martes, 18 de septiembre de 2012

La hora final

Todos los venezolanos, anti y pro-gobierno, sabemos que el chavismo es un movimiento profundamente deshonesto. La trampa es su distintivo y la corrupción es su principal arma.
El gobierno de Venezuela en manos del chavismo ha actuado de forma tan indecorosa en todos los asuntos que le concierne, desde la relación con su pueblo al cual ha engañado vilmente con la intención de mantenerse en el poder, hasta en sus relaciones con otros países, con quienes en medio de rimbombantes ceremonias ha firmado acuerdos insostenibles en el tiempo unos, e imposibles de cumplir otros.
En todas las facetas del ejercicio del poder del chavismo, existe un solo perdedor a la larga, nuestro país, nuestro pueblo.
De cara a un nuevo proceso electoral y habiendo probado el polvo de la derrota en las elecciones parlamentarias, especie de encuesta nacional en donde la oposición ganó aun cuando recibió menos curules en la Asamblea Nacional, el chavismo se prepara para lanzar un nuevo zarpazo que de no ser contrarrestado nos podría causar una nueva decepción.
Tareas impuestas y deducidas
Si algo aprendieron Hugo Chávez y los militares que asesoran a su gobierno, a su paso por los cursos militares que realizaron y de su experiencia personal, fue sobre planificación de operaciones militares.  Y como tales, así se planifica todo dentro del gobierno.  De allí su empecinamiento de librar “batallas” contra todo y de ordenar “misiones” para atacar cualquier problema.
En la planificación de operaciones militares, específicamente en el análisis de la misión, se consideran algunos pasos: Enunciado de la misión, finalidad, tareas, orden de las tareas, condiciones de ejecución y conclusiones.
En estos seis pasos, el tercero  de ellos, las tareas, se dividen en dos tipos, tareas impuestas y tareas deducidas y es allí donde reside el peligro de las órdenes que imparte Hugo Chávez en forma de deseos.
Militarmente, cuando un comandante ordena el cumplimiento de una misión y su Estado Mayor cumple a cabalidad con todo el proceso de planificación, ante la posibilidad de prever un resultado desfavorable, puede llegar al punto de recomendar a quien comanda, reconducir la misión, adelantarla o posponerla ante lo cual el comandante debe tomar la decisión que considere conveniente.  Ante el fracaso o el resultado desastroso de la misión, el comandante es quien carga con la responsabilidad y eso lo sabe desde el primer momento en que imparte la orden.
En el caso de Hugo Chávez, todas sus decisiones tienen características que las asemejan a las surgidas de una cuidadosa planificación, pero ello es solo una apariencia.  La mayoría de sus órdenes son viscerales e inconsultas, pues su ego lo hace verse como un Napoleón tropical que maneja todas las variables y condiciones que harán que su “operación” sea exitosa.
Así lo hemos visto en sus programas y alocuciones, al impartir órdenes a sus “súbditos” incondicionales, cerrar cada una de sus “brillantes” ideas con la frase “Ahí les dejo la tarea”.
Si observamos detenidamente, Chávez en medio de canciones y perorata lanza lo que denominamos unas líneas gruesas y señala algunas acciones a realizar, que serían las tareas impuestas, pero con su frase “ahí les dejo la tarea” les está indicando que el cumplimiento de la misión tiene algunas tareas implícitas, que militarmente hablando son las “tareas deducidas”, las cuales en manos de elementos radicales representan muchas veces un verdadero peligro.
Chávez, a su estilo ha impartido muchas órdenes a sus seguidores.  Una de ellas ha sido la de “ganar las elecciones” generando una serie de tareas deducidas en relación a las cuales pretende evadir su responsabilidad en caso de que deriven en catástrofe.  Estas tareas deducidas, como su nombre lo indica, quedan al libre albedrío de los ejecutores de la misión y en consecuencia se hacen imprevisibles y peligrosas.  Un ejemplo de la ejecución de tareas deducidas en el plano electoral es el fraude perpetrado en las mesas de votación donde no hay testigos de la oposición.  Otro ejemplo valedero es el ataque de los partidarios del gobierno a la oposición durante la visita del candidato Enrique Capriles a Puerto Cabello. 
