“Hagamos exorcismo y saquemos esos demonios de la Patria”.
En un minuto y 59 segundos de video, un desvergonzado Presidente termina echándole la culpa a su propio pueblo, por la inseguridad cada vez mayor en el país que gobierna con todos los poderes en la mano desde hace 11 años.
Este cínico, apelando a una de sus características personales más resaltante, la de la desvergüenza, señala de “terrible, duro” el problema, del cual según él no escapan ni los Estados Unidos. En esto último estoy completamente de acuerdo con el Presidemente. En los Estados Unidos como todas partes existe la inseguridad es un problema, pero jamás se podría comparar con la existente en Venezuela. Ni siguiera los niveles existentes en Colombia podrían compararse a los venezolanos. Tal vez México podría calzar los puntos para tutearse con Venezuela, pero allí el 80% de los asesinatos cometidos en todo el país son asociados a la guerra entre cartel-cartel o policía-cartel.
El patético comediante dominical venezolano trepa a la cúspide de la desfachatez al comparar en materia de seguridad con los Estados Unidos, nada más ni nada menos que a Cuba, dejando deliberadamente fuera de cualquier comparación a nuestro propio país, ese al que él mismo ha introducido tantas armas para defender cuadra a cuadra su revolución, pero que mientras llega el momento de tal defensa, sus futuros “milicianos” practican la guerra “contra el Imperio” con sus propios ciudadanos.
Con su “asimétrica” comparación entre los actos violentos en Cuba y en los Estados Unidos, pareciera que el orate pretende señalar a los venezolanos que el destino de Venezuela para ser segura, es ser igual a Cuba. Será que en sus analistas de prensa no le hablaron de un estudio divulgado por la organización civil mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública (CCSP), según el cual Caracas es la segunda ciudad más violenta del mundo por homicidios, aún por encima de la ciudad más violenta de los Estados Unidos, New Orleands. Pero Caracas no es Venezuela; índices parecidos a los de Caracas se están presentando en ciudades con Maracaibo, Maracay, Valencia y Barquisimeto.
Acudiendo simplemente a una de las operaciones más sencillas de las matemáticas, me permitiré hacer una simple comparación a nivel país, conociendo las cifras promedio de muertos durante los fines de semana en Venezuela. Los Estados Unidos tienen una superficie de 9.631.418 km², frente a la cual, la superficie de Venezuela, de 916.445 km² representa un territorio 10.5 veces menor y si de habitantes se trata, nuestros casi 27 millones de habitantes frente a su 306 millones, es 13.42 veces inferior. La cifra de homicidios, por supuesto, en Estados Unidos son superiores a las de Venezuela, alcanzando casi 19.802 muertos al año contra 13.944 anuales en Venezuela, cifra que relativamente es casi 10 veces mayor en Venezuela por cada 100.000 habitantes.
Pues bien, de acuerdo a cifras publicadas por organismos críticos al gobierno norteamericano, en los Estados Unidos, la primera causa de muertes violentas son: suicidios 56%; homicidios 30%, incluyendo las muertes causadas por “intervención legal”, muerte por causas indeterminadas 13% y causadas con armas de manera accidental 1%.
Estos porcentajes son aplicables a un promedio histórico de 50.000 muertes violentas al año, lo que representa en homicidios, incluyendo la intervención de los organismos de seguridad, alrededor de 15.000 fallecidos al año (Según el FBI son 19.800 fallecidos o sean unos 5.5 homicidios por cada 100.000 habitantes).
El Presidemente Chávez nos refiere a Cuba, porque jamás podría explicarle a los venezolanos, que en Venezuela la cantidad de homicidios alcanza a 13.944 homicidios al año y que en consecuencia la rata por cada 100.000 habitantes es de 52 homicidios, es decir casi 10 más que su odiado imperio. Vale la pena recordar que estudios serios sobre este aspecto en América Latina revelan, esta estadística supera a los 24 homicidios por cada cien mil personas que se registran en México, los 23 que hay en Brasil, los 9 en Argentina o los 1.9 en Chile.
En los Estados Unidos, la mayor parte de las causas de homicidios son asociados a violencia doméstica y relaciones interpersonales, salud mental y consumo de drogas y alcohol, mientras que en Venezuela, la dos primeras causas son el robo y el sicariato.
En su corta pero vergonzosa exposición del problema a los medios, afirma el usurpador de la voluntad popular de los Venezolanos, que el problema “… no es policial, es social”, ignorando que el primer depredador de la sociedad venezolana es él mismo. Como si la culpa fuera de los venezolanos y haciéndose el “musiú” frente a un problema que crece día a día ante su rotundo fracaso durante 11 años de gestión de micrófonos y “Aló Presidente”.
Su profunda ignorancia lo lleva a afirmar que “la desigualdad, la exclusión, genera violencia”, como si echándole nuevamente la culpa a los males sociales, él y su gestión quedaran libres de todo pecado. El Presidemente ignora a propósito, que la mayoría de las personas afectadas por las bandas que actúan libremente en cada esquina, calle, barrio o pueblo, son personas humildes, generalmente seguidores de su movimiento presuntamente socialista.
