Poco a poco, fallece la Patria de Simón Bolívar.
Mi artículo de esta semana no solo es un escrito de opinión. También es una denuncia personal y una alerta sobre una nueva modalidad delincuencial del gobierno venezolano para sellar los labios de quienes quieran decir la verdad.
Hace algunos días, una persona cuya identidad no puedo revelar y a quien no veía desde al menos unos 19 ó 20 años hizo una visita a Miami y a través de uno de mis amigos en el exilio me pidió reunirnos para comunicarme algo importante. Asistí al lugar de encuentro e iniciamos una conversación de casi tres horas, donde hablamos de cuanto tema relacionado con la realidad venezolana iba ocurriéndosenos. De más está decir, que su visita era casi oficial, pues pertenece a un cuerpo de Inteligencia y maneja directamente información que le es suministrada desde el interior de la DISIP.
Al entrar al tema que según él era el motivo de su preocupación, se refirió a las consecuencias nefastas que podrían acarrear mis recientes declaraciones en medios televisivos de Miami y a esta página con respecto al régimen usurpador del poder popular en Venezuela. Al respecto, me manifestó que uno de sus informantes le había advertido acerca de un presunto plan surgido de las entrañas del Helicoide, para apresarme, en represalia por mis declaraciones, afirmaciones que de paso no son nuevas y que hice públicas a partir del año 2002, lo que si es nuevo, es que al parecer el gobierno ha decidido silenciar a quienes el tiempo les ha dado la razón.
Dicho plan, por no ser factible mi detención acá en Miami, contemplaría hacerme ir a Venezuela de manera forzosa, al exigir mi entrega a cambio de la seguridad de alguno de mis familiares, quien sería secuestrado. Estos sinvergüenzas ni siquiera contemplaron el vulgar chantaje para hacerme callar, sino que recomendaron pasar directamente a la acción, de tal forma que yo no tendría tiempo de modificar mi forma de actuación o de pasar al silencio absoluto, sino que la única acción posible de mi parte sería presentarme en Venezuela para así, ellos poder saciar su sed de venganza.
Tal como lo veo, la autorización de tan vil y cobarde forma de acción, representaría el involucramiento del mismo Hugo Chávez en acciones de secuestro, además de la violación de derechos en materia de Asilo y la innecesaria adición de un nuevo delito de Lesa Humanidad al prontuario que él mismo ha ido conformando en su contra. Otros dictadores en la soledad de su destino final, han lamentado más su participación en este tipo de actos, que los actos de fraude o de corrupción por los que los haya juzgado la ley de los hombres y la justicia divina. Si yo estuviera en los pantalones de Hugo Chávez, a los proponentes de tan descabellada idea, además de destituirlos por ineptos, los juzgaría por atentar contra su revolución al traspasar los límites de la cordura y en última instancia, yo le recomiendo, que a esos valientes les asigne la misión de que vengan personalmente a buscarme.
Si mis estimados lectores quieren que les de mi opinión sobre la factibilidad de que esta idea llegue a tener resultados, creo que no. Alguien al respecto me dice que el gobierno está desesperado y que está traspasando límites inimaginables pero yo pienso que una acción de esta naturaleza solo la recomendaría un enemigo de Hugo Chávez y de su proyecto, y que definitivamente el hombre no es tan bruto como para sellar con tan craso error su confesión de culpabilidad sobre todos los hechos con respecto a los cuales se le ha denunciado.
Lo más grave de esto, es que podría pasar de una actuación contra una sola persona, a un “modus operandi” contra grupos completos de opositores en el exilio, lo que contribuiría a horadar más la posición moral de Hugo Chávez frente a la comunidad internacional y a poner en peligro los nexos que aún le unen a mandatarios y gobiernos cuya vinculación depende solo de intereses. En todo caso, señalo directamente al Presidente Hugo Chávez y al Director de la DISIP, como los responsables en caso de que tan absurda forma de acción llegara a materializarse y algo llegara a ocurrirle a cualquier miembro de mi familia o allegado y les ratifico, que personalmente no tengo ningún problema en enfrentar con los medios de que pueda disponer a cualquier comando de la DISIP reforzado o no con delincuentes internacionales que pretenda hacer una extracción ilegal de mi persona del país que me dio asilo. De verdad Hugo Chávez, te hicieron tanto daño o te causaron tanta ira las verdades que has negado u obviado durante casi siete años?
