sábado, 24 de octubre de 2009

Donde queda el infierno?: En Venezuela!

Ya no son algunos males los que afectan a los venezolano, es una epidemia.

La capacidad de aguante de los venezolanos ha sido notoria y manifiesta a través del transcurso de la vida política que ha corrido paralelamente a la vida del país. Los gobiernos de la era “democrática” se sostuvieron en el poder, gracias a esa capacidad de aguante, que más que una virtud, pareciera que es el peor de los defectos de nuestra población. En algunos momentos la he visto como indiferencia, otros como cobardía y en situaciones extremas la he percibido como la resignación del ser humano cuando siente el cañón de un arma o el filo de un cuchillo en su cuello y se enfrenta al último instante de su vida.

Si es cierto que en gobiernos anteriores el país estuvo mal, muy mal. Recuerdo que durante el último gobierno de Rafael Caldera, cuando en mi tesis de grado en el Instituto de Altos Estudios para la Defensa Nacional, al elaborar los escenarios en los cuales se apoyaría la relación causal que daría forma a las políticas de Estado recomendadas para palear una crisis en materia de seguridad alimentaria, mi equipo presentó un escenario pesimista con un barril de petróleo por debajo de los 10 dólares (tres meses después de presentada la tesis, bajó hasta los 7 bolívares por barril), los decanos del Instituto criticaron tal escenario por “extremadamente irreal” y mi tesis fue “premiada” con una baja calificación y personalmente, a mí se me envió a una conocida zona de castigo profesional como lo sigue siendo para los militares actualmente San Fernando de Apure (No obstante, al año siguiente, la tesis fue galardonada con el premio Presidente de la República, premio el cual aún me debe Chávez, aunque espero que lo doble y se lo meta en el bolsillo).

Recuerdo de esa época que hasta Raul Baduel, compañero de curso en el IAEDEN, se encontraba sumergido en un “bajo perfil” para evitar las dentelladas de los chavistas (calderistas en ese caso) de la época, idénticos en genio y figura a los actuales perseguidores de la verdad, la honestidad, la justicia y la dignidad.

Mientras tanto, otros como era mi caso, entablamos una desigual lucha contra las caras visibles de los poderes castrantes del bajo mundo político, los seguidores del General Rubén Rojas Pérez en los cuatro componentes de las Fuerzas Armadas, lucha que por lógica no estábamos en condiciones de ganar, como en efecto sucedió.

Además recuerdo entre otros al periodista José Domingo Blanco, Mingo, cuyo programa matutino (mis excusas por no recordar el nombre, pero en su lugar me acuerdo de “Los muchachos pa’la escuela sin cazuela”) levantaba comentarios adversos entre los lamebotas de Rojas Pérez, porque desnudaba diariamente la realidad que se iba presentando en el país y que provocaron que un día, algunos de ellos en un receso de clases, frente a los termos contentivos del café que nos mantenía despiertos durante las actividades académicas, concibieran la “magnífica” idea de mover sus contactos con el General Rivas Ostos, Director entonces de la DISIP, para que se iniciaran procedimientos de seguimiento policial y acciones de hostigamiento psicológico contra este periodista.

En esos días, como compañero de aula de los futuros generales de las Fuerzas Armadas, grado al que estaba seguro que no iba a ascender si seguían moviendo los hilos del poder las mismas fuerzas malignas, traté la mayoría de las veces en vano de visualizar alguno que disintiera de tal corriente; con la excepción de alguna oportunidad en que el entonces Coronel Guillermo César Hary se atrevió a hacer críticas académicas a la política económica del gobierno, todos los demás se manifestaban como auténticos institucionalistas, o mejor dicho, fieles adeptos al gobierno más que a la institucionalidad (Casi todos, años después furibundos Generales y Almirantes chavistas: Acosta Pérez, Valecillos, Pedro Negrín, Victor Medina, Julio Lara, Raul Baduel, etc.)

