Prófugo a la fuerza.
Uno de los métodos comúnmente empleados por las policías venezolanas por muchos años, ha sido el de la aplicación de la famosa “Ley de fuga” a detenidos a quienes no se les quiere llevar vivos ante la Justicia. En la actualidad, la ausencia de investigaciones serias y la falta de imparcialidad en la justicia, dio paso a otra figura menos rebuscada y más expedita a la hora de deshacerse de los delincuentes o no, víctimas de la “justicia policial” o “ejecución sumaria”, a la que se le estampa como título o nombre “enfrentamiento”, en el “Acta Policial” elaborada por los participantes en el llamado “Procedimiento Policial”. El enfrentamiento será mucho más creíble, si en las manos del difunto es colocada una arma, generalmente “encochinada”, es decir, involucrada sin lugar a duda en un delito previo a través de una investigación o una denuncia, situación que solo la conoce la policía.
Por eso, la aplicación de la ley de fuga pasó a ser uno de los artificios menos utilizados, ya que el sometimiento de la persona capturada a las autoridades policiales, hacía que se delegara en éstas toda la responsabilidad por la integridad física del detenido y en los casos en que este fallecía como consecuencia de un “intento de fuga” inducido, generalmente los policías involucrados no tenían escapatoria.
El hecho de que la ley de fuga entrara en desuso, no implica que no haya mutado a otras formas más elaboradas, como la que me voy a permitir proponer en mi artículo, con motivo de de los hechos ocurridos el día 10 de diciembre en los que por actuar correctamente en nombre de la Justicia y de la Ley, se vio involucrada la Juez María Lourdes Afiuni Mora, al emitir una decisión judicial no deseada por el mismo Presidemente de la República, lo que ocasionó que “ipso facto” fuera detenida arbitrariamente, violándose junto con sus derechos individuales, todos los derechos y garantías del gremio judicial venezolano, lo que automáticamente convierte al poder Ejecutivo y al Ministerio Público, en verdugo del Poder Judicial, no obstante que algunos de sus miembros desde el Tribunal Supremo de Justicia se hagan cómplices de ta abominable acción.
Este jueves 10 de diciembre, el gobierno delincuente de Venezuela, dirigido por el antisocial Hugo Rafael Chávez Frías (a) “Chacumbele”, “Tribilín” o “El Comandante”, ha aplicado una nueva modalidad de ley de fuga a un venezolano a quien odia profundamente o como en su argot delincuencial, “con quien tiene una culebra”, a quien no contento con convertirlo a la fuerza en delincuente, sin que mediara una sentencia en la cual basar los movimientos de su viperina lengua, terminó por convertirlo en prófugo de la “justicia chavista”, contando para ello con la complicidad de algunos de los miembros de la banda “Los chavistas”, integrada por Luisa Ortega (a) “La Fiscala General”, la otra Luisa de la banda, Luisa Estela Morales (a) “La Presidenta del TSJ”, Miguel Rodríguez Torres (a) “El Director de la DISIP, Hugo Carvajal (a) “El Pollo”, “El Director del DIM y otros miembros del “cartel rojo” cuya participación será notada por la colectiviadad nacional a medida que vayan autoincriminandose mediáticamente en lor próximos dias a través de declaraciones públicas alegres, comunicados y expresiones callejeras de todo tipo.
Los integrantes de la banda de antisociales “Los chavistas” o el “Cartel rojo”, como lo conoceremos de ahora en adelante, empeñados a todo trance en mantener en prisión a Eligio Cedeño y sin importarle la sucesiva y descarada violación a sus derechos fundamentales, se vieron sorprendidos por la repentina decisión de la Juez María Lourdes Afiuni Mora de concederle una medida cautelar sustitutiva, medida con la cual tal vez no contaban los delincuentes antes mencionados, debido al cumplimiento de un procedimiento establecido para los jueces en cuyas manos se encuentras los casos “emblemáticos”, de solicitar permiso a sus superiores (no jerárquicos, sino los señalados por el jefe del cartel) antes de emitir cualquier decisión. También pudo resultar una sorpresa el hecho judicial, debido al imperdonable descuido de quien tenía la misión de mantener secuestrado judicialmente a Eligio Cedeño, la Juez Venice Blanco (a) “La Presidenta del Circuito Penal de Caracas”, quien confiando en que los fiscales del caso se habían excusado de asistir a la audiencia por segunda vez consecutiva y por enésima vez a lo largo del proceso, no adoptó la acostumbrada postura de intimidación ni ejerció la presión que usualmente ejercía sobre otros jueces con casos diferentes, en este caso sobre la honorable Juez Afiuni Mora.
Una vez sorprendidos y sin capacidad de reacción para evitar que se concretara la medida legalmente otorgada, Venice Blanco en persona se presentó en la sede del tribunal 31 de control y al no poder ejercer una medida legalmente sana, presa del pánico por haberle fallado al jefe de la banda, adoptó el procedimiento establecido en los recintos penitenciarios: Ordenar la detención de la Juez y poner un funcionamiento una alarma de fuga con la finalidad de detener a Cedeño, objetivo el cual no pudo lograr debido a que el ciudadano Cedeño ya caminaba libremente por las calles de Caracas y se dirigía a encontrarse con sus familiares. De allí en adelante, todo el “procedimiento” quedó en manos de los organismos de seguridad, dirigidos por el G-2 cubano y por los otros miembros de la banda con capacidad de declarar a los medios, entre ellos Luisa Ortega, quien sin medir el tiempo, de inmediato afirmó que Eligio Cedeño había salido del país, colocándolo con sus irresponsables palabra en calidad de “quebrantador” de la medida que le acababa de imponer la Juez Afiuni Mora.
