miércoles, 21 de noviembre de 2012

Guerra en Venezuela


El desarrollo del conflicto Palestino-Israelí demuestra que la delincuencia venezolana es cinco veces más efectiva y más eficiente que el poderío militar israelí
Las imágenes del conflicto en la zona de Gaza son desgarradoras.  Para los occidentales constituyen un detonante de emociones observar fotografías de pequeños cuerpos desgarrados por metralla y aplastados por las paredes que antes fueran su abrigo;   Son las imágenes icono de las guerras que han sacudido al mundo, aquellas de las que quisiéramos alejar a nuestra querida Venezuela y a las que día a día nos acerca el loco régimen que gobierna nuestro país.  Para los involucrados en ellas, las instantáneas de la prensa son un arma más de lucha.  Sin entrar a considerar la autenticidad de las fotos, a ciencia cierta no se sabe si Israel les está lanzando misiles a los niños o si los terroristas de Hamás están poniendo niños en los sitios que Israel va a detonar.  
Para opinar sobre el conflicto palestino israelí es necesario conocer las motivaciones de cada una de las partes, así como también tener un conocimiento profundo de la religión, la idiosincrasia y los encuentros y desencuentros previos de ambos pueblos.
Pero el conflicto en el que los venezolanos podemos opinar con sobradas razones es en el nuestro propio país. Mientras en cualquier país latinoamericano la prioridad es la seguridad, en Venezuela la prioridad es la implantación de una revolución absurda.
Un conflicto absurdo
La génesis del conflicto palestino israelí se centra en la idea de la soberanía de la Franja de Gaza y Cisjordania, la eventual formación de un Estado palestino en dichas áreas, el estatus de la parte oriental de Jerusalén, de los Altos del Golán y de las Granjas de Shebaa, el destino de los asentamientos israelíes y de los refugiados palestinos, el reconocimiento de Israel y Palestina y de su derecho a existir y vivir en paz al abrigo de amenazas y actos de fuerza, así como la relación de Israel con Siria y el Líbano
La representación de la aspiración islámica es ejercida por Hamás, una organización palestina creada en 1987 y que se declara “yihadista, nacionalista e islámica”. Su objetivo, definido en su carta fundacional, es el establecimiento de un estado islámico en la región histórica de Palestina, el cual tendría como territorio los actuales Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza, con capital en Jerusalén. Para lograr este objetivo, Hamás cuenta con una serie de organizaciones dependientes que desarrollan sus actividades en muy diversos ámbitos, que abarcan desde la asimilación cultural y religiosa a los jóvenes a través de sus escuelas religiosas islámicas, la asistencia social a los palestinos más necesitados y a las familias de sus propios miembros muertos o presos en cárceles israelíes, la representación en las instituciones políticas palestinas a través de la lista Cambio y Reforma, hasta las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, brazo armado de la organización responsable de llevar a cabo decenas de atentados terroristas contra Israel.
A lo largo de su historia, Hamás ha recibido apoyo económico de muchas partes, incluyendo a jeques petroleros del Golfo y a gobiernos como el de Irán, Arabia Saudí y Siria. También otros gobiernos, como el de Venezuela y Cuba, han sido acusados de proporcionarle apoyo
En las elecciones generales palestinas de 2006 el partido Cambio y Reforma, ligado a Hamás, obtuvo la mayoría absoluta, lo cual le otorgó la potestad de formar el gobierno que lideró Ismail Haniye, lo cual generó una serie de sanciones por parte de algunos países occidentales y árabes que consideraban terrorista a Hamás.  El 14 de junio de 2007 Haniye fue destituido por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina Mahmud Abbas y fue sustituido por Salam Fayad.  Haniye no admitió la destitución y continúa gobernando de facto la Franja de Gaza. Tras una serie de enfrentamientos y tensión creciente con su rival, la organización Al Fatah en 2007 las organizaciones armadas leales a la Autoridad Nacional Palestina de Hamás en la Franja de Gaza terminaron por expulsar del territorio a los partidarios de Al Fatah y se hicieron con el control total de la Franja. 
Desde entonces hasta la actualidad, Hamás gobierna la Autoridad Nacional Palestina de la Franja de Gaza, mientras su rival político Al Fatah mantiene el control de la ANP en Cisjordania.
