El gobierno venezolano adquirió en el año 2006 24 aviones rusos SU-30 MK2, ahora Hugo Chávez quiere 24 Su-35
"He enviado el mensaje al Gobierno ruso de que estamos interesados en evaluar la posibilidad de adquirir en los próximos años una flota de Sukhoi 35, para seguir modernizando y fortaleciendo el poderío militar defensivo" gritó Hugo Chávez durante en cadena obligatoria de radio y televisión mientras realizaba parte de su campaña electoral en el estado Guárico el pasado 18 de julio.
Tal anuncio lo hizo luego de que el gobierno ruso le informara de la aprobación de un nuevo crédito por 4.000 millones de dólares, destinado íntegramente a la compra de armamento.
Chávez aduce para la compra razones de defensa de la soberanía, protección de la integridad de las riquezas naturales del país y la modernización de las Fuerzas Armadas.
Estas compras tienen por lo general una muy buena aceptación dentro de las Fuerzas Armadas, las cuales emulan con su comportamiento el de un niño cuando se le regala un juguete nuevo, soslayando otros aspectos involucrados en el asunto, como sería la elevación del nivel de endeudamiento del país, la negación de recursos a otras áreas más necesitadas y la corrupción subyacente en cada negociación que hace el gobierno.
Por su parte Hugo Chávez, conocedor del comportamiento de los miembros de las Fuerzas Armadas, quienes inclusive aun cuando estén en desacuerdo con sus planteamientos ideológicos ven con buenos ojos el fortalecimiento de sus respectivos sistemas de armas, saca provecho de tal circunstancia para llevar adelante sus proyectos de mesiánicos, a la par que reparte entre los militares que manejan el aspecto técnico las migajas del negocio en forma de viáticos, viajes y experiencias, mientras que para quienes intervienen en el aspecto económico quedan las jugosas comisiones.
Ni hablar de la otra parte, en el caso actual, la rusa, quien es la que en se queda con el grueso del negocio. Es en definitiva, para el grupito del gobierno un “juego de ganar - ganar”, mientras que para el país solo queda una enorme deuda por pagar en el futuro.
Para saber como se va a desarrollar el negocio anunciado por Hugo Chávez, basta con tomar como ejemplo la compra de 24 aviones SU-30 MK2 realizada en el año 2006 por el mismo Chávez. No se habían realizado los estudios de factibilidad para la adquisición de los equipos cuando ya se anunciaba como un hecho. Desde el principio ya era una decisión tomada; sin embargo con posterioridad se cubrió toda la parte formal de la negociación con la finalidad de involucrar en la toma de decisiones a las Fuerzas Armadas.
Pueden tener ustedes como un hecho consumado que Venezuela comprará los SU-35 a la misma empresa estatal rusa, que la cantidad va a ser de 24 aviones y que para octubre ya la Fuerza Aérea venezolana estará volando aviones prestados que luego se quedarán en el país como avance de la negociación, ya que la empresa necesita un plazo de hasta 10 meses para hacer entrega del primer avión nuevo.
La compra del avión SU-30MK2
El 14 de mayo de 2001, el gobierno de Venezuela y el de Rusia, suscribieron en Moscú un Convenio sobre Cooperación Técnico-Militar, el cual establecía entre otros aspectos, cooperación en las áreas pertinentes a suministro de armamento, técnica militar y otro material de uso bélico.
El 08 de noviembre de 2005 en Caracas, en la denominada mesa de trabajo Nº 3 de la Sub-Comisión de Cooperación Técnico Militar Rusia-Venezuela, la contraparte rusa, se comprometió a iniciar la negociación de aviones SU-30 MK2 que serían entregados antes del año 2009”.
El Estado Mayor General de la Aviación creó un comité técnico para “profundizar y materializar los estudios para una eventual adquisición de dicho sistema de armas (SU-30 y SU-35)”.
El 4 de febrero del 2006, salió una comisión de oficiales de la Fuerza Aérea venezolana comandados por el General de Brigada José Gregorio Pérez Escalona con destino inicial Moscú, autorizada mediante Punto de Cuenta Nº B65-OPE-001-CTA-06 con la finalidad de realizar una serie de visitas de evaluación a las empresas rusas.
