Tal vez Hugo Chávez sea el tonto útil más pródigo que ha tenido Venezuela.
La costumbre de Hugo Chávez de erigirse en el tonto mayor de cuanta coyuntura lo involucre, será la característica que sobre su persona lo distinguirá ante la historia.
Para quienes aquella tarde del día 4 de febrero de 1992 se enteraron de su existencia a través de las imágenes de televisión que se difundieron con la finalidad de desalentar a quienes insistían en tomar el poder ese día, Hugo Chávez era un bravo comandante que ante la inutilidad del esfuerzo y de un injustificado derramamiento de sangre, rendía su estandarte de guerra, pero en realidad no era más que el tonto que circunstancialmente se necesitaba en un momento en el que una gran operación golpista estaba a punto de ser arruinada por la incompetencia del nieto de Maisanta.
En efecto, el Golpe de Estado planeado por la cúpula militar del Ejército, Armada y Aviación, en el que los mandos medios incluía a algunos oficiales de la Guardia Nacional, estaba a punto de irse en picada debido a que el objetivo principal, que era el Presidente de la República no pudo ser capturado. Aunado al fracaso en la captura de Presidente, el comandante de los paracaidistas, quien tenía la misión de tomar Miraflores, se conformó con enviar a unos cuantos capitanes a cumplir la misión y él se quedó esperando la “ayuda divina” en el Museo Histórico Militar, de donde no salió hasta que se aseguró que se cumplieran todas las garantías en resguardo de su pellejo.
Ese día, Hugo Chávez sin saberlo, cumplió a cabalidad la misión que nunca se le encomendó: La del tonto útil que haría que sus exitosos compañeros se rindieran luego de haber alcanzado todos sus objetivos, a fin de mantener viva la conspiración hasta que se presentase una nueva oportunidad en que participaran activamente las grandes ausentes en la asonada, la Armada y la Aviación. El próximo golpe sería sin el liderazgo del Ejército, gracias a Hugo Chávez.
Ya el papelito de tonto lo venía haciendo desde mucho antes el picther zurdo que jamás llegó a lanzar un solo partido en los juegos Inter Institutos. Sobre su movimiento inspirado en el Bolivarianismo, comenzaron a cabalgar las aspiraciones de un par de corrientes adversas: Las de oficiales Superiores y Generales que vieron en este tonto y otros más, la oportunidad de usarlos para acceder al poder, así como también, la de los trasnochados comunistas venezolanos que mordieron el polvo de la derrota en los años 60 al fallar los movimientos militares que instigaron.
Tal vez el par de años de cárcel de Hugo Chávez le hicieron que profundizara en sus pensamientos y al darse cuenta del uso que se había hecho de él durante el proceso de aglutinamiento de fuerzas durante los tiempos de los Comacates, hasta culminar en los 47 segundos que lo llevaron a la fama, llegó a internalizar la analogía de los militares con los condones, que años después expresó en un Aló Presidente.
Ante la posibilidad de acceder al poder electoralmente y estando retirados todos los padrinos militares de Hugo Chávez, lo agarró para si solita, el ala comunista que le era afín desde los tiempos del Samán de Güere, constelación de joyas con el pensamiento retrógrado de siempre, potenciado por el odio y la ansiedad de tantos años de fracasos en cadena. Al ganar Chávez las elecciones, se fueron acomodando tímidamente a su lado y sacando lenta pero inexorablemente a los incómodos o a los inconvenientes para sus planes y como de costumbre, utilizando al ya conocido tonto útil de Sabaneta y es así como de serlo circunstancialmente, como fue el caso del 4 de febrero, pasó a serlo de manera permanente, ya no como un simple comandante perdido en la maraña de un golpe millitar, sino como un Jefe de Estado encerrado en una burbuja de poder.
Como decimos en criollo, “a las costillas” del tonto mayor, todo se puede hacer en Venezuela. Hasta ahora, en su nombre y a sus expensas, en nuestro país se han hecho inmensamente ricos todo tipo de aventureros, han ejercido poder inmensurable cuanto habilidoso lo ha intentado y lo que es peor, filibusteros de la peor calaña han sometido a nuestro país al escarnio internacional y a los venezolanos a la vergüenza pública universal; esto a lo interno. Externamente, además de ser Venezuela el chiste de moda en la boca del mundo, nuestro país se ha convertido en la fuente para el saqueo por parte de la rapiña comunistoide del planeta.
Ahora, que se comienza a tejer la posibilidad de que el Presidemente pueda dejar este mundo y a Venezuela en paz, es que este tonto útil le va a hacer falta a mucha gente: a los que lo convirtieron en su tonto indispensable.