Nuestro país era conocido por el petróleo y sus mujeres bellas…
… Pero con el paso de los años, luego de la llegada de Hugo Chávez al poder, comenzaron a generarse nuevos focos de atención sobre nuestro país, originados por la tendencia autoritaria de un mal llamado “Líder”, quien revestido de la autoridad que le dio el esperanzado pueblo venezolano, durante 11 años ha venido creando la maquinaria que le permitirá mantenerse en el poder por lo que le queda de vida.
A lo anterior hay que agregarle su irracional aspiración a extender su reino socialista a los países más influenciables y débiles de la región, con el apoyo de los enemigos de los Estados Unidos, para lo cual no ha dudado en hipotecar a nuestro país y junto con él a todos los venezolanos y a sus generaciones. Como si fuera el dueño de América Latina, Chávez ha invitado a Iran a pasar al interior de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba, donde inclusive le financia proyectos, mientras que por otra parte defiende las causas de Hamás y Hezbolá .
En 1999, cuando se inició en el poder, la mayoría de los venezolanos pensamos que los cambios que introduciría en la vida de los venezolanos serían prácticamente imperceptibles, tal vez acostumbrados a las campañas electorales anteriores, donde las promesas se mantenían hasta el momento en que terminaba el período de gobierno sin que se cumpliera una sola de ellos. No obstante, muchos nos lanzamos en apoyo a todas aquellas iniciativas que rompieran con aquella tradición de promesas incumplidas y de objetivos y metas inalcanzadas.
Así, desde todos los sectores y niveles se apoyaron proyectos como el de la Asamblea Constituyente que le dio vida a una nueva Constitución Nacional en la búsqueda de la anhelada Justicia Social, la intervención de las Fuerzas Armadas en el proyecto de Desarrollo Nacional y con ella, la incursión de los Oficiales más capaces en el cumplimiento de cargos de Dirección en la estructura de la Administración Pública, para desterrar la corrupción del sector público y en la búsqueda de la eficacia y la eficiencia en la labor gubernamental.
Sin embargo, el rumbo de las aspiraciones de la mayoría no era el que tenía en mente el candidato al que apoyó la mayoría votante, que precisamente no era la mayoría del país. Algunos sectores tenían serias dudas con respecto a sus intenciones y otros confiaban en que el Sistema Democrático funcionaría y podría ser capaz de poner freno a algún exceso del nuevo gobernante.
Quedará registrada en la historia del país, la primera advertencia que lanzó Jorge Olavarría en la sesión del Congreso del 5 de julio de 1999 cuando destacó la posibilidad de que los opositores podrían ser llevados a juicios en los que "se nos califique de corruptos", y advirtió que "la justicia popular (...) nunca ha sido justicia y siempre ha masacrado al pueblo." "El señor presidente (...) ha violado su deber de respetar y hacer respetar las leyes de la República”. No obstante el proyecto de Asamblea Constituyente siguió su camino hasta su materialización.
Desde el mismo momento de su juramentación, Hugo Chávez comenzó a jugarle sucio al país y a engañar a quienes persuadidos de la necesidad de cambios trascendentales, apoyaban su gobierno. A espaldas de las Fuerzas Armadas y del resto del país pactó clandestinamente con las FARC y con el ELN, frente a nuestros ojos pactó con el gobierno cubano, encubriendo tras un presunto “Acuerdo Energético” la entrega de la Seguridad Interna de Venezuela, convirtiendo a Venezuela en la madriguera de cuanto forajido de la Justicia Internacional lo requiriera y llenó el país de indeseables de todos los confines, con la esperanza de usarlos contra los mismo venezolanos tan pronto despierten del sopor en el que los ha sumido durante 11 años.
La relación con el Medio Oriente y con los países de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas merece capítulo aparte. En su deseo irrefrenable de buscar un liderazgo que vaya más allá de Venezuela, más allá de América Latina o que trascienda al resto del mundo, juega con los intereses de los grupos radicales más peligrosos del planeta y convierte nuestro territorio en enclave especial dentro de los planes geoestratégicos de naciones poderosas enemigas de la cultura occidental.
Como si las voces de denuncia desde Venezuela fueran pocas, hace unos días, el Fiscal General del Condado de Nueva York, RobertM. Morgenthau, acusó al régimen de Hugo Chávez de “corrupción, promoción del terrorismo, deseos de establecer una hegemonía política en la región latinoamericana y de odiar a los Estados Unidos”.
Ocho visitas a Iran durante los once años de tragedia venezolana dan mucho que pensar. Algo obscuro se mueve tras esta relación que voceros del gobierno han definido como de “complementariedad, cooperación y de solidaridad”, como guía de sus “relaciones con los pueblos del mundo”. Es quizás Iran el país con el cual Venezuela haya firmado más acuerdos de cooperación: Por que? Cual es la razón para que la parte más adelantada sea la del envío del “personal técnico Iraní” antes que la infraestructura?
En septiembre de 2006, durante la visita de Ahmadineyad a Venezuela se suscribieron con su gobierno 33 acuerdos de “cooperación” en los sectores de hidrocarburos y minería, industria y comercio, economía popular, agricultura, educación, comunicación e información vivienda e infraestructura, turismo, cultura y salud, que según nuestro gobierno “cubren aspectos sustanciales para mejorar directamente las condiciones de vida del pueblo venezolano. Al mismo tiempo, permiten que nuestro país diversifique su economía incrementando su poderío industrial y la capacidad de exportar productos acabados”. Valdría la pena que hoy, tres años después, se recapitulara sobre esos acuerdos y se evaluara el mejoramiento de las condiciones de vida de los venezolanos pregonado cuando se firmaron tales acuerdos.
