lunes, 27 de septiembre de 2010

Chavismo sin Chávez.

En la Asamblea ganó el chavismo, pero no Chávez.

Los resultados del proceso electoral del pasado 26 de septiembre para la conformación de la Asamblea Nacional, tienen algo de particular; a pesar de que resultaron favorables para el gobierno como consecuencia de la reingeniería aplicada por el CNE a los Circuitos Electorales, “marramucia” que resultó exitosa en algunas circunscripciones, mas no en todas, dejó al descubierto una gran realidad: La población venezolana que apoya al Presidemente es cada día menor.

Hugo Chávez perdió el voto popular y aunque el CNE haya evadido publicarlo, lo cual nunca hará, aproximadamente el 52% de los votos generales fueron contrarios al gobierno. Faltando dos años para las elecciones presidenciales, el oxígeno comienza a faltarle y nuevas alternativas comienzan a asomarse. En un principio, el chavismo sin Chávez tenía cara de sus cercanos alzándose con el poder a sus expensas, ahora, la gran corriente viene del mismo pueblo. Con los resultados de ayer, vemos que el chavismo está comenzando a abandonar a su líder y es solo cuestión de tiempo para que los dirigentes chavistas, que deben optar por la fidelidad al portaaviones de antaño, el ancla de hoy, la lealtad hacia sus seguidores o su apego al poder, terminen por abandonarlo. Como sea, las dos últimas opciones son incluyentes, mientras que la primera representa la opción de su fenecimiento político.

La desafortunada ausencia de la oposición en la Asamblea Nacional desde los últimos comicios aun sigue siendo un peso muy grande a las aspiraciones democráticas en el país. Consecuencia de ello es lo ocurrido el día de ayer, donde el gobierno había diseñado una camisa de Fuerza que le permitiría ganar más de los dos tercios de los escaños en la Asamblea Nacional y que de no ser por la férrea voluntad popular y el fiasco en que se ha convertido el proyecto socialista de Hugo Chávez, se hubiese hecho realidad.

La solución temporal del gobierno a sus problemas electorales no fue del todo exitosa y hasta allí llegó. Sirvió en un momento y desde ya será olvidada. Lo que viene es una carrera por inventar una nueva estratagema para contar los votos en el 2012, pero como se dice popularmente, “se les trancó el serrucho”. La conformación de la nueva Asamblea nos retrotraerá al año 2005 y anteriores. Comenzarán las sesiones callejeras y las agresiones a los Diputados de la oposición en la llamada “esquina caliente”, vendrán los intentos de allanamiento de la inmunidad parlamentaria: Comenzará la lucha. Una lucha que va en el sentido contrario de la anterior Asamblea Nacional. Todo lo que ayer era en subida, hoy será en bajada. Chávez se hará más vulnerable como consecuencia de sus actos. El mismo tratará de armar un golpe militar en su contra. Por su mente pasarán torrentes de ideas locas para tratar de recuperar lo que perdió.

Llegó la hora de que la Oposición comience a considerar alianzas estratégicas y lance puentes hacia la otra orilla para salvar al chavismo sin Chávez, porción de venezolanos que nos garantizarán que del 52% o más, porque ayer la “operación rebanada” esquilmó miles de votos en cada circunscripción, se convierta en 60% ó 65% en un 2012 que luce lejano, pero que está a la vuelta de la esquina. Es hora de que la oposición venezolana comience a estudiar los efectos de la votación general de ayer en el seno de las Fuerzas Armadas y la sociedad venezolana.

Por ahora queda mucho chavismo en Venezuela, pero queda poco Chávez. Ahora es que viene lo bueno.

domingo, 19 de septiembre de 2010

La ventaja de Chávez.