Sobre este episodio no pienso hacer un escándalo o crear alarma, pues me basta con que les llegue mi mensaje a quienes presuntamente están esperando la aprobación de su magnífico plan.
El gobierno sabe que duele más lo malo que pueda ocurrirle a un familiar que a uno mismo. Pero también debería saber que el familiar ese que conocemos como Patria duele tanto como cualquiera de los consanguíneos y es a ese familiar, al que defenderé siempre, en cualquiera que sea mi posición o condición, no importa que algunos consideren que el asilo sea una manera de abandonar la lucha.
Desde el exilio, me veo forzado a ver como en medio del llanto de sus dolientes y la alegría de sus enemigos, la vida de la República que viera nacer a Simón Bolívar se va extinguiendo tras cada medida que toman quienes detentan el poder.
Primero usurparon su identidad y al estilo de los que cambian las partidas de nacimiento en las prefecturas para amparar la nueva identidad de un extranjero deseoso de comenzar una nueva vida y de romper todo vínculo con su pasado, le cambiaron su nombre, colocándole un apellido a tono con el movimiento guerrillero bolivariano colombiano que se esconde tras la Coordinadora Continental Bolivariana.
Como el extranjero que quiere olvidar su pasado, también el gobierno pretende que a la fuerza Venezuela olvide sus recuerdos impresos en la historia y en tal sentido a pasos lentos pero constante, la base histórica de nuestra patria se ha ido transformando y los hechos que conocerán nuestros nietos y biznietos serán los que la revolución haya dejado intactos más los que han exaltado. A la gesta libertadora se agregará la gesta revolucionaria del siglo XXI, a los intentos independentistas de Gual, España y Miranda se les hará palidecer frente a los intentos del golpe de 1992. El conmemoración del 23 de enero será olvidada y el descubrimiento de América pasará a formar parte del acervo histórico de invasiones en el mundo.
Los símbolos patrios ya se han transformado y con el tiempo su forma inicial desaparecerá con las generaciones que los conocieron, solo falta que se inicie la transformación del Himno Nacional o la usurpación del mismo, tal como le ha ocurrido al Alma Llanera, a la que se ha dejado jugando banco mientras se toca en los actos públicos “Venezuela”, esa de “Llevo tu luz y tu aroma en mi piel y el cuatro en el corazón…”, simplemente porque al caudillo le gusta.
No deseo continuar señalando la interminable la lista de cambios, nada gratos ni positivos, que durante 10 años este gobierno ha hecho en nombre de un pueblo que no los ha pedido, sino que al respecto prefiero referirme al peor de los tratamientos de “shock” que se le pretende hacer al país: Ya se encuentra en marcha el proceso de privación selectiva de los sentidos de un pueblo, como lo es el de la voz, oido y la vista, mediante una intervención quirúrgica en la que como resultado, solo se podrá decir, oir y ver lo que una sola parte del cerebro ordene.
Poco a poco el cerebro que gobierna en Venezuela, de los cual no estoy ya seguro si es Hugo Chávez, va a ir apagando aquellas partes del sistema sensitivo de nuestro país, cuya percepción no corresponde a lo que él desea o quiera. RCTV fue un primer y muy bien pensado paso, Globovisión no se dejó aplastar, por lo que en un cambio en su orden de prioridades se fue a un sector con menos posibilidades de defensa, la radio, lo que termina por demostrarle al mundo, que el problema del gobierno no era la línea editorial de Globovisión, el problema del gobierno son todos los medios de comunicación que no se pliegan a la “linea de silencio, ceguera y sordera” que él desea imponer. Una vez que lo logre, sus avances no serán advertidos y podría tener el control del país, emulando a Kim Jong-il, el sanguinario dictador de Corea del Norte, uno de los países más aislados del mundo, con severas restricciones en la entrada o salida de su territorio, donde la prensa es controlada por el Estado y por organizaciones de masas.
Todo lo anterior no significa que ya piense que eso va a ocurrir en Venezuela o que sea nuestro destino. Es cierto, estamos en manos de un poder opresor, “por ahora”, pero tal como lo escribí hace ya algunos meses, su apoyo se desmorona lenta pero inexorablemente, se derrite como un iceberg en aguas tropicales. Como todos los dictadores desde que empezó a usufructuar el poder comenzó su viaje a la soledad. El caso de Fidel Castro no se va a presentar en Venezuela y ya han transcurrido 10 años, lo que quiere decir que queda menos. Se que hay reservas y mecanismos que no se han movido y por ello no han sido sopesados por este gobierno de improvisadores.