Las FAN se encuentran atrapadas entre la lisonja del gobierno y el repudio de la oposición.
La política venezolana, en cualquiera de sus dos versiones, el socialismo del siglo XXI o los diferentes sectores que se le oponen, les conviene ganarse el favor de las Fuerzas Armadas, a pesar que las vías son distintas: El gobierno lisonjeándoles y reclamando respeto hacia ellas, mientras que en la oposición, son más los que se abstienen de atacarla que los que la ridiculizan, insultan y menosprecian, bajo la premisa de que son los militares quienes se tienen que echar a cuestas el destino del país.
Tal pareciera que con su conducta, quienes atacan a las FAN por no actuar de acuerdo a sus intereses, estuvieran trabajando para que la oposición entera fuera aborrecida por nuestros militares. No obstante, convencido de que “quien no escucha consejo no llega a viejo”, deseo contribuir con aquellos con quienes comparto una profunda adversión al régimen que detenta el poder en Venezuela, en mi condición de profundo conocedor de la conducta colectiva de las FAN y sobre todo, bien informado de la situación actual, les recomiendo, si les es posible abstenerse de usar métodos repudiables contra la institución armada, que den un paso al lado para que aquellos en quienes la razón tiene un peso importante a la hora de la emisión de juicios sobre la posición de los militares en la diatriba política, lo hagan en base a una sana crítica sobre individualidades y nunca sobre la injusta generalización de los pecados de unos pocos políticos vestidos de uniforme.
De la otra parte, el gobierno, ha habido más consistencia en el discurso y en las posiciones, en una aparente defensa de las Fuerzas Armadas ante ataques, unos reales y otros inventados por voceros, sobre todo, del Alto Mando institucional.
Por ejemplo hoy, estuve viendo con atención la entrevista que le hizo este domingo José Vicente Rangel al Ministro de la Defensa o mejor dicho, la clase que le dio este dinosaurio político al ignorante General Mata Figueroa sobre la mejor manera de responder a sus preguntas. Al respecto, sentí mucha pena por la triste imagen que irradia este General revolucionario y por la pobreza de sus respuestas, afirmativas en todo momento ante las afirmaciones que a manera de “remiendo de capote” hacía el viejo zorro vendedor de imagen, cada vez que el intelecto del General se estrellaba contra la ignorancia supina o iba por el camino equivocado.
Por ejemplo, cuando José Vicente le preguntó sobre si las Fuerzas Armadas eran apolíticas, no solo afirmó que en el pasado lo eran, sino que en el presente se encontraban al margen de la Constitución Nacional, tal como era su propio caso y como si el resto de los integrantes de la Institución tuvieran el derecho de hacerlo libremente. Para colmo, José Vicente debió liberarlo del bochorno, al auxiliarlo cuando el balbuceante margariteño, afirmaba que las FAN eran políticas porque ellas “tenían que ver con la Política de Defensa”. Que a estas alturas, un funcionario militar con rango de Ministro y menos del de Defensa, no sepa diferenciar entre ser ejecutor de las Políticas de Estado en materia de Seguridad y Defensa, y ser activista de la diatriba política partidista o defensor de una revolución proscrita nada más y nada menos que por la Constitución Nacional, es lamentable e inexcusable.
Al ver a Mata Figueroa evocando la figura de Blanca Ibañez, a quien no tuvo la valentía de mencionar como la autora de favores a militares de su entorno a la hora de los ascensos, ni de especificar los hechos por los que la traía a colación, sentí verdadera lástima por nuestra Fuerza Armada y por todos aquellos subalternos que por imperativo de la Constitución Nacional y las Leyes de la República, deben Obediencia, Respeto y Subordinación a esta clase de políticos ocasionales uniformados.
Otro detalle que no puede escaparse a la atención de cualquier observador, es la afirmación automática del Ministro, ante una pregunta de José Vicente en relación a planes del “Imperio” de convertir a las Fuerzas Armadas en policías y a la admisión de que las FAN manejan información de inteligencia sobre acciones desestabilizadores contra la Democracia, información que todos sabemos que es falsa y que se corresponde con una campaña interna dirigida desde hace un buen tiempo para tratar de convencer a los hombres y mujeres militares del país de que a las Fuerzas Armadas les espera como destino la función de Policías con un nuevo gobierno por exigencias imperiales o que desde la oposición venezolana se preparan planes subversivos y de carácter terrorista, donde las FAN son el blanco predilecto e inclusive el diseño de escenarios de desconocimiento del resultado electoral si éste le fuera favorable al gobierno.
Esta operación psicológica, junto con la de satanización de cualquier acción que pudiera ser calificada de golpista, ha hecho mella en las FAN, y si a esto le aunamos los ataques de algunos opositores desbocados y desconocedores de la Institución y de sus códigos de comunicación internos, nos encontramos con un panorama poco prometedor en el momento de la definición política más importante para el país.
Por todo lo anterior, nuevamente solicito mediante estas líneas, el respeto a la Institución de las Fuerzas Armadas venezolanas, a sus anómimos mujeres y hombres y a sus decisiones. Exhorto a los venezolanos a evitar el ataque infundado y despiadado en su contra, a la generalización injusta de los vicios y corruptelas de unos pocos y a la identificación de los verdaderos traidores de la tradición militar venezolana.