Pero existen algunas tareas macro desarrolladas por súbditos de Hugo Chávez que constituyen complejas operaciones destinadas a satisfacer los deseos de su jefe, en las que no media ningún tipo de razonamiento ni atadura a principios morales ni éticos.  Solo son acciones automáticas en las que solo basta que sus resultados sean favorables al gobierno, como lo es el caso de la utilización del Consejo Nacional Electoral para el logro de los fines del chavismo.
La lección de las Parlamentarias
 Como todos sabemos, aunque las elecciones parlamentarias fueron desfavorables a la oposición, en términos absolutos produjeron una herida descomunal en el ego del chavismo, pues enseñaron el camino para un potencial triunfo en las presidenciales del 2012.
Las parlamentarias permitieron demostrar que a nivel de votos en Venezuela existen dos realidades, tal como lo recoge la Tabla 1:  La de los centros de una y dos mesas que favorece al chavismo y que denominaremos Centros “A” y la de los centros de tres y más mesas, al que denominaremos Centros “B” donde el gobierno no tiene nada que buscar.  Obstinadamente, cumpliendo con una de las tareas deducidas, el directorio del Consejo Nacional Electoral, amparado en el crecimiento del padrón electoral, creó 1.371 nuevos centros de votación en el territorio nacional tal como se muestra en la Tabla 2.  Sin embargo llama poderosamente la atención, que al considerar el número de mesas por centro de votación, los que más aumentaron fueron los Centros “A”, que es precisamente donde gana el gobierno, los cuales tuvieron un incremento de 1.337 centros, mientras que para los Centros “B” se crearon solo 34, lo que indica que porcentualmente los Centros “A” constituyen el 97.52%  y en consecuencia los Centros “B” solo representan el 2.48% de los nuevos centros.
El CNE convencido de que está haciendo lo mejor para que el chavismo descuente ventaja en los Centros “A” crea estos nuevos centros electorales en las mismas condiciones de los anteriores:  Algunos de manera justificada en los sitios inhóspitos o zonas aisladas, pero otros en las principales ciudades, constituyéndolos en algo así como un punto de voto “express” para el chavismo.
Así por ejemplo, en el Distrito Capital se crearon 110 Centros “A” con 29.258 electores (104 de una mesa y 6 de dos).  En Miranda, para atender a 23.053 creó solo 69 de ese mismo tipo de  centros (59 de una y 10 de dos mesas).  El objetivo de esta maniobra es más que evidente y es allí donde la Mesa de la Unidad debe velar porque se cumplan exactamente los procedimientos operativos establecidos.
En consecuencia la jugada del gobierno es clara y anticipada.  El feliz resultado dependerá entonces de la integridad de nuestros testigos y en algunos casos hasta de una cierta dosis de valor para hacer respetar la integridad de nuestro voto.
Si bien la cantidad y tipo de centros es un indicador de las aviesas intenciones del “imparcial” CNE, las cantidades de electores que vienen asociados con dichos centros también constituyen una clara expresión que debe ser tomada muy en cuenta.
Si se observa detenidamente la Tabla 3 se podrá observar que del casi millón  y medio de nuevos electores (1.343.469), 525.592 lo harán en los  Centros “A” y 817.517 en los Centros “B”.  Aquí puede observarse que en las parlamentarias del 2010 la proporción general era inferior, es decir, que mientras en el 2010 el porcentaje de electores ubicados en los Centros “A” era del 19.62%.  Esta proporción sube para las presidenciales al 20.02% debido a que el porcentaje de nuevos  votantes en los Centros “A” es del 39.15%.