El domingo 5 de febrero la comisión llegó a Moscú y se alojó en el hotel “Nacional” y desde el lunes bien temprano iniciaron las visitas a la Compañía Rosoboronexport, a la empresa SA “Compañía Sukhoy”, el Centro de demostración de Aviones donde tuvieron el primer contacto directo con el equipo SU-30 MK2. También visitaron el instituto de investigaciones científicas y diseño de instrumentos NOWADAYS JSC, la empresa Technocomplex y KNAAPO, fabricante de los aviones SU-30 MK2.
El 16 de febrero la comisión voló a Francia y visitaron la empresa “Thales” en Paris, fabricante de equipos de aviónica integrados en los aviones Su-30 adquiridos por la Fuerza Aérea de India y el 17 de febrero retornó a Caracas.
A su regreso a Caracas, la comisión se mostró favorable a la compra de los dos equipos, el SU-30 MK2 y el SU-35 siempre y cuando se cumpliera con una serie de requerimientos técnicos, logísticos y financieros. De no ser cumplidos éstos, no era posible continuar con el estudio de factibilidad por parte del comité de la Fuerza Aérea.
Como era previsible, las inquietudes de la Fuerza Aérea no fueron satisfechas y la negociación continúo, arribando a “un felíz término” para la revolución pero triste para el país.
Por ejemplo, a la comisión nunca se le aclaró en que consistían los “juegos marinos de rescate de altura VMSK-4-15”, sin embargo por 48 unidades se pagó $ 751,584.00 o el cinturón salvavidas de aviacion ASP-74V, por los cuales por 48 de ellos se pagó la cantidad de $ 65,137.28.
Los seis primeros aviones no salieron de la línea de ensamblaje, sino que eran producto de una devolución junto con algunos helicópteros realizada por china. Los mismos se encontraban en la empresa KNAAPO, fabricante de los aviones SU-30 MK2 y Su-35, ubicada en la ciudad de Komsomolsk del Amúr, al oriente de Moscú.
A partir de ese momento, la negociación quedó en manos de los rusos, quienes la cerraron por la módica suma de 2.103.498.171,04 Dólares lo que dividido entre los 24 aviones y restado del valor individual del avión de 40.578.125 Dólares nos da como resultado un valor de 47.067.632.13 Dólares en armamento, repuestos, herramientas, equipos, manuales y entrenamiento por avión.
El listado de la compra es inmenso y contempla más de 160 items, en medio de los cuales se filtró un sobreprecio que al final resultó gigantesco.
Para tener una idea, un casco de vuelo para piloto de F-16 tiene un valor en el mercado de 3.500 Dólares mientras que el valor promedio de los cascos rusos adquiridos es superior a 9.500 Dólares, las máscaras de oxígeno tuvieron un valor promedio superior a 1.500 dólares. En total, el traje de vuelo para 48 pilotos arrojó un costo de 1.778.881,28 dólares (unos 37.000 Dólares por piloto).
Cuatro juegos de herramientas para desmontar neumáticos fueron pagadas en 80.000 dólares, pero lo más escandaloso es el sobreprecio en el renglón de “Medios de Mantenimiento Terrestre”. Allí por ejemplo 4 “Cisternas de líquidos especiales” A2111-0000, que no son más que un remolque con un tanque de aceites hidráulicos con su bomba, tiene un costo de 380.000 Dólares, mientras que 2 Camiones cisternas de líquidos especiales ZSG-66M fueron adquiridas en 482.000 Dólares.
Se compraron además 2 equipos de Aire acondicionado de aeródromo AK-0,4-M1 que no son más que una unidad de acondicionamiento de aire sobre un camión para refrescar la cabina de un avión mientras la aeronave está en tierra, cuya única condición especial es la toma o boquilla de acople a la aeronave. Los dos equipos tuvieron un costo total de 1.340.000 Dólares, que si los comparamos con el costo de un equipo occidental con el mismo fin la diferencia de precios resulta abismal: 1. 300.000, 00 dólares.
El turno del Sukhoi 35
La oferta presentada por la empresa rusa para la compra de los Sukhoi 35 contempla los mismos equipos de apoyo y armamento considerados en el contrato de los SU-30 MK2. El monto total de la misma, con un plan de entrega de equipos a 3 años entre 2009 y 2011 asciende a 3.519.158.135,56 Dólares.
