El dilema que trasnocha al gobierno
venezolano en relación a sus posibilidades de mantenerse en el poder por vía
electoral es muy simple: si se reduce la abstención, sentirá las consecuencias
de su mala gestión. Si el resto de la
población no chavista sale a votar, está liquidado.
Del total de la población electoral, el
gobierno tiene un voto “cautivo” que comparado con la suma de las cifras a
favor de la oposición y de la abstención representaría tan solo un 30%. El voto a favor del gobierno históricamente
ha establecido una tendencia descendente mientras que el opositor tiende a
aumentar, tal como se demostró en las elecciones parlamentarias del 2010. Por otra parte, el padrón electoral ha
crecido en función de la incorporación de los jóvenes, sector en el que el
gobierno se encuentra desfavorecido.
En consecuencia, al gobierno no le
queda otra opción que usar todos los artificios que posee para sacar tajadas
pequeñas que hagan una sumatoria apreciable a la hora de contar los votos,
tales como la desinformación por afirmaciones veladas de sus funcionarios,
dispersión de rumores sobre hechos y tendencias, escándalos mediáticos,
distorsión de la realidad social y económica y un sin fin de triquiñuelas
dignas de premios del séptimo arte.
Al no recibir la respuesta necesaria de
sus campañas para incentivar a sus partidarios, haciendo uso de las teorías de
la conspiración internacional en su contra, los intentos de magnicidio, las
conspiraciones internas, etc, no le quedará otro camino que usar
estrategias disminuir las posibilidades
de su oponente.
Desincentivación del
voto
Para muchos venezolanos, tal vez la
mayoría, la términos “operaciones psicológicas”, “operaciones de inteligencia y
contra-inteligencia”, corresponden al ámbito militar y podrían estar asociados
dentro de dicho sector al tiempo de guerra.
Para otros podrían corresponder al cine de películas bélicas o de
acción.
Si embargo, solo aquellos que han
actuado alguna vez en una verdadera operación de inteligencia o
contra-inteligencia y especialmente con una psicológica, pueden dar fe de los
resultados que pueden obtenerse como producto de la aplicación de los
principios fundamentales de este tipo de operación, sobre todo si se combinan
con fundamentos y técnicas de publicidad, mercadeo y comunicación de masas y
que en vez de aplicarse para diezmar la moral del enemigo militar antes del
combate, se les asigna como objetivo actuar sobre una población con
características tan particulares como la venezolana, proclive a la creencia de
rumores y diseminadora de los mismos, supersticiosa, superficial e
influenciable.
Actualmente sobre los venezolanos se
tiende el manto de una enorme operación psicológica destinada a modificar su
conducta, valores y actitudes en procura de extender por algunos años la
permanencia en el poder del actual gobierno.
Para lograrlo, en el ámbito electoral se han diseminado toda clase de
mitos destinados a desincentivar a los electores posiblemente adversos al
denominado Socialismo del Siglo XXI.
Quien “echa a andar la carreta” son los
diseñadores de estrategias del gobierno, pero quienes se encargan de
arrastrarla y en ocasiones hasta por años y por todos los medios a su alcance,
desafortunadamente son quienes se proclaman antichavistas.
“Escuálidos” y
“Majunches”
Para el gobierno era necesario dividir
a los venezolanos y la tarea principal ha estado a cargo nada más y nada menos
que del Presidente de la República, quien actuando como comunicador clave
dividió mediáticamente a los venezolanos al colocar a sus adversarios
calificativos indicadores de minusvalía o de minoría. Después de la derrota en las parlamentarias,
dejó de decirles “escuálidos” y de cara a las primarias de la oposición cambió
el calificativo por el de “Majunches”.
Por otra parte, con las expresiones de reducir a polvo cósmico a sus
opositores, busca ubicarse en el subconsciente
de quienes lo escuchan como un ente suprahumano.
El cable submarino a
Cuba
Uno de los mitos esparcidos para hacer
creer a los venezolanos que no vale la pena luchar contra una maquinaria
invencible, ha sido el de hacerles creer que el objetivo del cable submarino
tiene como objetivo “la transmisión de data correspondiente a millones de votos
ejercidos por cubanos suplantando a los venezolanos”. Las cantidades de votos que manejan los
diseminadores de rumores, van desde uno hasta cinco millones.
Anteriormente a esto, se hablaba de
“laptops”, (nunca han mencionado computadoras de escritorio o servidores) con
conexión al satélite Simón Bolívar, desde los cuales se habían inyectado
millones de votos al proceso de elecciones presidenciales del año 2006,
proceso electoral que por cierto solo le
produjo al gobierno 2.881 votos de los 3511 venezolanos inscritos en Cuba, de
los cuales 2.657 que cursaban estudios en
las facultades de ciencias médicas de Camagüey, Clara Zetkin en Isla de
la Juventud y 26 de Julio en Jaguey Grande, retornaron a Venezuela. Para el mes de mayo del 2010, la cantidad de
venezolanos en Cuba había descendido a 663.