Relación entre número de mesas por centro y votos obtenidos
Tal como se puede inferir de la Tabla 1, en las pasadas parlamentarias en los Centros “A”, que representaban el 57.93 de todos los centros el chavismo obtuvo el 60.6% de los votos, mientras que en los Centros “B” que constituían el 42.07 de todos los centros electorales, el gobierno obtuvo el 45.2%.  Esta situación la podrá comparar más claramente en el Gráfico 1.
Querrá decir esto que para el 7 de octubre el hecho que la relación entre los Centros “A” y “B” aumentó un 3.97 como lo indica la Tabla 2 a 61.9% hará que el número de votos del chavismo aumente entonces un 3.97 en esos centros?
Definitivamente esto si podría ocurrir, tal como lo esperan el gobierno y el CNE, si la oposición no adopta las medidas necesarias para resguardar el voto.  Estos resultados se darán “si y solo si” en esos centros que denominamos “A” se deja que el chavismo actúe a sus anchas y desarrolle sus tareas deducidas.
Si se efectúa una proyección aplicando a los nuevos electores los porcentajes alcanzados en las parlamentarias en los dos grupos de centros antes mencionados, tendríamos un resultado adverso con respecto a estos nuevos votantes de 52,941 votos por debajo del chavismo, esto como producto de la notable ventaja que obtiene el gobierno en los centros de una y dos mesas.  No obstante, si se aplican los índices de abstención y votos nulos, esta ventaja se reduce en el segmento de nuevos votantes.  
A la postre, aun con alguna desventaja en los nuevos votantes, se podría mantener una precaria diferencia a favor de la oposición en caso que el 7 de octubre se den las siguientes condiciones:  Que los indices o porcentajes sean los mismos que se registraron en las elecciones parlamentarias; que el sector chavista repita como tarea deducida la fraudulenta usurpación del derecho al voto de los ausentes y que se mantengan igualmente los índices de abstención, votos nulos y votos por los otros candidatos o partidos.
Quiere decir esto que el gobierno Hugo Chávez se va a salir de nuevo con la suya?
Rotundamente no! Afortunadamente, la situación política para el 7 de octubre no es la misma que para el 26 de septiembre del 2010 y muchísimo menos parecida a la imperante en las presidenciales del 2006 o para el Referéndum Revocatorio del 2012.
En todos esos procesos nos estuvieron administrando la “misma medicina” mientras el fantasma del fraude electrónico era sembrado en la mente de los venezolanos. 
Desafortunadamente muchos de los que disienten de Chávez se hicieron eco de esta falacia sin saber que estaban contribuyendo a transmitir el desánimo en los demás:  Recuerdan cuando se dejó el 100% de la Asamblea Nacional en manos del gobierno.  Solo cuando se tomó conciencia de que había que pelear hasta el último voto retomamos el camino.  La situación actual es muy distinta y a cada día que transcurre las perspectivas van variando. La intención de voto de los venezolanos se ha ido modificando paulatinamente y si tomamos como punto de partida el hecho electoral más reciente, que son las elecciones parlamentarias del 2010, la única opción de triunfo del gobierno es la de aumentar su volumen de votos, lo cual es una tarea cuesta arriba, pues tiene que cargar con los males que sobre su propio electorado ha traído como resultado de su ineficiencia y su falta de transparencia.
La base de la que parten las aspiraciones el PSUV se encuentra mal fundamentada pues el director de estrategia electoral Francisco Ameliach pretende apoyarse en los resultados de las presidenciales del año 2006.  Esto sería equivalente a que la oposición tuviera como candidato en este momento a Manuel Rosales, enfrentando a un Hugo Chávez en plenitud de condiciones y que el tiempo se haya detenido para los venezolanos.  Ameliach pasa por alto todas las calamidades sociales ocurridas en estos seis años transcurridos.  En el 2006 a ningún sindicalista chavista se le hubiese ocurrido pedirle reivindicaciones laborales a Chávez en un foro.  Las empresas de Guayana no habían colapsado y el problema eléctrico no había comenzado. Tampoco había perdido el apoyo de gobernadores como Henry Falcón y el “Gato” Briceño.