Pues bien, en esos dias, desde los cuales ya han pasado 12 años y también mucho agua debajo del puente, la situación del país se me presentaba insostenible. Ya en esa época se tenía la certeza que el sistema eléctrico nacional iba rumbo al caos, y en su tesis de grado sobre las vulnerabilidades del sistema eléctrico nacional y su incidencia en la seguridad y defensa del país, mis compañeros Ana Lucker y Alex Faria Rivero lo alertaban.

En el IAEDEN existían escenarios elaborados, cuyas premisas hoy son realidad, en los que se adelantaban los males de los que iba a sufrir el país si es que seguía en el rumbo en el lo habían colocado la ineficiencia, la corrupción y la politiquería. En los análisis situacionales que originaban tales escenarios, uno de los elementos de la relación causal era “el clientelismo político”, ese que en la Cuarta República se instalaba en todas partes de manera espontánea y en la Quinta de forma obligatoria.

Los males que el IAEDEN había pronosticado hoy se hacen una patente realidad: El deterioro de la calidad de vida del venezolano, evidenciado por el crecimiento inusitado de la inseguridad personal. La inseguridad alimentaria, evidenciada por el crecimiento progresivo de la dependencia alimentaria, la agonía del sistema productivo nacional frente a la economía de puertos y la merma de las exportaciones. El deterioro de la infraestructura nacional, patentizados por la debacle petrolera, el colapso del sistema eléctrico nacional y el de los sistemas distribución del agua. Por último el que se creía era el más improbable, el del establecimiento de un gobierno comunista en el país.

Lo verdaderamente triste es que después que el país ha recibido un ingreso que se acerca al billón de dólares (Un millón de millones y no el billón anglosajón de mil millones) y once años de desaciertos en todos los ámbito, el Indice de Desarrollo Humano de nuestra población, haya crecido por debajo del promedio del resto de los países latinoamericanos en el mismo lapso y ocupemos todavía el puesto número 28 en el índice de pobreza humana del mundo en desarrollo del mismo informe, detrás incluso de nueve países latinoamericanos que han tenido ingresos inferiores al nuestro.

La semana pasada, escribí sobre como veía el Presidemente del país el problema de la inseguridad personal y como en plena explosión de desfachatez se atrevía a comparar la existente en Estados Unidos con la existente en Cuba, “pasando por bolas” a Venezuela.

No había pasado el estupor de las declaraciones que hiciera sobre la inseguridad en USA y en Cuba, cuando reunió su “Consejo de focas Ministros” para volver a hacer el ridículo internacional con una nueva payasada al hacer sus recomendaciones para solucionar el problema de la escasez de agua en el país y para dar una salida al atolladero en el que se encuentra a propósito de las crisis eléctrica del país.

La caída de las siete torres de las líneas de transmisión eléctrica de 750 Kv en el tramo San Jerónimo – Valles del Tuy, hecho el cual fue adjudicado a “fuertes vientos” en la zona y a problemas de inestabilidad del terreno, por el Presidente de CORPOELEC, en tiempo record y sin que mediara estudio de seguridad alguno, aunado a que la vegetación de la zona no presenta indicios de actividad eólica intensa y que las bases de las torres se mantuvieron intactas, no hace más que confirmar las hipótesis referentes a la falta de mantenimiento, que son de vieja data; que se hicieron evidentes durante el gobierno de Rafael Caldera y que en casi once años este gobierno no ha atendido.

La infraestructura nacional se está cayendo a pedazos. Bajo nuestro suelo, deterioradas tuberías rinden los últimos momentos de operatividad luego del vencimiento de sus vidas útiles. Torres eléctricas, cables, conexiones, sistemas, edificios, oleoductos, gasoductos, autobuses, camiones, etc hoy son once años más viejos sin que se les haya dado el mantenimiento necesario, solo la infraestructura nueva y antigua que ha servido a las campañas electorales se mantiene en los niveles de mantenimiento seguro.