A finales de diciembre de 2008 finalizó la tregua existente entre Hamás y el ejército israelí en la Franja de Gaza. Israel lanzó su primer ataque en la Franja de Gaza el 27 de diciembre de 2008, como represalia contra Hamás por el lanzamiento de cohetes desde Gaza hacia Israel. Un nuevo alto al fuego se decretó el 18 de enero del 2009, cuando Israel y Hamás declararon un cese de las operaciones militares. 
A pesar de esto, proyectiles y cohetes continuaron siendo disparados desde Gaza hacia los centros de población civil israelí, mientras que las Fuerzas de Defensa de Israel continuaron con sus ataques sobre la Franja de Gaza, situación que ha derivado en la situación actual, en la cual el “busca pleitos” es Hamás e Israel que no se hace esperar.  Actualmente Israel tiene tratados de paz vigentes con Egipto y Jordania que garantizan su convivencia pacífica.

La eficiencia del hampa venezolana 
En Venezuela, lejos de este conflicto, la situación debería ser diametralmente opuesta.  No obstante, a falta de guerra con otros países, conflictos internacionales o internos, existe una preocupante situación delictiva a la que el gobierno no le ha puesto freno.  Mientras el presupuesto para compra de armas aumenta, disminuye el asignado a seguridad de los ciudadanos.
A propósito del actual conflicto en el Medio Oriente, la situación venezolana ameritaría que sobre cada venezolano se construyera un “Iron Dome” al estilo del escudo de cohetería antiaérea que actualmente protege las principales ciudades israelíes de los misiles que a diario les son despachados desde la denominada Franja de Gaza.
Decimos esto, porque en la situación de conflicto que se está desarrollando entre Israel y Palestina, el escudo antimisiles israelí ha evitado que los cohetes disparados por los terroristas de Hamás causen las víctimas que espera el grupo terrorista.  A estas alturas del conflicto, Israel ha reportado solo tres víctimas entre la población durante los primeros días, mientras que en Venezuela en el mismo lapso el gobierno no le ha podido garantizar la vida por lo menos a 270 venezolanos.  Habría que pedirle al Ministro del Interior que en vez de estar creando más policías y anunciando planes inviables, debería al menos proveer a los venezolanos de un traje anti-balas o promover la importación de material de kevlar para la confección de prendas de vestir a prueba de balas.
Y es que la guerra venezolana hace suponer que la efectividad para el combate que posee el hampa es infinitamente superior a la de los israelíes.  
Mientras que en los primeros cinco días de intercambio de misiles, la cuenta de muertos en Gaza se elevaba a 52, el parte de guerra venezolano promedio es mayor que el israelí a razón de dos muertos por día, por lo que al comparar el período de cinco días, el saldo sería de 270 fallecidos.  No hay duda; el hampa venezolana es 5,2  veces más efectiva que el poderío militar tecnológico de Israel y no solo más efectiva sino que es más eficiente.
La cantidad de incursiones aéreas con sus costos asociados de combustible, armamento, depreciación de equipos y horas hombre para producir 52 muertes guardan una relación inversamente proporcional gigantesca con lo que le cuesta al hampa abatir a la misma cantidad de inocentes en las calles de Venezuela.

La guerra venezolana
Venezuela no sufre un conflicto armado interno, como Colombia ni la lucha contra los carteles, como en México. Mucho menos una guerra civil o muertes por razones étnicas o religiosas. Sin embargo, el país se ha convertido en uno de los lugares más violentos de la región. Casi 18.000 venezolanos, en su mayoría jóvenes, fueron asesinados en el 2011. El año 2012 indica que podría superarla.  La tasa de homicidios duplica a la de Colombia y es cuatro veces mayor a la actual de Irak. En el país de la "revolución bolivariana", la violencia está fuera de control.
A veces las estimaciones se quedan cortas como fue el caso de los asesinatos durante el año 2011.  Para noviembre del 2011, de acuerdo al Observatorio Venezolano de Violencia, en lo que iba de año se había registrado la página más violenta de todos los tiempos en Venezuela.  La proyección del año al mes de diciembre 2011 concluiría con 17.000 muertes violentas.  La realidad fue lapidaria con las estimaciones, porque al final del año la cifra se ubicó en 19.336 fallecidos, la mayoría jóvenes.