Internacionalmente Chávez era más popular, su influencia crecía hasta el punto que al dúo Correa-Morales en Bolivia y Ecuador le estaba saliendo competencia en otros países como Honduras.  En pleno 2012 la detención y el retroceso de su prestigio fundamentado en su chequera es evidente. A partir del fracaso por instaurar sus métodos en Honduras, comenzó su fase de involución, en el 2012 se encuentra frente a la posibilidad más clara de perder el poder.  Ni siquiera las encuestas recrean el escenario del año 2006, pero obstinadamente el chavismo intenta que la realidad se amolde a sus deseos.
Nuestras posibilidades
El panorama con Capriles no podría ser más alentador.  Su campaña no puede ser mejor conducida.  Solo en algunas oportunidades, los intentos del gobierno por sabotear sus presentaciones públicas han alcanzado  relativamente su objetivo, pero en la mayoría se han estrellado con el vigor de una campaña joven, fresca y arrolladora.  
Los eventos de Puerto Cabello lo fortalecieron, la violencia empleada por los seguidores del gobierno resultó contraproducente.  Las imágenes de Capriles subido en un peñero y entrando a Puerto Cabello le dieron un impulso a su popularidad, gracias a que el chavismo emprendió una mala tarea deducida o una tarea mal deducida.  Las concentraciones de la oposición son cada día mayores y lo más importante, casi su totalidad es de jóvenes, quienes en las cuentas que saca el chavismo son suyos.
Tal como lo indican los números de las tablas presentadas anteriormente, la mejor encuesta son las parlamentarias, lo cual le coloca un piso sólido a Capriles en el orden de los 5.700.000 votos, mientras que el piso de Chávez que sería de unos 5.450.000 votos proviene de una serie de microfraudes perpetrados en los Centros “A” y cuya incidencia el CNE pretende aumentar con nuevos centros en vez de colocar nuevas mesas en centros ya establecidos, creando como se dijo anteriormente, centros electorales exclusivos para el chavismo.
La presencia de testigos de mesa en estos centros detendrá una buena cantidad de estos microfraudes.  Para el 7 de octubre los 8.468 Centros “A” existentes tienen un total de 10.769 mesas; por cada voto fraudulento que se impida en cada una de esas mesas, el chavismo 10.000 votos.  Por su parte la oposición en el exterior podría aportar unos 50.000 votos de los 100.495 inscritos en el Registro Electoral Permanente.
Sacando estas sencillas cuentas, la oposición tendría casi un 52% de los votos sobre 11 millones de votos válidos.  Se estima que asistirá a votar una cifra muy aproximada a los 14 millones de electores, sector en el que el chavismo tendría que obtener una ventaja mayor a los 500.000 es decir un 60%, porcentaje que solo alcanza en los centros “tramposos”.
En una mezcla de percepciones e indicadores numéricos, el panorama del chavismo se torna hora tras hora más sombrío.  A esto debemos sumarle la enfermedad de Chávez, quien realmente si está enfermo física y mentalmente, pues su cáncer puede darle una sorpresa en cualquier momento y sus depresiones son cada vez mayores y más frecuentes.
Una apreciación personal
Desde que surgió la teoría del fraude electrónico, fui uno de los detractores de dicha tesis pues considero que solo estuvo destinada a distraer la atención del verdadero foco del fraude.  La manipulación del REP no rinde frutos si no pasa por las mesas de sufragio.  Con testigos instalados en todas las mesas y si la oposición hace bien su tarea, Capriles obtendrá un mínimo del 53% de los votos, salvo que colapse la maquinaria chavista, donde un porcentaje mayor podría verse.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Donde comienza La Patria!