Será el primero en enterarse de su destino.
El próximo domingo 26 de Septiembre junto con la elección de los diputados de la oposición a la Asamblea General, el cual aparentemente es el objetivo del proceso de votación, se definirá el tema de mayor importancia para el país: Su futuro.
Por primera vez en todos estos años, junto al optimismo de algunos en la oposición, va a las urnas electorales el desencanto, la frustración y la esperanza de muchos venezolanos que ya no comulgan con las prácticas del gobierno. Igualmente, asisten las “manadas” de seres humanos que por obligación van a ejercer el voto en medio de una extraña mezcla de amenazas, miedo y resentimiento.
La particularidad de las elecciones del 26 de septiembre, radica en que un nuevo diseño de circuitos, elaborado por los servidores del gobierno en el Consejo Nacional Electoral, busca congelar en el tiempo la votación que en oportunidades anteriores hicieran los venezolanos en ambos lados de la contienda, para luego con cirujana precisión, hacer transplantes de circuitos fuertes, desde el punto de vista del gobierno, sobre circuitos débiles, con la intención de que al repetirse exactamente el mismo esquema de intención de voto, quedara sectorizada la ventaja del voto a favor del gobierno.
En tal sentido, la estratagema podría funcionar si la intención de voto continuara igual a la referencia bajo la cual se rediseñó el circuito, solo que la situación general del país no es la misma que la de los procesos anteriores y para colmo de males para el gobierno, el cambio de dicha intención representaría en la mayoría de los casos un doble castigo numérico, porque lo que antes era un voto a favor, en el mejor de los casos se convertiría en un voto menos, si el simpatizante deja de votar y se enchinchorra en su casa, mientras que en el peor escenario, se convertiría en uno más para la oposición, lo cual de repetirse en cadena, arrojaría cifras que se escapan de las previsiones chavistas.
Imaginemos por un momento la situación en un circuito con dominio moderado del chavismo, que de 195.000 votantes, 100.000 (51.28%) fueran votos del gobierno y 95.000 (48.72%) de la oposición, y el 10% de los ciudadanos progobierno (10.000) dejarán de votar debido a que la situación electoral no es la misma de hace dos o tres años; en este caso se produciría una derrota del gobierno por 5.000 votos o sea del 2.70%. Ahora bien, si esos votantes que aseguraban una ventaja inicial al gobierno votaran en su contra la cifra quedaría en 90.000 para el gobierno y 105.000 para la oposición, lo que le daría ventaja a la oposición de 15.000 votos (7.69%) cuando la principio perdía por solo 5.000 votos (2.56%).
El problema se agravaría para el gobierno, si en virtud al conocimiento que tenía el CNE sobre la preferencia electoral en el mismo circuito considerado fuerte, para el chavismo, donde de 195.000 votantes, 115.000 (58.97%) fueran votos del gobierno y 80.000 (41.03%) de la oposición (35.000 votos de ventaja para el gobierno, lo que le daría un margen del 17.95%).
Por lógica chavista, el CNE decide cambiar la estructura del circuito para dejarle allí una ventaja de la mitad y “migra jurisdiccionalmente” la otra mitad de votantes o sea 17.500 votantes aproximadamente a un circuito débil, la relación quedaría de la manera siguiente: De los 177.500 votantes restantes, 97.500 (54.93%) serían votos del gobierno y los mismos 80.000 (45.07%) de la oposición, y si el 10% de los ciudadanos progobierno (9.750) dejaran de votar, considerando nuevamente que la situación electoral no es la misma de hace dos o tres años, la oposición continuaría en desventaja por 7.750 votos (4.62%). No obstante, de producirse el segundo escenario de votos en contra, los 9.750 votantes aumentarían para la oposición, por lo que la diferencia sería de 2.000 votos para la oposición (1.13%).
A todo esto debe agregarse los efectos en el circuito débil, en el cual por la magia de las estadísticas, la situación debe ser parecida y el escenario no es distinto, donde el común denominador es que la oposición va en subida y el chavismo en bajada.
Esta situación hipotética puede convertirse en una aleccionadora realidad para el chavismo, porque para el momento en que se tomó la previsión de reformular la estructura de los circuitos, no se previó la crítica situación del país para el 2010 y al modificar la jurisdicción de los circuitos, operación equivalente a migrar a sus votantes de un circuito a otro, también migraron los problemas y el resentimiento, probablemente migró el virus de la abstención y del voto en contra de un circuito que antes tuvo altas expectativas por parte de sus habitantes pero que ahora tiene una alta carga de decepción.
Al final, la última jugada es del gobierno, el cual, informado minuto a minuto de la situación, señalará a sus seguidores en que circuitos hay que sacar a votar a la gente como sea, pero al mismo tiempo podrá ser observador de cómo se desmorona su imperio en gran parte del país. Si la última jugada es del gobierno, la última palabra es de los venezolanos.

domingo, 12 de septiembre de 2010

El 11 de septiembre en Caracas

Estaría algún venezolano involucrado en tan horrendo crimen? Al parecer, si!

El 11 de septiembre del 2001, me encontraba en mi oficina en la Dirección General de ldentificación y Extranjería, en Caracas, cuando personal adscrito a la misma me indicó que en la televisión local estaban transmitiendo el atentado contra una de las torres del World Trade Center en New York y de inmediato, me incorporé como espectador de la noticia, al igual que las personas que en ese momento me visitaban.