No obstante las alertas de las organizaciones no gubernamentales, la obstinada tesis del gobierno es que las cifras son alteradas y que “tan solo” se produce un total de 48 muertes por cada 100.000 habitantes, como si fuera poco que en un país tan violento como México, cuya tasa se ha mantenido estable en 18 asesinatos por cada 100 mil habitantes, a pesar del conflicto armado con el narcotráfico. También está por encima de Colombia, que logró bajar ese indicador a 41,8% en 2 décadas, en medio de una guerra de grupos irregulares y una lucha encarnizada entre carteles de la droga.
Cuando Hugo Chávez asumió el poder en 1999 heredó un problema difícil de resolver, pero su pésima gestión lo ha hecho imposible de atacar. Ya en ese entonces, Venezuela sufría los efectos negativos e injustos de un crecimiento económico explosivo. Los gobiernos anteriores no usaron las ganancias del petróleo debidamente para enfrentar de manera decidida la exclusión social y la pobreza. Mientras tanto, la criminalidad urbana y la corrupción política crecían día a día.
El régimen de Chávez prometió enfrentar estos problemas. Pero catorce años después, la situación ha empeorado visiblemente. 
El discurso oficial responde a las críticas indicando que el crimen es producto de causas estructurales, como la innegable pobreza o que se trata de "percepciones sociales de inseguridad". Así, el Gobierno minimiza la magnitud y el potencial destructivo de la violencia delictiva. Peor aún, algunas de sus actitudes incentivan un ambiente violento.
Ese es el caso cuando el Gobierno se muestra ambiguo frente a varios grupos armados o cuando es incapaz o no quiere hacer frente a la corrupción y a la complicidad delictiva en sectores de las fuerzas de seguridad. Además, su política de armar a los civiles "en defensa de la revolución" y la propia retórica incendiaria del presidente han contribuido a menoscabar la capacidad de las instituciones públicas de responder a las amenazas.
Asimismo, hay evidencia de un incremento de la actividad del crimen organizado internacional durante la última década. Por ejemplo, ante el acoso policial en Colombia, los capos  más buscados de ese país se trasladan hacia Venezuela, donde permanecen escondidos por años y es solo de manera fortuita cuando son descubiertos y arrestados.  Esto ha contribuido no solo al aumento de las tasas de homicidios, secuestros y extorsiones, sino también al crecimiento del microtráfico de drogas ilícitas. Como consecuencia, los barrios urbanos y pobres se han vuelto más violentos. Venezuela es ahora un corredor principal del narcotráfico. Organizaciones criminales se benefician de la corrupción generalizada y de la complicidad de las fuerzas de seguridad.
La fuerte politización de las fuerzas armadas causa también serios problemas. Su prioridad es defender al régimen y a la revolución primero y solo después responder a sus deberes constitucionales. La policía, a pesar de un intento aún inconcluso de reforma, es responsable de al menos el 20 por ciento de las muertes violentas, según información del propio gobierno. Los ataques a la independencia de jueces y fiscales han terminado neutralizando a buena parte del poder judicial. 
La prensa independiente lucha por sobrevivir. En un escenario tan conflictivo, los resortes institucionales para conducir investigaciones creíbles sobre el crimen y la corrupción son extremadamente frágiles.  Por ahora, la violencia política se mantiene más como una amenaza latente que como una realidad. 
El gobierno de Venezuela debe responder por sus propias acciones en los últimos años. Tiene que desarmar y desactivar las estructuras criminales, restaurar el Estado de Derecho y erradicar por lo menos el exceso de corrupción en las instituciones públicas. 