En Pedernales:  Un video de cuatro minutos sobre un burdo fraude electoral en progreso, muestra lo que el chavismo puede hacer si no hay testigos electorales de oposición en las mesas de votación

La mayoría de los venezolanos cree que Tucupita queda lejos de cualquier punto de Venezuela, pero más lejos, a un par de kilómetros del límite norte del Estado Delta Amacuro, en un punto cercano al límite internacional, está un pequeño pueblo llamado Pedernales.  Este pueblecito es la capital del Municipio Pedernales y queda más cerca de Trinidad que de Tucupita. La vida de los habitantes del pueblo depende de la pesca y la actividad petrolera, es decir, del gobierno venezolano. En la Parroquia Pedernales existen cuatro centros electorales: La Escuela Samuel Darío Maldonado con cinco mesas de votación, la Escuela Concentrada # 55 con dos mesas de votación, una Escuela Concentrada sin número con dos mesas y la Escuela Concentrada sin número con una mesa de votación, ubicada en la isla Guinamorena.

Allá, donde comienza La Patria, durante la realización de las elecciones parlamentarias de septiembre del 2010, un miembro de mesa con su teléfono celular tomó un video en el cual se observa como en una mesa de votación, a puertas cerradas y con la complicidad de los allí presentes, se perpetra un acto de fraude electoral que podría haberse repetido en miles de mesas de votación.
La verdad en menos de 5 minutos
Es el 26 de septiembre del año 2010. En un salón de clases de una escuela en Pedernales, la Presidente de la mesa de votación, con evidentes signos de nerviosismo hace los arreglos para cometer fraude electoral apoyándose en la ausencia de testigos de la oposición.  
La escena quedó registrada en la memoria del teléfono celular de un integrante de la mesa. Uno de los presentes exclamó “Yo lo que me quiero es ir ya... oyó?” lo que indica que se trataba del final de la jornada de votación y se acercaba el momento de la impresión del acta.  La presidente de la mesa le pregunta “por que chico?”.  A su lado, un individuo con camiseta roja permanece sentado mientras la mujer imparte instrucciones inaudibles a otra que viste una blusa roja. De su cuello cuelga un portacredenciales similar al que usan los miembros de mesa durante el proceso electoral.  
El hombre de la camista roja se levanta y se dirige hacia el extremo derecho de la sala.  Otra mujer que habla por su celular se acerca y le comunica algo a la presidente y esta le dice “.. que ya yo no estoy”.  La mujer se retira y llega otra que se sienta al lado derecho de la presidente de la mesa frente al dispositivo de activación de la máquina de votación, la cual es activada por primera vez por la presidente de mesa y una segunda vez por la mujer que acaba de sentarse.  La persona que está grabando pregunta “ “Ese pitico no se escucha allá?”
La tercera vez que se escucha el sonido de activación de la máquina, la presidente de la mesa exclama “tres”.  Mientras tanto se observa que usa el bolígrafo con ademanes de firmar y  levanta el codo lateralmente como colocando sus huellas dactilares.  Así van activando la máquina una y otra vez, sin que se vea movimiento de personas efectuando el paso de verificación de datos frente a la presidente de la mesa.  No se ve quien está votando.
En la sexta activación de la máquina de votación, el teléfono es movido de posición hacia el lugar donde está la máquina de votación y allí está el hombre de camiseta roja que estaba sentado a la izquierda de la presidente de la mesa inicialmente.  
Allí el video tiene un corte de edición, así que no se sabe cuantas veces más se activó la máquina después de la sexta activación.  Con una nueva activación de la máquina, se nota que el individuo de la camisa roja tiene  en la mano derecha varios “papeles blancos” y que toma uno más de la máquina.
Se activa una vez más la máquina y el hombre toma su comprobante y se va a la urna electoral en donde coloca todos los comprobantes que tenía en la mano.
El video fue colocado en youtube por el abogado Ricardo Koesling el 24 de octubre de 2011 y desde esa fecha no ha sido visto por más de 6.000 personas, por lo que hasta la fecha es prácticamente desconocido.