Si sumáramos los miles y hasta millones
de votos que por los distintos métodos que de acuerdo a los rumores estaría inyectando
el gobierno en los procesos electorales, el total obtenido hubiese sobrepasado
la quimera chavista de los diez millones en cualquier momento.
Las Fuerzas Armadas
Chavistas
Como el arsenal de la guerra
psicológica es inagotable, así como también es necesario reforzar las dosis
regularmente, no faltan las manifestaciones “espontáneas” de los seguidores de
la revolución. De vez en cuando algún
miembro del Alto Mando de las Fuerzas Armadas afirma, como en el caso del
General Rangel Silva, la lealtad incondicional a Hugo Chávez por parte de la
institución a la que representa. Otros
saltan con absurdas acciones proselitistas como cuando el General Benavides
Torres lanzó su grito de “no volverán” durante un programa de televisión en
presencia de Hugo Chávez.
Para reforzar a sus “súbditos” Chávez se dejó de tonterías y de una vez por
todas proclamó que las FAN eran chavistas y reiteradamente lo afirma.
Nada más falso. Aunque pareciera que el objetivo de tales
afirmaciones son las mismas FAN, en el seno de éstas no se produce el menor
efecto en cualquier sentido. El blanco
escogido no está en las FAN sino en el sector civil: el elector, a quien se le
pretende hacer creer que su voluntad no será respetada y que votar no tendrá en
consecuencia ningún resultado.
El Plan República
cambiando actas de votación
En su esfuerzo por desencantar a los
venezolanos de la opción del voto, el gobierno alimenta complots anacrónicos,
impracticables en la actualidad e inútiles, como el reemplazo de actas de
votación y de urnas electorales.
Con un profundo desconocimiento de los
procedimientos establecidos por el CNE, en quien por supuesto no se debe
confiar a ciegas, quienes afirman que esto se hace y le produce dividendos al
gobierno, ignoran el trabajo realizado por representantes de la oposición en el
diseño de dichos procedimientos.
El Fraude
electrónico
En el año 2004, luego del Referendo
Revocatorio, surgió la teoría de que el resultado fue producto de una
monstruosa manipulación informática.
Algunos especialistas en informática y telecomunicaciones presentaron un
estudio mediante el cual habrían demostrado que durante el proceso no se había
seguido el protocolo anunciado para la transmisión de la data y que durante el
transcurso del proceso las máquinas estuvieron transmitiendo el resultado y
recibiendo información del CNE que cambiaba los resultados.
Fuentes de inteligencia, vulnerables en
Venezuela como en ninguna otra parte del mundo, indicaron que el gobierno tuvo
información privilegiada sobre el resultado electoral, tal como lo señalaron
los realizadores del estudio sobre el Referendo. Los resultados parciales hasta las 6 de la
tarde le eran adversos, razón por la que se ordenó a la organización de V
República que no permitiera el cierre de las mesas poblando las colas para
votar e inclusive a miembros del ejército para que apoyaran con vehículos
oficiales el traslado desde los barrios de las personas que no hubiesen
votado.
Se debe tomar en cuenta que durante el
día, los venezolanos votaron a favor y en contra desde las 7 de la mañana como
hora promedio de apertura, hasta las 6 de la tarde, es decir durante 11
horas. A partir de ese momento, en la
mayor parte del país, se estuvo votando a favor del gobierno hasta pasada la
media noche, es decir unas 6 horas más, tiempo necesario para revertir la
tendencia ya que los votantes pro-oposición abandonaron las colas tan pronto
como comenzó a caer la noche.
Tal comportamiento fue inducido por el
gobierno al diseminar una ola de rumores sobre ataques a electores, así como
por la presencia de grupos de motorizados en la cercanía de los centros,
rumores a los que contribuyeron inocentemente los medios de comunicación
social.
La salida no es
electoral
En muchas páginas de internet
principalmente, diferentes fuentes que sostienen que la salida venezolana
frente al socialismo del Siglo XXI no es electoral, puede advertirse el mismo
estribillo obtenido del “copy” y “paste” que caracteriza a aquellos “analistas”
que se alimentan de los rumores prefabricados: “Venezuela no tiene salida
electoral”.
Los defensores de la tesis de la salida
por vías no electorales, no consideran por una parte, que esa es la que más le
conviene al gobierno por el hecho de que es él quien legalmente ostenta el
derecho al uso de la fuerza para mantener el “hilo constitucional”, posición en
la cual puede ser apoyado internacionalmente hasta por aquellos países que
verían con agrado a Venezuela bajo otras riendas, mientras que por la otra,
demuestran un absoluto desconocimiento de la idiosincrasia de los venezolanos,
a quienes el simple ejercicio del voto, sin marchas, exposiciones a sufrir
lesiones, riesgo de encarcelamiento o hasta la muerte, ya les parece lo
suficientemente temerario como para salir de su casa e instalarse pacientemente
en un fila para votar.