Como podrá observarse, la fecha prevista para la primera entrega del Sukhoi en 2009 tiene tres años de retardo por lo que de acuerdo al índice de apreciación del 2% anual aplicado por los rusos, la sumatoria de las tres entregas arroja un total de 3.730.307.623,69 lo que con algunas modificaciones que seguramente serán introducidas completarán el crédito de 4.000.000.000,00 millones de Dólares anunciado por Hugo Chávez en Guárico el último 18 de julio.
Nuevamente las inmorales cifras del contrato anterior vuelven a aparecer en el renglón de equipos de mantenimiento terrestre y en general a lo largo de todos los renglones. La única variación será la de los costos de los aviones y de las turbinas de repuesto.
Lo increíble es que con la experiencia anterior el gobierno está dispuesto a cometer los mismos “desaciertos”, los cuales en “metálico” irán a parar a los bolsillos de algunos inescrupulosos oficiales de la Fuerza Aérea gracias a su silencio frente a una negociación en la que con su anuencia, no les esta permitido intervenir para defender los intereses económicos del país.
Compra presidencial
Mientras el candidato presidente anuncia la intención de disponer de un crédito de 4.000 millones de dólares como si se tratara de una orden que está impartiendo en medio del furor de una campaña electoral, la realidad está muy distante.
Este es un acto premeditado y anunciado desde el año 2006 como lo anticipamos en este artículo. Así lo demuestra el cuadro de costos que les presentamos en el cual se puede observar la superficialidad con la que fue elaborado. Con la salvedad del costo de los aviones y las turbinas de repuesto, el de los SU-30 MK2, es exactamente igual al del SU-35, pues las armas, herramientas, equipos de apoyo en tierra, equipo de instrucción, equipos radiotécnicos para aterrizaje, manuales, entrenamiento y equipo del piloto se estimaron en el mismo costo.
Ante el retardo de tres años en la ejecución de la compra todos estos sistemas deben ser actualizados, aunque al respecto tenemos nuestra fundada cuota de pesimismo. El marco de la negociación no es asunto de soberanía nacional venezolana sino de intereses económicos de múltiples sectores en los que el presidencial es el punto pivote. Su único deseo es mantener satisfechos a los rusos a costas de la tranquilidad económica de las futuras generaciones venezolanas.
Cabe preguntarse: Si el avión “deseado” era el Sukhoi 35, por que no fue adquirido en el 2006? La comisión que fue enviada a Rusia en febrero de ese año fue trasladada hasta la Base Aérea de Zukhosvsky donde el avión que se les demostró en tierra y en vuelo fue el SU-30 MK2 y no el SU-35. La respuesta es más que obvia, porque ya estaba decidida la compra del SU-30 MK2 y se dejaría para después el SU-35.
De acuerdo a la documentación a la que se tuvo acceso y como ya se señaló, la compra del SU-35 estaba prevista desde el año 2009 hasta el 2011. El retardo de 3 años en su ejecución solo es justificable por el condicionamiento a la aprobación del crédito por parte de los rusos.
Entrando más en detalle en el negocio de estos aviones, en el “Marco Teórico” para la adquisición de un nuevo avión de combate multipropósito monoplaza para la FAV, estuvo previsto el requerimiento de un total de cuarenta y ocho (48) aeronaves, de las cuales doce (12) serían aviones biplaza SU-30 MK2 para entrenamiento y treinta y seis (36) aviones monoplaza SU-35.
La realidad se encargó de fraccionar la compra convirtiéndola en una “solución incompleta” para las necesidades que presentaba la Fuerza Aérea venezolana y un negocio muy fructuoso para la contraparte rusa. Se deshicieron de algunos aviones que habían sido devueltos por China, vendieron a Venezuela 24 aviones de los cuales se requerían solo 12 y vendieron junto al sistema de armas un enorme arsenal de equipo obsoleto a precios escandalosos, dejando la vedette de la compra para una segunda ocasión, donde nuevamente vuelve a aparecer una nueva edición de equipos de apoyo al sistema de armas con las mismas características del que trajo el sistema SU-30 MK2.
Refrendando la nueva compra, el candidato presidente hace el anuncio que tiene frotándose las manos a los posibles integrantes de las comisiones evaluadoras e integrantes por la parte venezolana en la negociación.