No es una tontería, son 11 años, a los que habría que agregarle algunos del funesto gobierno calderista, el iniciador de toda esta debacle. Todo el dinero que debía invertirse en Venezuela se ha invertido en otros países. En el mundo en estos instantes se están gestando revoluciones con el dinero venezolano, en países donde se encuentran instauradas dictaduras, las mismas se están prorrogando su existencia con fondos del erario público nacional y en las antiguas potencias se están reflotando industrias quebradas por la corrupción y la voracidad socialista, con los recursos con que debería estar apoyando a la producción nacional.

Ahora el flamante Presidemente, el mayor demandante de dólares del país para su seguridad y sus viajes, el venezolano más costoso que ha tenido Venezuela durante toda su existencia, en Consejo de Ministros tomó las medidas necesarias:

Los venezolanos, menos el Presidemente, tendrán que poner de su parte para que todo se solucione. Tendrán que ahorrar agua, luz, comida, comprar menos, mantenerse sanos y sería mas saludable para ellos que hablaran menos y trabajaran más para poder ayudar a los Presidentes de los “países hermanos”.

Como el Presidemente debía hacer algo más al respecto, nombró un nuevo ministerio, el de la energía eléctrica, para que se encargara del problema eléctrico y asunto concluido. El que criticó la enorme cantidad de Ministerios existentes, 16 en 1998, de un plumazo eliminó 2 quedándose con 14 y armando una alharaca por el despilfarro que tan elevado número constituía, hoy ha creado el ministerio número 29 y contando, porque ante cada nuevo problema la solución será nuevo ministerio.

Otra de las medidas que le inspiró el instante frente a las cámaras fue la prohibición de la importación de artefactos eléctricamente ineficientes, lo cual abrirá un nuevo frente en su lucha contra el Imperio y el “capitalismo salvaje” que hace que los venezolanos despilfarren la electricidad.

Por buen camino va este embaucador convertido en Primer Magistrado de la República más mansa del hemisferio. En medio del socialismo que pregonaba pudo haber elegido como paradigma a un país menos demolido y sacrificado que Cuba, pero optó por éste y parece que lo va a lograr. Convirtió los problemas que heredó el viejo Caldera en una epidemia contra la que los venezolanos no tenemos vacuna.

A los problemas internos, el actual gobierno nos viene a sumar otros de orígen externo: De Colombia, la llegada para actuar libremente en nuestro país de las FARC y el ELN como representación radical del Movimiento Bolivariano. De Cuba, el “hombre nuevo cubano”, ideologizado para propagar un sistema aberrante y caduco, emergido de la miseria, el hambre y el miedo. De Ecuador y Bolivia, un movimiento indígena traumatizado por la explotación y la miseria, tratando de insertarlo en nuestra marginada población indígena para exharcerbar el odio en el noble corazón de nuestras etnias. De Centroamérica, los restos de las fracasadas revoluciones para refrescarlas, entrenarlas y equiparlas, para reexportarlas en el momento preciso, con miras a continuar la lucha fratricida en sus países. De Europa el club de amigos de El Chacal para premiarlos por sus hazañas contra la humanidad. Y lo más peligroso, del lejano y medio oriente, nos trae envuelto en papel de regalo, el cual abrirá cuando todas las condiciones estén dadas, frente al asombro general, el más virulento y extremo fundamentalismo islámico, que según el Presidemente, acabará con “El Imperio”, pero que según los entendidos del tema, en su furia contra el occidente infiel, arrasará también con el mensajero.

Así, veo que las cosas en mi querido país poco a poco van tomando el rumbo que los comunistas internacionales habían planeado para la patria de Bolívar mucho antes de que Chávez apareciera en la escena, de tal manera que no lo culpo por la totalidad de nuestra desgracia, culpables de ella somos todos, nuestras generaciones, nuestros gobernantes. El trabajo viene desde mucho antes y el actual Presidemente de Venezuela solo es un peón en el intrincado, paciente y articulado trabajo de socavamiento de nuestra resistencia a la implantación del comunismo, pero todavía falta mucho para que se pueda materializar el trágico final reservado por Fidel Castro para Venezuela.