Ese día, directivos de una de las casas que elaboraban los pasaportes para la DIEX tenían una reunión conmigo y el hecho noticioso, hizo que en vez de una hora aproximada de reunión se convirtiera en 3 ó tal vez 4 horas de expectación ante lo grave de las imágenes que estábamos presenciando.

Entre los temas que tocamos ese día, uno fue el de la seguridad de los pasaportes. Los que ellos ofrecían tenían todo tipo de artificios para evitar su falsificación. Sin embargo, uno de ellos me señaló, que una vez que el pasaporte auténtico original caía en manos de la delincuencia, era imposible que se detectara cualquier anomalía y sobre todo, si era emitido dentro de nuestras oficinas, caso que había sido descubierto infinidad de veces.

La sensación que se apoderó de mi ese día, era la de que los Estados Unidos estaba bajo ataque y sentí que se podrían repetir otros en poco tiempo. Recordé el ataque japonés a Pearl Harbor en 1941 y sentí que de nuevo iba a despertar un gigante adormecido. Hechos posteriores me inclinaron a pensar que quien está bajo ataque no son los Estados Unidos, sino toda la cultura occidental, con latinoamericanos incluídos.

Posteriormente, a tales hechos, seguí con atención la respuesta venezolana a tan abominable atentado y lamenté que nuestro Presidente no se pronunciara al respecto. También lamenté la quema de banderas norteamericanas por parte de seguidores del gobierno en la Plaza Caracas, lo cual no me extrañó, por el hecho de que en Venezuela existen grupos antinorteamericanos radicales, cuya conducta en un estado de libertad de expresión no constituyen delito alguno. No obstante, sentí, que ante la desgracia de un aliado y el método utilizado, la respuesta no era otra que de apoyo. Tardía, pero efectiva, fue la respuesta de Fidel Castro, la nuestra no llegó a ser respuesta de apoyo, y con los años, con estupefacción vi a un demente que yo llamo “Presidemente”, apoyar las teorías de una gran conspiración de los Estados Unidos contra ellos mismos, para tener una excusa para atacar al terrorismo a escala mundial.

Meses después, un hecho que llamó mi atención, fue el de la deportación desde los Estados Unidos, de un ciudadano venezolano de nombre HAKIM MOHAMED ALI DIAB FATTAH, quien según comunicación de la oficina del Agregado Jurídico a la Embajada de los Estados Unidos en Venezuela, Nº 199N-MW-41237, de fecha 4 de marzo enviada al Vice Ministro de Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior, quien habría sido deportado hacia nuestro país el siguiente 8 de marzo de 2002 y que arribaría al aeropuerto Simón Bolívar en el vuelo # 397 de Delta Airlanes con hora de llegada de las 9:29 PM.

La comunicación continuaba en la siguiente forma: “Fatttah fue arrestado por el Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN) de los EE. UU el pasado 18 de octubre de 2001, cuando se presentó en la oficina del SIN en Milwaukee para obtener una extensión de su visa B-2. Fattah no traía consigo su pasaporte y le fueron encontrados en su persona diferentes identificaciones bajo múltiples nombres. La investigación realizada por el SIN determinó que la visa de Fattah había expirado, que una petición anterior para extensión había sido denegada y que Fattah estaba trabajando en los EE.UU ilegalmente. El SIN también determinó que Fattah habia residido anteriormente en Newark, New Jersey y que había tomado clases de aviación en el área de New Jersey. De modo que el SIN contacto a nuestra oficina en Milwaukee y como consecuencia Fattah fue puesto bajo arresto.
La investigación del FBI reveló que mientras estaba asistiendo a clases de aviación en el área de New Jersey, Fattah hizo amenazas de que iba a hacer estallar un avión de una aerolínea Israelí. Fattah asistió a dos de las mismas academias de aviación a las que asistió HANI HANJOUR, uno de los secuestradores de el vuelo de American Airlanes # 77 que ese estrelló contra el Pentágono el pasaso 11 de septiembre de 2001.
De la entrevista efectuada a Fattah se desprende que Fattah nació y ha residido en Venezuela. Su padre, MOHAMMAD ALI, alegadamente es dueño de una tienda de ropa en Venezuela. Fattah produjo una tarjeta de presentación con la siguiente información acerca de el negocio de su padre: “Comercial Hermanos SAUD, Jefatura a Cristo, Edificio Tierra Santa, número 16, Maiquetía, Venezuela, teléfono 59-02-331-4145, telefax 58-02-332-5376. Fattah posee un pasaporte venezolano # B0761197 bajo el nombre de HAKIM MOHAMED ALI DIAB FATTAH, el cual fue emitido en Venezuela el 07/12/2000 y expira el 07/12/2005. Fattah posee dos previos pasaportes venezolanos expirados: (1) bajo el nombre HAKIM MOHAMED ALI DIAB FATTAH # 281350, emitido el 02/01/1996, expirado el 02/01/2001; y (2) bajo el nombre de HAKIM MOHAMED ALI DIAB FATTAH # 1071515, emitido el 02/08/1993, expirado el 20/08/1998.
Fattah ha estado en el pasado bajo tratamiento médico por problemas sicológicos y bajo medicamento. Un Juez determinó que Fattah fuese deportado fuera de los EE.UU. a consecuencia de haber extendido su estadía sin una visa, estar trabajando ilegalmente en los EE.UU y haber mentido al juez que estaba viendo su caso. En estos momentos Fattah no tiene ningún proceso pendiente con las autoridades de los EE.UU.”