En su escurridera del bulto y tratando de quitarse de encima su responsabilidad, irresponsablemente, como siempre, afirma “recibimos un pais con las más altas cargas de violencia, con los más altos grados de desigualdad que ahora hemos comenzado a remontar”. En eso tengo que concederle la razón, el país venía cargado de violencia y de desigualdad, quizás los peores males de la “Cuarta República”. En lo que no tiene razón es en esa partecita que deja colar a continuación, “ahora hemos comenzado a remontar”, con el perdón de ustedes, pero tengo que decir esta palabra, “Coño”, once años y casi un billón de dólares de ingreso después de haber llegado al poder y titán de la brutalidad y la ignorancia nos viene a decir que hasta “ahora hemos comenzado”. Nunca en toda mi vida había visto tanto “caradurismo” ante un pueblo… así como tampoco había visto un pueblo que se comportara como el venezolano ante tanta sinvergüenzura.
Inmediatamente a tan desafortunada explicación, nos recordó su sumisión a Fidel Castro, a quien quiere imitar en su gestualidad y sus expresiones, al brindarnos un sostenido y cubanísimo “eh”, pecado que no le está permitido a ningún Presidente que respete al pueblo que representa, pero ya sabemos que Hugo Chávez es un cubano más en Venezuela, de ahí su encaprichamiento y desprendimiento con la isla, frente a su indiferencia con los males de Venezuela.
Continúa casi al final de esos lapidarios 119 segundos, sosteniendo que “los problemas del capitalismo, del modo de vida capitalista del egoismo que degenera en violencia, atracos, bandas, secuestros, paramilitares…” son las causas de la inseguridad. Y dale con las causas nuevamente. Es como usted fuera al médico y este se empeñara en que el culpable de su enfermedad es usted mismo y junto con usted sus padres, abuelos y tatarabuelos, aduciendo que su enfermedad es genética y que para colmo, el clima del país donde usted vive también incide en su mal, es decir, que su enfermedad genético-ambiental se la buscó usted mismo por no haber nacido en el seno de otra familia y en otro país, por lo tanto, no le receta nada ni hace nada por aliviar su enfermedad, sino que más bien se empeña en que usted debe odiar a sus ancestros y pelearse con todos los familiares suyos que han sido exitosos y por último, que se haga un exorcismo.
Hugo Chávez, tal como el médico, cuando se trata de Venezuela se pierde en las causas de todos los problemas, la achaca la culpa a quien sea antes de aceptar su responsabilidad y al final no resuelve nada, sino que por el contrario termina enviando mensajes contagiantes de violencia y resentimiento. Venezuela representa para el Teniente Coronel de tropa “burrera”, una gigantezca versión de aquella cantina del ejército que administró y quebró en sus tiempos de Capitán, frente a la cual no tiene ningún tipo de recurso ni excusa que valga.
Con que propiedad va a hablar este infeliz bellaco acerca de “drogas, consumo de drogas, alcoholismo, todas esas enfermedades sociales” como causas únicas de la inseguridad, donde el principal motivo de la desigualdad es la “revolución” que ampara a las nuevas “boliburguesía” y clase media alta, verbo y gracia su propia familia, donde sus hermanos, primos y sobrinos desobedecen las “reglas” que este pseudo patriarca pretende imponer al resto de los venezolanos. Como se le ocurre hablar de tales enfermedades sociales, cuando sus períodos de gobierno han marcado hitos históricos de consumismo alentados por la voracidad de sus partidarios, que en la ruta de la riqueza súbita, han corrompido todo a su paso y donde la toxina dejada como residuo ha sido precisamente los mendrugos de dinero con los que el pueblo se ha sumado a la borrachera revolucionaria, ergo, como lo han hecho sus familiares de extracción humilde, quienes colocan en Internet fotografías de los eventos sociales y las comilonas en las que participan, sin poder ocultar su deslumbramiento por su acceso a las delicateses, licores, armas y otros que no se aprecian en las fotos pero si en sus caras embrutecidas, testimoniales que luego exhiben ante la red cibernáutica, como producto de su estado de omnibulación.
Por último, en los postreros segundos de esta joya documental, fiel a su apego a la brujería y a las creencias en las cuales se ha apoyado para tomar hasta las más trascendentes decisiones, recomienda que “Hagamos exorcismo y saquemos esos demonios de la patria”, dejando denotar su convencimiento de que solo por “arte de magia” va a poder hacer algo por su pueblo, porque en base a hechos concretos, como Políticas de Estado no va a poder ser nunca.
Por ahora, me imagino que explicación podría darle al reciente ataque contra dos escoltas del exgobernador de Lara o por el intento de asalto a la caravana de su ministro favorito Diosdado Cabello.
Resumiendo en 2 los vergonzosos 119 segundos de tan aleccionadora muestra de cinismo, mediocridad, ignorancia y falta de responsabilidad, el problema de la inseguridad en Venezuela es culpa de los Venezolanos, cuya solución pasa por convertirnos en una réplica de Cuba, de tal manera que al no tener nada que quitarnos se nos perdone la vida, mientras tanto no debemos esperar ninguna acción de su gobierno, sobre todo ahora que está ocupado atendiendo a otros países y por último, que para alejar a la inseguridad de los venezolanos, además de médicos, entrenadores y agentes secretos, para dar inicio a la Misión María Lionza, también traerá brujos cubanos.
Como resultado de la presencia de este Presidemente en Miraflores, cuyo lema “Patria, Socialismo o Muerte es repetido por sus seguidores en todos los estratos solo para complacerlo a cambio de sus limosnas, su acción de gobierno se reduce a que ha cumplido con una sola de sus tres consignas, pues nos ha traído, cero Patria, cero Socialismo y 13.944 muertes por año.