Las captahuellas
La colocación de las máquinas
captahuellas en los centros de votación son usadas con múltiples propósitos. El
principal corresponde a contribuir al levantamiento de la data dactilar de los
venezolanos, mientras que desde el punto de vista electoral, le aseguraría al
gobierno que votantes opositores no puedan hacerlo más de una vez. Otro
propósito podría ser el de la verificación de que todos sus partidarios
registrados en las diferentes misiones y programas ejerzan el voto. No obstante, los usos que se le atribuyen no
son conocidos por el personal del CNE que las operan.
Sin embargo, el rumor mas extendido
gracias a la estimulación recibida desde el gobierno, es que con las mismas se
busca vulnerar el secreto del voto, con lo cual más que estimular la abstención
opositora, se busca el voto favorable al gobierno de empleados públicos y .
Los multicedulados
Si los venezolanos alguna vez se
hubieran preocupado de las anormalidades que ocurrían en la DIEX antes de la
llegada de Hugo Chávez al poder, tal vez no apoyarían la tesis de los
multicedulados por el gobierno para votar a su favor. Todas las irregularidades sobre
cedulación que descubrí a mi paso de catorce meses por dicha institución eran altísimas,
llegando a estimar que podrían sobrepasar el millón en una población cedulada
que alcanzaba entonces casi los ventitres millones.
En la DIEX, pagaban para alterar los
registros y cambiarse la edad las damas que se hacían operaciones cosméticas o
los jugadores de besibol que querían incursionar en las ligas menores en los
Estados Unidos, ingresaban al sistema familias enteras venidas de Asia o del
Medio Oriente, así como países latinoamericanos. Un ejemplo es el de la foto titulada como
“Caso Cabimas”, donde tres personas comparten un mismo número de cédula
También existían multicedulados pero no
era con fines electorales, sino para ocultarse, apropiarse de cuentas
bancarias. No obstante existe
información de grupos de personas que sufragan varias veces portando más de una
cédula, pero nadie ha presentado una sola prueba de ello a pesar que por las
redes sociales circulan listados, copias de documentos, etc.
El problema de multicedulados con fines
electorales por parte del gobierno, es que son un arma que se podría volver en
su contra, tal como ocurrió con los colombianos que viviendo en la zona
fronteriza fueron nacionalizados a priori y que en los comicios para las
parlamentarias el gobierno decidió cerrar la frontera para evitar su voto
castigo por la tensa situación con Colombia y por la terrible situación
fronteriza.
La disuación
Cuando los laboratorios de guerra sucia
del gobierno perciban que sus esfuerzos no están dando resultado de cara a las
venideras elecciones presidenciales, optarán por recomendar el uso del arma de
la intimidación y nuevamente saldrán expuestas las teorías conspirativas más
inconcebibles o mejor dicho, los más burdos cuentos de camino para intentar
frenar la voluntad popular: El magnicidio, el golpe de Estado, la invasión
norteamericana, los paramilitares colombianos y el sabotaje a las industrias
básicas y estratégicas.
Al coctel anterior se unirá el fraude
de la oposición y el desconocimiento de su triunfo electoral, así como el uso
de sus grupos de intimidación para alejar a opositores de las colas y neutralizar
a los testigos de mesa.
Las captahuellas y su fama de
violadoras del secreto del voto tendrán un rol protagónico para impedir que los
empleados públicos y afiliados a las misiones los “traicionen”.
La oposición ha
aprendido
El “modus operandi” de la revolución
realmente sorprendió a la sociedad venezolana y a la mayoría de los políticos,
acostumbrados como estaban, a la la apacible agenda de los gobiernos y al
ejercicio ortodoxo del poder. Con el
acceso de Hugo Chávez a Miraflores, la imagen y la presidencial cambió de manera radical y con ella la forma de
hacer gobierno y la ética pasó al olvido.
El engaño y la deslealtad del gobierno con respecto a los gobernados en
todos los actos relativos a sus responsabilidades, comenzaron a sembrar la duda
primero entre los críticos a la revolución, luego en los escépticos y día a día
alerta a quienes creyeron en sus ofrecimientos.
Lo que era impensable para algunos en el año 2000, hoy es una certeza. Quedó establecido fehacientemente, el
gobierno miente sin desparpajo alguno a sus gobernados. No existe promesa que no haya sido rota en
los 14 años transcurridos, pero lo que si ha resultado evidente, es que en la
profunda duda que ha generado sobre sus acciones, también se aprender a escoger
entre lo que el gobierno quiere que creamos y lo que podemos creer.
En tal sentido, todas las maniobras
para alejar a los partidos políticos y a la sociedad civil de los centros de
votación deben ser combatidas, sobre todo deteniendo la propagación de los
rumores con el claro objetivo de desincentivar el voto que terminará
despojándolo del poder.
Para el próximo 7 de octubre, la
activación, participación, movilización y vigilancia de todas las etapas del
proceso electoral serán determinantes, para que la verdadera voluntad popular
se exprese.