Al revisar en los archivos de la DIEX, se determinó que DIAB FATTAH había solicitado su cédula de identidad el 13 de agosto de 1993 una semana antes de cumplir los 20 años, sin embargo, según la comunicación del gobierno de los Estados Unidos, tenía un pasaporte vencido que le había sido emitido el 2 de agosto del mismo año, es decir 11 días antes de que se le otorgara la cédula de identidad # 16.105.824.

Muchos detalles hubiesen salido en conclusión, si la DIEX hubiese tenido la oportunidad de interrogarlo y de contrastar su huellas dactilares de no haber sido porque una comisión de la DISIP a la cual se le había avisado de la deportación, entró hasta el avión y nunca salió por la salida de pasajeros para que se le efectuaran los peritajes correspondientes. Imagino, que este caso de encubrimiento fue ordenado desde el alto gobierno. Durante los días restantes no pude investigar más al respecto, pues el 11 de abril tomé la determinación de sacrificar toda mi carrera y mi posición dentro de las Fuerzas Armadas, al desconocer la autoridad del Presidente de la República que hoy día lleva el país a la muerte y a la destrucción. Para los venezolanos no habrá Patria, ni Socialismo, pero si habrá mucha muerte.

Actualmente, si usted acude al portal del CNE y coloca la cédula 16105824, podrá comprobar que HAKIM MOHAMED ALI DIAB FATTAH tiene una cédula venezolana y que no está muerto. Lo único que le falta es registrarse en el Registro Nacional Electoral.

domingo, 5 de septiembre de 2010

La oportunidad es muy clara.

El 26 de septiembre será el día de la gran encuesta.

Mi interés en el tema de los fraudes de identificación y la usurpación de identidad tiene su origen en los años iniciales de mi formación profesional. En los ya lejanos días de mi época de Subteniente, como comandante de un pelotón de Guardias Nacionales alumnos de la Escuela Forestal en Santa Bárbara de Barinas, observaba diariamente la actividad de mis vecinos, los efectivos de la Guardia adscritos a la segunda compañía del Destacamento Nº 14, en la que invariablemente, por ser una zona fronteriza, se efectuaba la detención y deportación de colombianos y otros extranjeros ilegales que intentaban franquear los puntos de control de la Guardia. También fui testigo de la cantidad de efectivos que eran capturados generalmente de manera flagrante, involucrados en el trafico de ilegales, sobre todo en la "trata de blancas".

También tuve la inolvidable experiencia de vivir de cerca el hostigamiento de la guerrilla colombiana contra nuestros puestos fronterizos y en especial el de El Cutufi, el cual durante mi estadía en la zona fue hostigado en innumerables oportunidades e inclusive, durante la acción más resaltante, fue objeto de ataque durante más de 8 horas, tiempo durante el cual un valiente subteniente y 19 Guardias Nacionales impidieron que el puesto fuera tomado por la guerrilla, lo que condujo a que en un alto al fuego se intentara una negociación en la que la pretensión guerrillera era que nuestros militares entregaran todo el armamento del puesto. El ataque se reanudó durante la noche y a la madrugada siguiente los guerrilleros abandonaron la zona.