23% a favor del gobierno
Recientemente, en el portal http://2012.votolimpio.info fue publicado nuevamente el video que se describió anteriormente.  Junto a él se hacen una serie de observaciones referidas a los resultados de los centros de votación compuestos por una y dos mesas, los cuales son superiores a la cantidad de centros con tres o más mesas en casi un 16%.  
Valiéndose de la última votación, en la cual se determinó la conformación de la Asamblea Nacional, se pudieron obtener algunas conclusiones muy interesantes (Ver Cuadros).  La principal, es que en todos esos centros de una y dos mesas el chavismo ganó por un margen sumamente amplio, cercano al 23%.  Esto sería comprensible si todos esos centros estuvieran en la misma condición que el pueblo de Pedernales, donde, además que la subsistencia de sus habitantes depende del gobierno y sus “programas sociales”, éstos son en su mayoría indígenas que se encuentran a merced de los políticos locales y de los coordinadores del “Comando Carabobo”. Pero es el caso, que no hay 7.131 pueblitos como Pedernales, donde se tengan que instalar centros con solo una o dos mesas, sino que se instalan centros de este tipo en el corazón de las capitales de estados y ciudades con alta densidad de habitantes.  Lo particular de estos centros pequeños, de una o dos mesas en áreas donde existen otros con más de tres, es que fueron colocados dentro de barrios marginales o al borde de los mismos, donde los testigos de la oposición se sienten intimidados, no existen o sencillamente donde un error de apreciación ha hecho que la oposición no les de importancia, por considerarlos “centros chavistas” en donde no habrían votos que cuidar.
Este craso error de percepción, es el que ha permitido que a puertas cerradas, se agreguen a los votos obtenidos de la población intimidada, influenciada  o que ha sido convencida políticamente, los de aquellos quienes no se presentaron a votar.
A los estrategas de la oposición, quienes se dan por satisfechos con el resultado de las parlamentarias, donde el 23% de dos millones y cuarto fue contrarrestado por el 8% de nueve millones y medio, les podría esperar una desagradable sorpresa.  La sola presencia de la figura de Chávez jugándose la suerte de su revolución y la suya misma en un solo día, va a mover resortes insospechados dentro de las filas de sus seguidores.  
La intimidación alcanzará un máximo sobre los electores contrarios para que no voten, sobre los suyos para que lo hagan, sobre las Fuerzas Armadas para que no cumplan a cabalidad con su verdadera función, sobre los funcionarios del CNE para que no cierren las mesas si se da la condición para hacerlo y sobre sus directivos para que no se precipiten sobre los resultados, sobre los activistas para que salgan a agredir e intimidar a los votantes y sobre los medios para que no difundan debidamente lo que va a ocurrir ese día.
En estos centros, de agudizarse la ausencia de representantes de los partidos de oposición o de la Mesa de la Unidad, se podrían obtener resultados catastróficos en donde el gobierno sumaría hasta un millón de votos adicionales si disponiendo ampliamente del control de las mesas de votación, repite el “efecto Pedernales” a nivel nacional.  Al efecto, en el Distrito Capital, la influencia de la maquinaria del PSUV es casi tan efectiva como en los rincones más apartados de Venezuela.
8% a favor de la oposición
Del análisis del cuadro 1, se determinó que le promedio nacional de todos los centros con tres o más mesas de votación se torna adverso al gobierno por un 8%.  Esto tiene muchas variables que explicar, pero lo principal no es que tendencia es la que se ve favorecida o la posición política de la población que acude a los centros. Lo importante de la lectura es que en las condiciones en las que funciona el mecanismo del voto frente a tantos testigos y observadores, el factor fraude tiene menos probabilidades que ocurra por parte de cualquiera de las partes, aun cuando ya se sabe cual es la que lo ha puesto en práctica desde el 2004 hasta la fecha.
Por lo tanto, dado el inmenso tamaño de la muestra y la heterogeneidad geográfica que la contiene, esta resulta la mejor encuesta y la que mejor apunta a resultados futuros, sin tomar en cuenta otras variables que han entrado y siguen entrando en el escenario político que se está conformando.
