota una cantina cuando era capitán, en la oportunidad en que realizó el curso de Estado Mayor salió con las tablas en la cabeza y sus “cuidadores” en el ejército tuvieron que hacer maromas para aprobarle las materias que su escaso intelecto no pudo colocar por arriba de la mínima aprobatoria.
Tal vez algunos reclamarán las pruebas de que su Presidemente es bruto, pero no es necesario hurgar donde tal vez no se encuentren (porque se las “chorearon”) o traer el pasado cierto para desacreditar un presente falso. Además la gente cambia y Chávez ya ha ido aprendiendo algunas cosas, porque tanto va el cántaro al agua, que al fin aprende. Cuando era Presidemente electo, mi amiga Mary Robles tuvo que darle clases concentradas y puntuales de economía para que no declarara barrabasadas a los medios y de verdad que el tipo repite como un loro lo que le dicen, pero cuando entra a jugar su libre albedrío, ahí si que se complica la cosa, porque comienza a “patinar en lo seco”.
Solo basta con prestar atención a lo que dice y hace el actualmente, para que detecten entre líneas su escaso nivel de cultura general, a pesar del incesante bombardeo de información al que es sometido por sus esforzados asesores quienes solo confían en su memoria, como es el caso de Eva Golinguer, quien no cesa de pasarle “tips” de su tierra norteamericana para que los repita durante sus ataques al imperio. Igual ocurre con su capacidad de discernimiento, con su juicio y con la de apreciación de situaciones. El no tiene absolutamente idea de las consecuencias que generará la diarrea de palabras que emite en cada ocasión ni las de sus acciones.
Lo que vemos en el actual Chávez, es lo que temían sus asesores de imagen que se viera durante su última campaña electoral por la Presidencia de la República, cuando a pesar de su propia insistencia, no le permitieron debatir públicamente con Manuel Rosales por temor a que se transformara en un debate callejero y derivara en un intercambio de insultos, donde Rosales era el menos favorecido en cuanto a recursos histriónicos y de oratoria, pero Chávez tenía todas las de perder al ser sometido a la inmensa presión que representa para él establecer un diálogo hostil o últimamente, cuando retó a los intelectuales de la oposición a un debate y luego se las vio negra para recoger su reto y sus palabras. La inteligencia que debería exhibir un Presidente no aparece por ninguna parte cuando de Hugo Chávez se trata y eso podemos evidenciarlo en los siguientes hechos tomados al azar de su “menú” de simples detalles de lo que no debería hacer el primer magistrado de un país. Quedarán para la historia sus desafortunadas anécdotas, tal como ocurrió con el General Juan Vicente Gómez, solo que las de Hugo serán más estruendosas por sus consecuencias.
Como Gramático o Matemático: Conjugar el verbo “adquerir” como lo hizo el Presidemente hace algunos años no fue una demostración de falta de inteligencia sino de ignorancia. Lo que no fue inteligente de su parte fue ponerse a dar clases de gramática sabiendo que esta es una de sus debilidades más evidentes junto con su divorcio de las matemáticas; recuerdan su siete por ocho cincuenta y seis? Su bagaje de cultura general es muy deficiente, lo cual nos recordó en un Aló Presidente cuando sugirió que la especie humana tenía más o menos 20 siglos sobre la faz de la tierra y de acuerdo con un asustado intelectual le dio un estironcito de 5 siglos más, ignorando la existencia de civilizaciones enteras más antiguas.
Como Economista: Como si estuviera hablando para un grupo de llaneros perdidos en la soledad llanera de los esteros de Camaguan, aseguró que frente a la crisis mundial estábamos “blindados” y que le podían “poner el petróleo a cero” que nada pasaría en Venezuela, poniendo nuevamente en evidencia su ignorancia acerca del tema económico, la situación mundial y el posicionamiento de Venezuela en el orbe y lo que es más grave, que en su falsa creencia de la invulnerabilidad de su revolución económica, forzó la aplicación de medidas económicas o mejor dicho la no aplicación de las medidas correctas para enfrentar la crisis económica.
Como Estadista: Esta es la faceta más peligrosa de la múltiple personalidad que ha desarrollado como primer mandatario del país, por cuanto ha invertido totalmente el proceso de toma de decisiones: Primero toma la decisión, generalmente al calor de su programa Aló Presidente, por lo que su entorno no pierde el tiempo en hacerle saber sobre las posibles alternativas de las que disponía, ni cual era la más recomendable o favorable, mucho menos para asesorarlo sobre cuales eran las prioridades que debía tener en cuenta para atender el problema, ni los criterios que debía poner sobre la balanza para tomar la decisión y muchísimo menos la ponderación de cada uno de ellos, por lo que los primeros sorprendidos son quienes tendrán la responsabilidad de actuar como operadores de las soluciones que este “gurú” le administra al país como remedio casero para complicados males.
Luego de tomada la decisión se desata entonces el trajinado y conocido proceso de adecuación de los resultados a lo esperado por el amado líder de los chavistas, lo cual solo se logra con mentiras y con la manipulación de las cifras, luego, la solución dada por “el magnífico” dio los resultados que esperaba si no mejores. Así, ahuyentando a los inversionistas crece la economía del país, cerrando empresas aumenta el empleo, confiscando fincas se dispara la productividad e importando más alimentos se reduce la dependencia alimentaria de los venezolanos.