De tal manera que para poder perfeccionar la aplicación de la ley de fuga “judicial” contra la víctima, el ciudadano Eligio Cedeño, los miembros de la banda no dudaron en sacrificar a la Juez autora de la legal medida y a uno de los abogados de Eligio, mi amigo José Rafael Parra Saluzzo, a quien se le detuvo en circunstancias aun desconocidas para mi y se el mantiene en los calabozos de la DIM bajo la jurisdicción del peligroso delincuente Hugo Carvajal (a) “El Pollo”. Se decretó extrajudicialmente la ilegalidad de la medida dictada, colocando toda la jurisprudencia y la legislación legal vigentes al lado derecho de la poceta de Luisa Estela Morales y se inició el “Plan de recaptura del fugado” encendiendo todas las alarmas del país, mientras que el jefe de la banda ordenaba aplicar la aniquilación de la Juez causante de la vergüenza del régimen.
Como todo luchador “sucio” en la pantomima del ensogado de lucha libre, el malandro jefe del Cartel Rojo, argumenta que la patada voladora que le dieron en la mitad del pecho se la dieron por la espalda y que se debe descalificar de inmediato a su adversario. Y en efecto, Eligio Cedeño se convirtió por su falta de sumisión en un adversario de Hugo Chávez. Mientras todos los banqueros presos por excederse en su misión de saquear al país permanecen silenciosos y atados a la obligada cautela que les advierten sus carceleros, Eligio Cedeño exigió se respetaran sus derechos y estoicamente afrontó las burlas de los fiscales y los jueces que lo citaron a audiencias destinadas, más que al mero cumplimiento de formalidades, a humillarlo para complacencia del Presidemente. Así, lenta pero inexorablemente Eligio se acercaba a la hora de la verdad, a la hora en que no habría mas pretextos para mantenerlo en prisión. Todas las “excelentes” ideas de los miembros del cartel aterrizaban frente a la pared de la factibilidad. Era necesario extender de alguna manera su permanencia en cautiverio y de allí que un intento de fuga fallido era necesario, pero no había forma de ejecutarlo sin quedar en evidencia.
La ocasión se presentó y aquí es donde se abre el insondable abismo de las posibilidades. Estaría la Juez que dictó la medida al tanto de un plan del gobierno para convertir a Eligio Cedeño en prófugo y acreedor de un montón adicional de años de prisión o estaba involucrada en un plan para ayudarlo a escapar? Se habrían creado las condiciones para que una Juez honesta y cabal dictara una medida contra la cual actuar de inmediato, sometiéndola a ella al escarnio público y capturando de inmediato al beneficiado para echarle encima una condena adicional bajo al figura de la fuga concertada? Tenía previsto el gobierno que una vez bajo el amparo de una medida cautelar, Eligio Cedeño intentaría fugarse del país o tenía que echarle una ayudadita convirtiéndolo en prófugo antes de que le correspondiera realizar su primera presentación ante el tribunal luego de la medida.
Particularmente, yo dudo de la “componenda” como la llamó el Presidemente, porque de ser así todos los pasos de Eligio Cedeño lo hubieran llevado al exilio desde donde estuviera enviando señales de vida y no ha sido así, hasta este momento se desconoce su paradero, inclusive no se sabe si el Cartel Rojo logró un cometido abominable o si lo tiene en sus garras esperando a que termine la reunión de los países del ALBA para anunciar su detención. El acto de intimidación en contra de mi amigo José Rafael Parra Saluzzo solo tiene la intención de colocar sobre él la figura del cómplice necesario, con la finalidad de avalar posteriormente una condena mayor sobre la humanidad de Eligio Cedeño para que el jefe de la banda sea feliz por muchos años.
Si en este momento Eligio Cedeño, convertido en prófugo a la fuerza, se encuentra en algún lugar de Venezuela pensando en presentarse en la fecha fijada por la Juez Afiuni Mora y en defenderse de las imputaciones del jefe del Cartel Rojo, yo le aconsejaría que no lo hiciera. Que no se convierta en trofeo de caza del safari de delincuentes chavistas que deambulan en la selva en la que ellos mismos han convertido a nuestra Patria. Que no olvide su cita con la Justicia, pero que no vaya cándidamente a la emboscada y sobre todo, que no olvide a aquellos que en nombre de la Ley y de la Justicia se convirtieron en víctimas de la jauría que lo buscaba a usted para congraciarse con el delincuente que rige los destinos del país.
Si por el contrario optó por salir de Venezuela y ya lo ha hecho, no se inmute por haber caído en la parte menos indeseable de la trampa chavista y utilice todas las armas de las que pueda hacer acopio, para que en el exterior sea reafirmado el status de gobierno forajido al que Alias Tribilín o Chacumbele se hace acreedor minuto a minuto. Bienvenido a la Libertad señor Cedeño, donde quiera que se encuentre.