Según el sociólogo y director del Observatorio Venezolano de Violencia, Roberto Briceño León, se ha determinado que en Venezuela hay tres factores fundamentales que deberían regir a la sociedad y que no se cumplen: el primero es el rechazo al elogio a la violencia y el incumplimiento de las leyes; el segundo, la protección real que deben proveer los cuerpos de seguridad a los ciudadanos, y finalmente, debería existir un castigo eficaz a los delincuentes “El elogio de la violencia y de los violentos en los discursos, las milicias que se dice son guerrilla urbana, las estatuas de guerrilleros, las figuras violentas que adornan las oficinas públicas, todo eso que tiene una intencionalidad política posee un impacto en la violencia cotidiana

Mas muertos que en la guerra de Irak
La guerra de Irak cobró 162.000 muertos desde 2003 hasta su final. En Venezuela se registró el 76% de esas bajas en el mismo período y a pesar de haberse implementado al menos 20 planes de seguridad, los homicidios crecieron 223% en los últimos 14 años sumando un total de 155.788 asesinatos. Hasta los años 80, la tasa de homicidios del país se mantuvo en el promedio mundial de 8 por cada 100.000 habitantes. A partir de allí aumentó progresivamente hasta los 57 ciudadanos menos que el año pasado hubo por cada 100.000.
Según cifras presentadas por el Cuerpo de Investigación Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), el 40 % de los detenidos por los cuerpos de seguridad del Estado son menores de edad entre 13 y 17 años. 
La delincuencia juvenil es uno de los hechos sociales presentes en la población venezolana. Es considerado como uno de los temas más significativos en el país porque puede observarse más entre la población joven que entre la adulta.
Todas estas pérdidas de vidas humanas hacen de Venezuela un país de horror. El 95% de los asesinatos queda sin averiguación y sin justicia. La desorganización social en este aspecto ha llegado al punto en el que los familiares de los difuntos saben que es tiempo perdido el tratar de denunciar y mucho menos de llevar a tribunales a los asesinos. No les queda más remedio que esperar la justicia divina, que será la única que conozcan.

lunes, 5 de noviembre de 2012

La recluta electoral

En Venezuela fue proscrita la recluta militar, por inhumana y violatoria de los Derechos Humanos, pero el gobierno activó una perversa forma de recluta electoral destinada a obtener votos a la fuerza
Existe un hecho real e innegable en Venezuela al día de hoy; Hugo Chávez logró imponer sobre el formidable trabajo realizado por el candidato Henrique Capriles Radonsky, el poder de una descomunal maquinaria electoral.  Lamentablemente, uno de los engranajes de la maquinaria roja es la Guardia Nacional del Pueblo.
Dicha maquinaria, concebida como una estructura militar o piramidal, tiene el apoyo “operativo” de todas las instituciones del Estado venezolano, las cuales la proveen de recursos financieros y logísticos, pero por sobre todo, de la información necesaria para estar mil pasos delante de la oposición venezolana, tanto en materia electoral como política.
La lucha que se plantea en Venezuela no es la de MUD contra el PSUV solamente, sino que hay que meter en el “paquete” toda una lista de aliados del gobierno, comenzando por las instituciones que conforman el denominado Poder Moral, entre los que se incluye el CNE, los cuatro componentes de las Fuerzas Armadas, los Organos de Inteligencia del Estado y foráneos, etc
Aunado a lo anterior, se debe considerar los factores organización y pensamiento único presentes en la maquinaria del gobierno, frente a la diversidad de criterios que impera en la oposición, que varía desde los que apoyan las tesis más radicalmente violentas hasta la del voto inocente en un proceso electoral limpio.
De no corregirse la desigualdad, las oportunidades de la oposición frente al gobierno en todos los escenarios, serían las mismas que podría tener un equipo de amigos que se reúnen para correr en el Parque del Este frente al equipo de fondo de la selección nacional venezolana.
CNE: La Celestina del PSUV
El apoyo económico del PSUV no es materia de discusión.  Cualquiera que sea el canal de aprovisionamiento, llámense empresas del Estado, anstitutos autónomos”, gobernaciones o clandestinos provenientes del sector gobierno, el origen es el erario venezolano.  La existencia de tal apoyo, aunque representa un elemento de asimetría no necesariamente es definitorio de una contienda, sobre todo si se toma en cuenta que el nivel de insatisfacción social es enorme.  Hay que considerar también que el pago de dádivas de por si no representa para el gobierno una garantía de que los beneficiados voten a su favor, pero si logra llevarlos a votar de manera controlada, seguramente temerán depositar un voto contra el gobierno.
Un apoyo importante del CNE fue el de la creación de centros de votación “express” para el chavismo, con la excusa de “la necesidad de acercar estos puntos a los lugares donde habitan los ciudadanos y aliviar los sitios con mayor cantidad de personas”, premisa que por cierto en el caso de Miami fue aplicada a la inversa por el CNE.