En septiembre del 2007 en otra visita de Ahmadineyad, se suscribieron tres acuerdos de “alta facturación estratégica para potenciar el bienestar de ambos pueblos y afianzar los lazos de cooperación entre las dos naciones”: Uno para la instalación de nueve plantas de maíz, garantizar el procesamiento de 648 toneladas diarias de maíz para la elaboración de harina, el segundo, el “Contrato de Autopartes de Vehículos”, para la Instalación y supervisión del Complejo Industrial de Autopartes ubicado en el estado Aragua y el tercero, un acuerdo de Inversión en el Area Petroquímica, en función de construir una planta de metanol en Iran y una en Venezuela.
Más recientemente, el 4 de abril del 2009, fueron suscritos nuevos acuerdos. En el área de industrias básicas y minería se firmó una carta de intención para la construcción de una empresa mixta en el área de explotación de “minerales”, en el área de agricultura y tierra, en materia energética, en ciencia y tecnología, Teherán y Caracas firmaron un memorando de entendimiento para la transferencia de tecnología y cooperación para fabricar unidades industriales productoras de fármacos, en materia consular se firmó un memorando de entendimiento de cooperaciones consulares y por último, en materia política, se firmó un mapa de ruta para las relaciones estratégicas entre ambas naciones, para el periodo 2010-2020.
No habían transcurrido seis meses y ya el domingo 6 de septiembre, durante su nueva visita a Iran, Chávez anunció la firma de un nuevo “acuerdo energético” con el Presidente de Iran, cuyo título me hace recordar al acuerdo que permitió la mudanza a Venezuela la comunidad de inteligencia cubana. Mediante este acuerdo, se autoriza a PDVSA a explorar en un campo petrolero iraní y a cambio se le da un espacio al gobierno de Ahmadinejad en la Faja Petrolífera del Orinoco, lo que presupone un intenso tránsito de “personal técnico”
Un extraño acuerdo es el suscrito para el desarrollo de “unidades de producción primaria estatales” y anunciado por el viceministro para la Agricultura y Tierras, Richard Canán, donde lo que más llama la atención es, por ejemplo, que entre Aragua y Carabobo, se va a instalar "en estas unidades de producción a compañeros iraníes que van a desarrollar el tema de semillas para hortalizas e invernaderos en este eje importante de producción para el país" a fin de garantizar la oferta de tomate, cebolla y pimentón, mientras que en Guárico se concentrará el proyecto de producción de arroz. Debemos preguntarnos: Y es que los venezolanos no somos capaces de producir esos cultivos? Y más insólito aún, el Vice Ministro señala desde Teherán, que "La experiencia en el procesamiento de camarón que posee Iran se hace mediante cooperativas. Venezuela aún no tiene experiencia en materia del cultivo de camarón", pero sin embargo reconoce que el 70% del camarón que se cultiva en Venezuela se dedica en su mayoría a la exportación, "quitándole la oportunidad al pueblo venezolano de comer camarón. Nosotros ahora vamos a tener la posibilidad de cultivar, procesar y distribuirle a todo el pueblo venezolano el camarón, anteriormente vetado por el capitalismo".
En todos estos convenios o acuerdos se produce un extraño intercambio, Venezuela envía productos y materiales e Iran envía personal técnico. Tenemos agricultores y Hugo Chávez nos trae “agricultores iraníes”.
Para terminar de redondear todo un capítulo de desaciertos como gobernante, cuyas consecuencias las tendrán que pagar más tarde todos los venezolanos, raíz de la última visita a Iran, Hugo Chávez afirmó en Teherán que Venezuela trabaja en un proyecto preliminar para la construcción de una “villa nuclear” con la ayuda de Iran, para “que el pueblo venezolano cuente en el futuro con ese maravilloso recurso para usos pacíficos” y luego en Francia, declaró al periódico Le Fígaro “Iran ayuda a Venezuela a desarrollar un programa nuclear civil dado que ambos países tienen derecho a producir energía atómica”.
Como antecedente vale la pena recordar, que el 22 de octubre del 2005, Chávez, los medios de comunicación publicaron sus palabras de un Aló Presidente, donde manifestó que quería “cooperar con Argentina, Brasil y posiblemente Iran para desarrollar energía nuclear”, como parte de su camino a la integración regional. Por su parte, al respecto, el Ministro de Energía, Rafael Ramírez, ese que dejó de asistir a la reunión de la OPEP del 6 de septiembre último y en su lugar acompañó al Chávez en su visita a Iran, dijo en aquella oportunidad, como para “enmendarle la plana” a su jefe, que el programa era incipiente. “No hay planes para comprar un reactor nuclear. Estamos sólo en materia de estudio para decidir su ubicación”, dijo “Se utilizaría para generar electricidad”.
Los medios reflejaron que expertos energéticos estimaban que al gobierno venezolano le tomará al menos cinco años de estudios, entrenamiento e inversiones para impulsar un proyecto de esa naturaleza… Pues ya van cuatro años y la natural tendencia de Chávez a abrir su boca descontroladamente, colocó en el tapete nuevamente el tema de la energía nuclear. Mi humilde opinión es que Hugo Chávez ya metió a Venezuela en “camisa de 11 varas”.