Como Estratega Militar: En el campo militar la receta aplicada es la misma que para el económico, donde la violación a las reglas de la macro y la microeconomía, dan mejores resultados que su aplicación. En el militar, mundo que menos desconoce este energúmeno, aplica al pie de la letra la fórmula de Fidel Castro para acabar con las Fuerzas Armadas y es donde mejores resultados ha obtenido como producto de las inclinación de la balanza de la justicia institucional hacia la corrupción. Hasta ahora ha conseguido mantenerlas en el máximo estado de sumisión e indefensión, habiéndolas convertido en su herramienta más eficaz para la subyugación del país. Si eficaz ha sido su estilo a las hora de aplicar las reglas de la disciplina y la subordinación violando las reglas del Mando y la Conducción Militar, mucho menos afortunado ha sido cuando en medio de sus diarreas mentales ha tomado decisiones en el ámbito castrense, como la de movilizar diez batallones hacia la frontera, en medio del ataque de pánico que le produjo la incursión colombiana sobre el campamento de Raul Reyes en Ecuador. Su desconocimiento del apresto operacional de las Fuerzas Armadas hizo que ordenara un imposible al Ministro de la Defensa, quien apegado al estilo de toma de decisiones al revés, al final le comunicó que todas las tropas estaban desplegadas y que los rumores contrarios era parte de la guerra mediática de la oposición.
Como Ideólogo: Su momento de climax político como ideólogo llegó cuando logró “imponer” que sus adláteres gritaran a voz en cuello su importado slogan cubano “Socialimo, Patria o Muerte” para contestar distendida y placenteramente “Venceremos”, sin darse cuenta que sus súbditos lo hacen solo para su complacencia y para lograr parte de los mendrugos económicos que les permite tomar a hurtadillas sin darse cuenta que por debajo de la mesa se están llevando el lomito del cerdo. El mayor fracaso en su apostolado por la implantación del Socialismo del Siglo XXI es que ni él mismo sabe de que se trata, mucho menos sus seguidores. En el año 2006 manifestó estar de acuerdo con el humanismo, socialismo, comunismo, islamismo. “Para estar de acuerdo basta que me pongan en primer lugar el ser humano, la vida de un pueblo, la dignidad del hombre” expresó y en ese mismo orden ha ido dando pasos en su viaje hacia su Socialismo particular. Primero se declaró humanista y así llamó a su revolución, luego la llamó Democracia Revolucionaria y la definió como la transición al socialismo en el año 2005, creando el Instituto del Pensamiento del Socialismo del Siglo XXI, del cual, que yo sepa, no se ha vuelto a saber más nada que la noticia de su creación, la cual todavía aparece en diferentes portales web, incluyendo el del Ejército venezolano. Por último, este año ha declarado públicamente que da el viraje hacia el comunismo, por lo que nos queda sino hacer apuestas sobre cuando la declarará Islámica, para lo cual solo falta un Aló Presidente cargado de emotividad y sentimiento anti norteamericano y las circunstancias más oportunas, pero de que llegará el dia, … llegará.
Como Presidente: Difícil campo para un cabeza cuadrada como Chávez. De tanto criticarla, la demagogia se atascó en medio de sus dos lóbulos cerebrales. Allí estriba su mayor fracaso. Ni en sueños se acerca a la sombra del peor de los Presidentes de la Cuarta República. Todos sus logros han sido por la fuerza, por la fuerza del dinero, por la fuerza de la corrupción, por la fuerza de la extorsión, por la fuerza del sometimiento al escarnio público, etc. Hay ilusos que le han atribuido dotes especiales y lo han llamado “monstruo político”, “político instintivo”, cuando en realidad lo que confunden con arrojo es simple y llanamente irresponsabilidad y ambición, lo que algunos ven como sinceridad es ignorancia e hipocresía, lo que interpretan como valentía es falta de juicio, indecencia e inmoralidad. Como político es solo el remedo del Dragón Chino, aquel luchador rudo o “sucio” de los años 60, implacable mientras dominaba a su enemigo y suplicante cuanto estaba perdiendo el combate, simulador ante el árbitro en busca de la menor oportunidad para meter mentol chino en los ojos de su contrincante. Mejor lo hacen sus peores colaboradores cuando el saqueo de los fondos públicos les da tiempo. A quien se le ocurre nombrar ministro de energía a un hombre que se roba la electricidad o quien “le sugiere” a su pueblo que se bañe con una totuma y lo amenace con racionamientos? Ahí tiene el resultado, comenzó el almacenamiento de agua en volúmenes mayores que el despilfarro que se quería evitar, para un racionamiento de dos días se almacena agua para una semana, la cual se cambia por nueva cuando se reestablece el servicio. En su inmenso coeficiente de brutalidad, porque no es la inteligencia que le falta, sino lo contrario que le sobra, en 11 años no se ha dado cuenta que los humildes a los que ha engañado más que al resto de los venezolanos, todavía le llegan sus mensajes y que sus palabras pueden hacerle traerle al país mas desgracias que sus acciones.