Lo que si resultó decisivo el 7 de octubre fue la “colaboración” que le prestó el Consejo Nacional Electoral, consistente en la entrega del Padrón Electoral digital a los estrategas del PSUV, lo cual trajo como resultado que se pudiera hacer seguimiento a la participación de los beneficiarios del gobierno en la jornada electoral, permitiendo a éste saber quienes no se habían presentado a votar, por lo que acto seguido se aplicó el plan de localización para llevarlos al viejo estilo de la recluta forzosa (ellos lo llaman “labor de convencimiento”) al respectivo centro de votación. 
La creación de los centros express de una y dos mesas y con cantidades moderadas de electores y la entrega del padrón electoral permitieron en consecuencia aplicar un plan de movilización hacia dichos centros discreto y ordenado, donde se utilizó todo tipo de vehículos privados y públicos, incluyendo entre éstos últimos a motorizados de la Guardia Nacional.
La Guardia Nacional del gobierno
En el mes de septiembre del 2011, el gobierno creó un nuevo componente denominado Guardia Nacional del Pueblo, una unidad de la Guardia Nacional prácticamente independiente de su comando natural a la que se le asignó una ambigua misión institucional en la que se hacía énfasis en el incremento de los niveles de seguridad a las personas y sus bienes, así como la prevención del delito. Su misión principal según el gobierno, era reforzar la lucha contra el crimen.
Con el rimbombante cargo de “Comandante General” se encargó de la misma al General Miguel Vivas Landino y se le desplegó en nueve sectores del Distrito Capital, Miranda y el estado Vargas.  Posteriormente se amplió su cobertura a los estados Lara, Zulia, Carabobo y Nueva Esparta.
Entre las funciones que se le asignaron, se encuentra la de Articulación Social a través del “Programa Guardia del Pueblo”.  Dicha función comprende una serie de actividades como encuentros deportivos, charlas educativas y de prevención de drogas, jornadas conservacionistas, de salud, religiosas y de concientización socialista, esta última por cierto bastante alejada del espectro funcional original de la Guardia Nacional.
Otros organismos del Estado vinculados al programa fueron los ministerios de Cultura, Educación, Deporte, Alimentación, Salud, la Oficina Nacional Antidrogas (ONA) y Prevención del Delito.
Cándidamente, muchos venezolanos tomamos la creación de la Guardia Nacional del Pueblo como un programa más del gobierno para combatir la inseguridad ignorando que más adelante en su seno se crearía un instrumento más para jugarle sucio al país durante las elecciones presidenciales.  Los generales de la Guardia Nacional Nestor Reverol, Sergio Rivero Marcano, Antonio Benavides y Miguel Vivas Landino, entre otros presentaron el contenido del “Programa Guardia del Pueblo” como el vehículo para colaborar con su Presidente para una movilización de votantes similar a la puesta en práctica en el año 2004 por el ejército.  Ahora, con la participación de la Guardia Nacional los resultados debían ser mejores.
Transcurrido un año de la creación de esta singular rama de la Guardia Nacional, la cual paradójicamente es independiente del Comando General del mismo componente, el gobierno le encomendó al General Miguel Vivas Landino una nueva misión para la jornada electoral del 7 de octubre.
Para “legalizar” frente a los Oficiales y Guardias Nacionales la misión encomendada a Vivas Landino, se utilizó el argumento de que esta era una de las funciones del programa Guardia del Pueblo como “articulador social” y así se les exigió a los efectivos de la Guardia fiel cumplimento de las órdenes relacionadas con el cumplimiento de la misión.  
Se planificó entonces el “DISPOSITIVO PARA LA COHESION Y ARTICULACIÓN DEL PODER POPULAR PARROQUIAL-GUARDIA DE PUEBLO-MLICIA BOLIVARIANA”, ordenándose a los comandantes de unidades hasta el nivel puesto de la Guardia Nacional la elaboración de un censo de Centros Comunales y posibles votantes para ser movilizados a los fines que ordenara el escalón superior.  El 7 de octubre se movilizaron para votar, pero también lo han hecho en otras oportunidades para asistir a concentraciones o marchas o del chavismo.