Mientras tanto, de lo que si estoy seguro es de que antes de que despierte el país, veremos en Venezuela escenarios que solo institutos como el IAEDEN hipotéticamente establecieron y contra los cuales se formaron nuestras Fuerzas Armadas y la clase dirigente de nuestro país. No creo que solo 11 años de soborno y chantaje hayan borrado todo lo erigido durante nuestra historia republicana. Tal vez la inminencia de que ocurra alguno de estos desastres o la vivencia del ingreso al comunismo por la puerta de la ruina termine por sacudir la fibra dormida del venezolano indiferente.

domingo, 18 de octubre de 2009

Chávez culpa a los venezolanos y receta:

“Hagamos exorcismo y saquemos esos demonios de la Patria”.

En un minuto y 59 segundos de video, un desvergonzado Presidente termina echándole la culpa a su propio pueblo, por la inseguridad cada vez mayor en el país que gobierna con todos los poderes en la mano desde hace 11 años.

Este cínico, apelando a una de sus características personales más resaltante, la de la desvergüenza, señala de “terrible, duro” el problema, del cual según él no escapan ni los Estados Unidos. En esto último estoy completamente de acuerdo con el Presidemente. En los Estados Unidos como todas partes existe la inseguridad es un problema, pero jamás se podría comparar con la existente en Venezuela. Ni siguiera los niveles existentes en Colombia podrían compararse a los venezolanos. Tal vez México podría calzar los puntos para tutearse con Venezuela, pero allí el 80% de los asesinatos cometidos en todo el país son asociados a la guerra entre cartel-cartel o policía-cartel.

El patético comediante dominical venezolano trepa a la cúspide de la desfachatez al comparar en materia de seguridad con los Estados Unidos, nada más ni nada menos que a Cuba, dejando deliberadamente fuera de cualquier comparación a nuestro propio país, ese al que él mismo ha introducido tantas armas para defender cuadra a cuadra su revolución, pero que mientras llega el momento de tal defensa, sus futuros “milicianos” practican la guerra “contra el Imperio” con sus propios ciudadanos.

Con su “asimétrica” comparación entre los actos violentos en Cuba y en los Estados Unidos, pareciera que el orate pretende señalar a los venezolanos que el destino de Venezuela para ser segura, es ser igual a Cuba. Será que en sus analistas de prensa no le hablaron de un estudio divulgado por la organización civil mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública (CCSP), según el cual Caracas es la segunda ciudad más violenta del mundo por homicidios, aún por encima de la ciudad más violenta de los Estados Unidos, New Orleands. Pero Caracas no es Venezuela; índices parecidos a los de Caracas se están presentando en ciudades con Maracaibo, Maracay, Valencia y Barquisimeto.

Acudiendo simplemente a una de las operaciones más sencillas de las matemáticas, me permitiré hacer una simple comparación a nivel país, conociendo las cifras promedio de muertos durante los fines de semana en Venezuela. Los Estados Unidos tienen una superficie de 9.631.418 km², frente a la cual, la superficie de Venezuela, de 916.445 km² representa un territorio 10.5 veces menor y si de habitantes se trata, nuestros casi 27 millones de habitantes frente a su 306 millones, es 13.42 veces inferior. La cifra de homicidios, por supuesto, en Estados Unidos son superiores a las de Venezuela, alcanzando casi 19.802 muertos al año contra 13.944 anuales en Venezuela, cifra que relativamente es casi 10 veces mayor en Venezuela por cada 100.000 habitantes.

Pues bien, de acuerdo a cifras publicadas por organismos críticos al gobierno norteamericano, en los Estados Unidos, la primera causa de muertes violentas son: suicidios 56%; homicidios 30%, incluyendo las muertes causadas por “intervención legal”, muerte por causas indeterminadas 13% y causadas con armas de manera accidental 1%.