Tiempo después, el subteniente ya había sido relevado del puesto y en una alcabala, durante una requisa a un autobús de Expresos Occidente, reconoció la voz, el rostro y los gestos de uno de los guerrilleros que hablaron con él en El Cutufí y lo detuvo. Ese día el subteniente fue enviado arrestado a su habitación por insubordinación, debido a que el detenido tenía cédula venezolana y el Capitán comandante de la unidad, quien no tenía las mejores relaciones con el subteniente, manifestó que éste estaba “loco” y que era una arbitrariedad la que estaba cometiendo. El oficial amenazó con pasar la novedad al comando superior si no se daba continuación a la investigación. El presunto guerrillero fue enviado a la ciudad de Barinas, donde finalmente fue dejado en libertad debido a que la cédula de identidad le había sido otorgada legalmente por la DIEX y no se pudo comprobar que fuera colombiano, a pesar de su acento y la falta de arraigo en Venezuela.

Las experiencias vividas en los comienzos de mi carrera profesional y muchas más, que consumirían páginas y páginas el describirlas, en las que el tema de la identificación de las personas continúo incidiendo en mi vida, hasta el punto que cuando realizaba el XXV Curso de Altos Estudios para la Defensa Nacional en el IAEDEN y debí presentar tres líneas de investigación tentativas para mi tesis de grado y no dudé en incluir entre ellas “Las vulnerabilidades del Sistema de Identificación Nacional y su influencia en la Seguridad y Defensa Nacional”. Dicha línea de investigación no fue aprobada y en su lugar tuve que optar por la tercera, referida a la seguridad alimentaria.

Quiso el destino nuevamente, que se cruzara en mi camino el tema, cuando en el año 2001, el entonces Ministro de Interior y Justicia, Don Luis Miquilena me convocó a su oficina para encargarme el delicado cargo de Director Nacional de Identificación y Extranjería.

El aporte vivencial de mi paso por la DIEX como director es abundante y extenso, lo cual no es el motivo de este escrito y por lo tanto lo obviaré por no ser pertinente. No obstante, la experiencia de mi lucha contra la ilegalidad y la corrupción imperante en la organización, me permite hablar con propiedad sobre como es este monstruo por dentro. La permanente interacción con funcionarios de larga trayectoria que me confiaron sus malas y buenas experiencias, entre ellas las relacionadas con la Inspectoría de Cedulación y las triquiñuelas de los gobiernos “democráticos” anteriores al adefesio socialista. Sobre la estructura y “modus operandi”, aprendidos, ensayados y perfeccionados en los múltiples procesos anteriores, se instaló la modalidad fraudulenta chavista; no con números mágicos que cambian de color, de partido o de sentido a la sola orden del jefe, ni con la multiplicación electrónica de los votos, no. El nuevo fraude es más de lo mismo, mas del viejo fraude: A su favor, votos fraudulentos de carne y hueso en las narices de testigos que no saben o no quieren hacer su trabajo y en contra del contrario, la instigación a la abstención, el incómodo traslado hacia distantes centros de votación, la intimidación, la operación morrocoy para provocar la deserción de las colas y el arma más peligrosa y mortífera, el rumor.

Si hay fraude, en los procesos electorales venezolanos siempre ha existido, el actual es de mayores proporciones, pero es derrotable. Si como lo sugieren las encuestas serias, el 30% de las tendencias políticas serían para el chavismo, el 33% para la oposición y neutrales el 37%, la tarea es hacer que los neutrales voten en contra del gobierno. Decir quien gana las elecciones parlamentarias es muy sencillo: Ganará aquel que logre hacer que el 37% se levante del chinchorro y vaya a votar.

La desventaja de la oposición, es que después de las 4 de la tarde, quienes no hayan salido a votar son empujados por los partidarios del gobierno y llevados a votar, conminándolos a que voten por el gobierno, mientras que la oposición a esa hora, es cuando se va a celebrar y a ver el resto de la jornada por televisión, muchas veces sin depositar su voto con las consabidas excusas: Ya ganamos, ya perdimos, vienen los chavistas a reprimir, ya es muy tarde, van a cerrar la mesa cuando me toque a mi o un voto más no es necesario.

Independientemente de quien saque más diputados, esto por la distribución de los votantes en los circuitos, el resultado será favorable a la oposición: Primero porque la oposición volverá con muchos o pocos diputados a la Asamblea Nacional y segundo, porque al haber convertido Chávez la elección de sus diputados en una gran encuesta sobre su influencia para captar votos, se sabrá la magnitud de su deterioro electoral, con miras a un 2012 más accidentado que el 2010 y que el 2011.

Por primera vez en años, se ve con mayor claridad la confusión, la desesperación y la desesperanza en las filas del chavismo, mientras que por el lado del pueblo venezolano, comienza a asomarse el poder que le pasará por encima a Hugo Chávez y a los politiqueros de la oposición.