A nivel parroquial y en coordinación con el Comando de las Milicias, se utilizó la capacidad de liderazgo de los oficiales comandantes de unidades para crear la organización en la que participarían los representantes de la milicia en la zona, los representantes del PSUV y los de los Consejos Comunales, a quienes se les exigió el control de una cuota de personas.
Las planillas elaboradas en formato Excel recogen alguna información sobre las personas contacto en cada nivel: Grado, nombres y apellidos, cédula y/o número de teléfono.  En esa planilla se lleva el total de personas que pueden ser movilizadas.
Tomando como ejemplo una planilla destinada al control de la parroquia Charallave, se puede determinar que por la Guardia Nacional un Primer Teniente y un Sargento de Tropa contabilizaron un total de 4.607 personas por movilizar desde 24 sectores.  Los objetivos eran 33 Centros Electorales con un total de 136 mesas.  Allí, Capriles ganó solo en 30 mesas, mientras que Chávez lo hizo en las 106 restantes.  En cuanto a los votos obtenidos, el chavismo obtuvo 35.542 (64.09%) votos, mientras que Capriles solo logró 19.917 (35.91%).  Muy posiblemente el Primer Teniente Gremar Useche Sandoval, contribuyó con su recluta de votantes, a aumentar al menos entre 1% y 1.5% el porcentaje del chavismo en la parroquia de Charallave.
Pero es que la Guardia Nacional no fue el único “reclutador de votantes”.  En todos los estados, los distintos componentes tenían su operación montada.  Por ejemplo, en el estado Vargas, el Ejército y la Infantería de Marina actúan bajo las órdenes directas del Gobernador García Carneiro.
Plan de guerra del gobierno?
En los días previos al 7 de octubre, la Guardia Nacional realizó ante el Comando Estratégico Operacional una presentación del "Dispositivo para la cohesión y articulación del Poder Popular, Milicia Bolivariana, Guardia del Pueblo en defensa del Plan República y de la voluntad del soberano", en la cual se asignaron funciones a los integrantes del dispositivo una serie de funciones no contempladas anteriormente y se le agregó un objetivo general de “defensa del Plan República y de la voluntad del Soberano”. 
La hipótesis principal para la activación del dispositivo era el del desconocimiento de un eventual triunfo del chavismo en las Presidenciales y el uso de la violencia por parte de los seguidores de Capriles Radonsky, quienes atacarían objetivos como Miraflores, centrales eléctricas, la Asamblea Nacional, etc.  También se hacía mención a “cuadrillas regionales y municipales” del Comando Venezuela, “puntos de apoyo operativo”, “puntos de ebullición”. Con  este escenario violento, se presentó a los cuadros subalternos una jornada en la cual la oposición activaría un extenso plan de sabotaje en caso de que perdiera las elecciones.
Tal “plan violento”, el cual no pasó de una hipótesis de los órganos de inteligencia, constituyó uno de los elementos de motivación para mantener a la expectativa a los seguidores del gobierno por una parte, mientras que por la otra, se hacía creer a la oposición que la implementación del dispositivo constituía un plan del chavismo para desconocer el triunfo de la oposición e inclusive para mantenerse en el poder de manera “de facto” 
La exposición sobre el dispositivo en cuestión fue filtrada hasta la oposición como un presunto plan de guerra del gobierno y así fue difundido por algunos voceros no oficiales de la MUD.  Otros que tuvieron acceso fueron menos “escandalosos” y lo presentaron en su justa dimensión, mientras que muchos lo ignoraron por completo.
El hecho, es que en el fondo del dispositivo lo que subyacía, era entre otras, una organización para la movilización del chavismo con la finalidad de exprimir su capacidad de voto hasta la última gota.
Lo que si es cierto, es que dicha organización puede funcionar para cualquier otro fin, con lo que solo bastará con cambiarle el objetivo general.  Así veremos en el futuro, el "Dispositivo para la cohesión y articulación del Poder Popular, Milicia Bolivariana, Guardia del Pueblo” ... en defensa de lo que sea.