Así como la maquinaria chavista jugará fuerte para alcanzar mejores dividendos en el preciso momento de las elecciones, el deterioro, el cansancio y el fracaso para alcanzar las metas que se ha fijado, serán el lastre con el que tendrá que cargar. 
Afortunadamente, la Mesa de la Unidad se ha concientizado de esto y hace ya tiempo que se dedica a la tarea de tratar de ubicar testigos en estas mesas, las cuales en el proceso del siete de octubre pueden resultar más nocivas que durante el proceso de las elecciones parlamentarias.
Los extremos
Un análisis más detallado realizado a los centros agrupados por el número de mesas que lo componen arrojan otros resultados que urgen a la activación de una red de testigos electorales sólida y confiable. 
Realizar un trabajo de esta magnitud requirió de la determinación de la composición de cada centro en cuanto al número de mesas, luego de la obtención del número de votos válidos para la MUD, el PSUV y el PPT en cada uno de los grupos que se fueron conformando y con ello la determinación del porcentaje de cada uno.

El resultado fue que como regla general quedó establecido que a mayor cantidad de mesas por centro, menor porcentaje de votos corresponde al chavismo y en consecuencia aumenta el porcentaje de la oposición.
Así, en centros como el de Pedernales constituidos por una mesa se observa en el cuadro 2, que el chavismo acumula el 64% de los votos y en los centros de dos mesas el 55%.  En el cuadro 1 se observa que en los centros de una y dos mesas juntos, el chavismo tiene casi el 61%. 
En contraposición, en el otro extremo del gráfico, en los centros de 14 y más mesas la situación es completamente distinta.  El porcentaje inicial del chavismo se ve reducido a menos de la mitad y es la oposición la que acumula nada más y nada menos que el 69%.  Estos números impactarían poco en el resultado general porque centros de este tamaño son muy pocos aunque con muchos electores.
La gran debilidad del oficialismo para el próximo 7 de Octubre radica en que a pesar que en estos centros obtiene una ventaja cercana al medio millón de votos, la gran dispersión y el número de centros hace muy difícil su control.  Su éxito dependerá en consecuencia de la “aguerrida defensa” de sus seguidores y por supuesto de la debilidad o la ausencia de los testigos de mesa de la oposición.
Todos los análisis que puedan hacerse llevan a una sola conclusión: Los votos hay que cuidarlos y se debe dejar de confiar en el deterioro del gobierno con la consecuente falta de voluntad de sus seguidores para respaldarlo con sus votos.  
De lo que se trata es que cada mesa es un arma en manos de los votantes, pero también lo es en las de miembros de mesa inescrupulosos si se les deja que perfeccionen el fraude.
El gobierno también maneja la tesis de que en algunos centros abiertamente antichavistas, la oposición podría haber cometido fraude, dado el resultado obtenido en las primarias.  Así por ejemplo en el Centro de Votación Nº 131601041 ubicado en el Instituto Escuela de la calle Maracaibo de Prados del Este, parroquia Baruta, el cual está compuesto por 20 mesas.  Allí en las pasadas elecciones parlamentarias la MUD y el PPT obtuvieron el 96% de los votos (7.166), mientras que el chavismo solo logró 4% de los votos (313) e inclusive no logró ganar en ninguna de las mesas que componían el centro. 
Otro ejemplo, en el Centro de Votación Nº 70906016 ubicado en la Escuela Lizandro Ramírez de la avenida El Parque de la parroquia San José de Valencia, Edo. Carabobo, compuesto por 17 mesas, los votos obtenidos por la MUD alcanzaron el 92% (6.078) mientras que el chavismo apenas llegó a alcanzar el 8% de los votos (523).  En este centro, el voto chavista tampoco llegó al 10% en ninguna de las 17 mesas.
