“El Gobierno de
la República Bolivariana de Venezuela, ha constatado con extrema preocupación
el incremento de las amenazas que pesan sobre el personal consular venezolano
destacado en la ciudad de Miami, estado de Florida, Estados Unidos”
Así comienza el
comunicado de la Cancillería venezolana, dado a conocer este 16 de enero,
mediante el cual se oficializa el cierre administrativo del Consulado en Miami
como respuesta a la calificación de “persona non grata” a la que se hizo
acreedora la Cónsul Livia Antonieta Acosta Noguera por su abierta disposición a
vincularse a proyectos hostiles contra los Estados Unidos y a la “invitación” a
que saliera del territorio de los Estados Unidos en no más de 72 horas.
La
Cónsul de la discordia.
No obstante que la
acción de retaliación del gobierno venezolano podría estar fundamentada en la
medida diplomática del Departamento de Estado luego de la publicación del
documental de Univisión “La Amenaza de Irán”, maliciosamente, el Canciller
Maduro se aferra de las protestas y las críticas de algunos venezolanos en
Miami por el consecuente escándalo diplomático, para responsabilizarlos por la
radical medida, con varios objetivos, unos inmediatos y otros a corto o mediano
plazo.
En lo inmediato, con
su medida buscó un chivo expiatorio a su acción, con la intención de manipular
los triviales desacuerdos existentes entre miembros del exilio y generar
fricciones de las cuales sacar provecho más adelante.
Igualmente, busca
justificar ante el gobierno de los Estados Unidos, la apresurada “extracción” del aparato de
inteligencia instalado en el Consulado, ante los reiterados señalamientos sobre
labores de espionaje y seguimiento de exiliados en Miami.
Otro objetivo, aun
por consolidar, sería el impedir el ejercicio del voto de los venezolanos
registrados en el Consulado de Miami, durante las elecciones del próximo 7 de
octubre y en el interín, castigar a la población electoral que sabe, le es
adversa.
La medida adoptada
fue bien estudiada por el gobierno y especialmente por el personal de
Cancillería, el cual en un principio se abstuvo de mencionar cual sería la
respuesta diplomática, circunscribiéndose a anunciar que sería “clara, firme y
oportuna”.
Consulado
en peligro real, grave e inminente.
Continúa la nota de
la Cancillería venezolana, calificando la medida norteamericana como: “injusta,
preocupante e inmoral que pone en evidencia la sumisión de la agenda de
Washington a la de los sectores políticos extremistas y violentos que anidan en
el estado de Florida”, pecando en su apreciación de fantasiosa, mitómana e
irresponsable al sugerir que el gobierno al que denomina “Imperio” podría
subordinarse a inofensivos exiliados, quienes en los pocos años que tienen
conviviendo pacíficamente en la Florida solo se han agrupado para reclamar por
los excesos del gobierno venezolano.
Risible es además el
argumento esgrimido para justificar el regreso de la misión consular, al
catalogar a los exiliados como un “peligro real, grave e inminente” por
el solo hecho de que algunos de ellos protestaran pacíficamente frente al
Consulado. Sería interesante que el
Canciller Maduro le preguntara a sus policías diplomáticos donde se sienten más
seguros, si en Miami o en Caracas?
Hasta el momento, de
no tratarse de Venezuela, de la actual Venezuela y su gobierno, habría que
imaginarse que Miami es una especie de Beirut en pleno apogeo terrorista en los
años 80, cuando el 18 abril 1983 un vehículo cargado de explosivos destruyó
parte de la Embajada de Estados o cuando el 23 octubre de ese mismo año fue
atacado el cuartel general de los
"marines" estadounidenses.
El
móvil: La venganza.
La reacción del
gobierno venezolano, no es una simple exageración sobre una base real, sino que
constituye una maquiavélica e impune acción, fundamentada sobre bases falsas y
maliciosas para castigar la disidencia política venezolana en Miami y al resto
de los ciudadanos que luego de las elecciones presidenciales del 2006, quedaron
identificados entre el 97.61% definitivamente adverso a Hugo Chávez.
En la guerra de Hugo
Chávez contra quienes no piensan como él, guerra asimétrica por cierto, por la
desproporcionada magnitud de los oponentes en todos los sentidos, las acciones
del gobierno no tienen límite.
La conducta, a veces
criminal, tanto del Presidente como de sus seguidores, no debería sorprender a
los venezolanos y mucho menos a aquellos que tuvimos que salir del país, bien
sea por estar en riesgo físico o por evitar el maltrato moral de parte de los
enemigos que fueron apareciendo en nuestro camino.
El desprecio hacia
una parte de su propio pueblo, la violación a sus derechos elementales y la
insensibilidad frente a sus necesidades, será la marca con la que distinguirá
la posteridad, a quienes violando la obligación legal y moral de gobernar igual
para todos, utilizan las prerrogativas que les da el poder para aplicarle
reglas inmorales de sumisión, en vez del respeto que le deben.
Las
alternativas.
Algunas de las
actividades y trámites que las personas naturales y jurídicas realizaban ante
el Consulado de Venezuela en Miami, podrían ser realizadas en otros consulados
o solicitando el servicio de Notarías Públicas, el cual mediante el trámite de
Apostilla o método simplificado de legalización
y autenticación de documentos, substituye perfectamente el trámite de
legalización en los Consulado.
El trámite
Apostillas está disponible en cualquiera de los 101 países que firmaron el
Convenio de la Haya sobre la Eliminación del Requisito de la Legalización de
Documentos Públicos Extranjeros, popularmente conocido como el Convenio de La
Haya. Este convenio, suscrito por 101 países en 1961, entre los que se
encuentra Venezuela, sustituye al largo proceso de certificación en cadena
utilizado hasta entonces, en el que había que acudir a autoridades distintas
para certificar un documento, a fin que tuviera legalidad en otro país.
Mediante esta
alternativa, todas las personas que requieran la legalización de cualquiera de
los siguientes documentos: Constancia de Fe de Vida, Remesa Familiar,
Pensiones, Registro de Nacimiento , Actas de Matrimonio, Divorcio o Defunción, Permiso de Viaje, Autorización
de Pasaporte para Menores, Traducciones Legales, Certificaciones de Deuda,
Facturas, Libre Venta, Origen o de Calidad; pueden hacerlo a través de una
Notaría Pública.
La tramitación de
documentos exclusivos del Ministerio de Relaciones Exteriores, deben ser
realizada ante otro Consulado. Venezuela
tiene otras ocho oficinas consulares en los Estados Unidos: Houston, Puerto Rico, New York, Washington,
San Francisco, Boston, Chicago y New Orleans,
siendo éste el más cercano a Miami, aunque se encuentra aproximadamente
a unas 850 millas o a unas 13 horas de conducción por tierra.
En cuanto al
ejercicio del voto, si la medida se mantiene más allá del 7 de octubre de este
año, la única alternativa posible, dependiente el ciudadano, es la solicitud de
transferencia o mudanza de la inscripción en otro Consulado, mientras que
dependiendo del Consejo Supremo Electoral, una posibilidad o salida viable,
sería la de la habilitación de centros y mesas de votación en instituciones
públicas u otros consulados de países hermanos en Miami.
Una
puerta abierta.
Aunque en sus apariciones públicas los personeros del
gobierno chavista han tratado de dar firmeza en sus expresiones, el comunicado
de la Cancillería venezolana deja una puerta abierta al concluir, que el
Consulado venezolano “se verá impedido, hasta
nuevo aviso, de cumplir con sus actividades normales y de brindar sus
servicios habituales ”.