Una prueba contundente de la participación de la Guardia Nacional en la operación remolque del gobierno, es la herramienta de archivo en internet Google Drive, donde fueron colocados por un oficial de la Guardia Nacional 23 documentos en formato Excel con las listas de integrantes del DISPOSITIVO PARA LA COHESION Y ARTICULACIÓN DEL PODER POPULAR PARROQUIAL-GUARDIA DE PUEBLO-MLICIA BOLIVARIANA diseñado para las para las parroquias del Estado Miranda, según las cuales se podían movilizar a 38.042 activistas del chavismo.  Allí, se encuentran reseñados Oficiales y Sub Oficiales de tropa de la Guardia Nacional con su número de cédula y teléfono celular, entre ellos seis capitanes, cuatro tenientes, siete subtenientes (Primer Teniente).  Además se encuentran miembros de las Milicias, PSUV y Consejos Comunales, con sus números de teléfonos celulares. 
El resultado está a la vista
No solo el resultado electoral muestra la eficiencia de la maquinaria puesta en funcionamiento el 7 de octubre por el chavismo.  En la edición del 14 de octubre del diario el Universal, el periodista Joseph Poliszuk realizó un extraordinario trabajo en el que describe como funcionó la organización del gobierno desde un “Puesto de Comando” ubicado en la planta baja del edificio que sirvió de sede al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales en San Agustín.  Según los testimonios recogidos por Poliszuk, allí “Motorizados iban y venían de ese lugar para reportar los últimos traslados, así como recibir los nuevos nombres y direcciones de camaradas que aún no habían ratificado su apoyo en las urnas”.
Esto último coincide con información obtenida acerca de que en los centros de votación express del chavismo, al detenerse el voto de sus seguidores en horas de la mañana, se apeló a los cuadernos de votación para reportar a los puestos de comando los números de cédula de quienes aun no habían votado.  Allí se buscaba en los listados de las misiones dell chavismo sus direcciones para salir en su búsqueda.
El relato continúa en el artículo de Poliszuk "Con las listas se buscó a la gente", agrega Sulgeidys Maitán desde uno de los bastiones del chavismo”
La vinculación de la Guardia Nacional, ademas de lo evidenciado en los listados de la Guardia Nacional del Pueblo, se hace más evidente cuando Alexis Tovar, uno de los integrantes del Frente Motorizado Franco Arquímedes declaró a Poliszuk, "Nosotros tuvimos reuniones un mes antes de las elecciones con el general (Sergio) Rivero Marcano, que viene siendo el jefe a nivel nacional de lo que es la Guardia del Pueblo"
Indices interesantes
Si la oposición quiere revertir los resultados de las pasadas elecciones, deberá enfrentar de manera organizada la maquinaria del gobierno, determinando mesa por mesa la incidencia de la operación de recluta electoral o “remolque” y diseñando un mecanismo para subir los índices donde éstos bajaron.
A manera de información general, un análisis comparativo de los resultados por mesas en las Parlamentarias del 2010 y las Presidenciales del 2012 arrojó cifras y tendencias que manejadas por Estados, centros y mesas, podrían ayudar al diseño de estrategias que favorezcan a la oposición el 16 de diciembre.  De tal análisis se pudo determinar lo siguiente: La oposición perdió 4.961 mesas donde había ganado en el 2010 y ganó 462 donde había perdido.  Igualmente, aumentó su porcentaje de votos en 26.301 mesas pero lo disminuyó en 8.141, mientras que el gobierno disminuyó en 1.230 y aumentó en 33.656. 
Muy interesante es el contraste de los resultados del estado Táchira contra los nacionales:
Los porcentajes nacionales de la oposición subieron y al mismo tiempo bajaron los del gobierno en 663 mesas, lo que produjo una ventaja global de 10.458 votos para la oposición. 
Los porcentajes nacionales del chavismo subieron y bajaron los de la oposición en 7.577 mesas, lo que produjo una ventaja global para el gobierno de 706.573 votos. 
De los votos globales a nivel nacional, en el primero de los casos 9.691 se quedaron en el Táchira y solo 767 en el resto del país, mientras que en el segundo, el chavismo sacó una ventaja de solo 1.042 en el Táchira y 705.531 en el resto del país.
No todo está perdido para el 16 de diciembre y lo más importante, si es posible edificar para próximos procesos una estructura que derrote a la maquinaria chavista.