Ante tales presunciones, fundadas en  una distorsión de la realidad que los alcanza a ellos mismos y la desconfianza del gobierno en los funcionarios del CNE a nivel de centros y mesas, el único recurso que le quedó fue el de la instalación de las máquinas captahuellas en aquellos centros donde se concentraba la mayor cantidad de electores, que eran precisamente donde perdió el gobierno.
A raíz de informes de inteligencia producidos en centros que han sido investigados en virtud de los resultados “sospechosos” para el gobierno debido a que la colocación de la máquina captahuellas a la entrada de los centros podía ser burlada, así como falseados los informes de auditoría, el CNE decidió integrarlas a las máquinas de votación para las Presidenciales del 7 de Octubre y usarlas como llave de acceso a las mismas.  Con ello también se obtendría un efecto disuasivo en contra de los votantes que temen sea descubierto el voto que van a consignar, efecto el cual puede ser ampliado por los reclamos de algunos presuntos miembros de la oposición no muy bien informados de la verdadera intención de la colocación de dichos equipos.
Caso contrario, es el de la “no colocación” de captahuellas en aquellos centros de una y dos mesas, donde el resultado favorece ampliamente al chavismo.
La estrategia del gobierno
Es indudable que las áreas geográficas de influencia del chavismo y de la oposición están claramente definidas en un momento determinado y que el mapa va cambiando a medida que se van sucediendo las contiendas electorales. 
Con el fenómeno “Capriles”, los escenarios se están haciendo cada día más inciertos para el chavismo, por lo que la estrategia del gobierno para asegurar sus votos debería cambiar.  A pesar de que el cono de incertidumbre va creciendo ya no le queda más nada que hacer al gobierno. El Registro Electoral Permanente ha sido manipulado hasta la saciedad y la estructura electoral ha sido acomodada al extremo, pero la voluntad de los venezolanos, a pesar que ha sufrido derrotas como la del Referendum Revocatorio del 2004 o las Presidenciales del 2006, ha sobrepasado los obstáculos.  Tan solo le quedan acciones intimidatorias o violentas que sin duda aparecerán en algunos lugares el día de las elecciones, pero que serán insuficientes frente a la amplitud del frente que deberán cubrir.
El “campo de batalla” ideado por el gobierno ya es conocido por la oposición y la estrategia de los centros de una y dos mesas es el elemento que más resultados ha rendido. Pero la misma no se basa fundamentalmente en la composición de los centros en si, porque hay centros de una y dos mesas que son favorables a la oposición.  En el 20% de dichos centros se obtuvieron resultados que favorecieron a la oposición.  Las estadísticas presentadas se refieren al total de los centros con esas características pero dentro de la muestra hay variantes que también preocupan al chavismo.
A pesar que el criterio técnico para la definición de la cantidad de mesas que integrarán el centro es la del número de electores, el fundamento principal de la maniobra chavista de los centros pequeños es el de la “accesibilidad al voto”.  
Es comprensible que en las zonas aisladas no existan más de una o dos mesas por centro, debido a que  allí ejercen el voto muy pocas personas, pero lo incomprensible es que este tipo de centros sean colocados en centros densamente poblados como por ejemplo Caracas, donde existe nada más y nada menos que 329 de estos centros, casi tantos como los de una y dos mesas de Amazonas, Delta Amacuro y Apure juntos.
Estos centros están situados generalmente en el corazón de los barrios o en las cercanías a los mismos, como por ejemplo el Centro Nº 10106020 ubicado en el Preescolar Asistencial Jesús de la Divina Misericordia, esquina de El Rosario se encuentra a la entrada del Barrio Los Erazos, rodeado de centros de más de 3 mesas y a unos 1.000 metros de la Plaza Bolívar de Caracas.
La jugada conjunta CNE gobierno tiene sentido, pero déjenme decirles algo: La estrategia del chavismo ha funcionado a medias; en algunos lugares funciónó al 100% como en Pedernales, en otros el fracaso se asomó y en otros la derrota fue rotunda.