Estos porcentajes son aplicables a un promedio histórico de 50.000 muertes violentas al año, lo que representa en homicidios, incluyendo la intervención de los organismos de seguridad, alrededor de 15.000 fallecidos al año (Según el FBI son 19.800 fallecidos o sean unos 5.5 homicidios por cada 100.000 habitantes).

El Presidemente Chávez nos refiere a Cuba, porque jamás podría explicarle a los venezolanos, que en Venezuela la cantidad de homicidios alcanza a 13.944 homicidios al año y que en consecuencia la rata por cada 100.000 habitantes es de 52 homicidios, es decir casi 10 más que su odiado imperio. Vale la pena recordar que estudios serios sobre este aspecto en América Latina revelan, esta estadística supera a los 24 homicidios por cada cien mil personas que se registran en México, los 23 que hay en Brasil, los 9 en Argentina o los 1.9 en Chile.

En los Estados Unidos, la mayor parte de las causas de homicidios son asociados a violencia doméstica y relaciones interpersonales, salud mental y consumo de drogas y alcohol, mientras que en Venezuela, la dos primeras causas son el robo y el sicariato.

En su corta pero vergonzosa exposición del problema a los medios, afirma el usurpador de la voluntad popular de los Venezolanos, que el problema “… no es policial, es social”, ignorando que el primer depredador de la sociedad venezolana es él mismo. Como si la culpa fuera de los venezolanos y haciéndose el “musiú” frente a un problema que crece día a día ante su rotundo fracaso durante 11 años de gestión de micrófonos y “Aló Presidente”.

Su profunda ignorancia lo lleva a afirmar que “la desigualdad, la exclusión, genera violencia”, como si echándole nuevamente la culpa a los males sociales, él y su gestión quedaran libres de todo pecado. El Presidemente ignora a propósito, que la mayoría de las personas afectadas por las bandas que actúan libremente en cada esquina, calle, barrio o pueblo, son personas humildes, generalmente seguidores de su movimiento presuntamente socialista.

En su escurridera del bulto y tratando de quitarse de encima su responsabilidad, irresponsablemente, como siempre, afirma “recibimos un pais con las más altas cargas de violencia, con los más altos grados de desigualdad que ahora hemos comenzado a remontar”. En eso tengo que concederle la razón, el país venía cargado de violencia y de desigualdad, quizás los peores males de la “Cuarta República”. En lo que no tiene razón es en esa partecita que deja colar a continuación, “ahora hemos comenzado a remontar”, con el perdón de ustedes, pero tengo que decir esta palabra, “Coño”, once años y casi un billón de dólares de ingreso después de haber llegado al poder y titán de la brutalidad y la ignorancia nos viene a decir que hasta “ahora hemos comenzado”. Nunca en toda mi vida había visto tanto “caradurismo” ante un pueblo… así como tampoco había visto un pueblo que se comportara como el venezolano ante tanta sinvergüenzura.

Inmediatamente a tan desafortunada explicación, nos recordó su sumisión a Fidel Castro, a quien quiere imitar en su gestualidad y sus expresiones, al brindarnos un sostenido y cubanísimo “eh”, pecado que no le está permitido a ningún Presidente que respete al pueblo que representa, pero ya sabemos que Hugo Chávez es un cubano más en Venezuela, de ahí su encaprichamiento y desprendimiento con la isla, frente a su indiferencia con los males de Venezuela.

Continúa casi al final de esos lapidarios 119 segundos, sosteniendo que “los problemas del capitalismo, del modo de vida capitalista del egoismo que degenera en violencia, atracos, bandas, secuestros, paramilitares…” son las causas de la inseguridad. Y dale con las causas nuevamente. Es como usted fuera al médico y este se empeñara en que el culpable de su enfermedad es usted mismo y junto con usted sus padres, abuelos y tatarabuelos, aduciendo que su enfermedad es genética y que para colmo, el clima del país donde usted vive también incide en su mal, es decir, que su enfermedad genético-ambiental se la buscó usted mismo por no haber nacido en el seno de otra familia y en otro país, por lo tanto, no le receta nada ni hace nada por aliviar su enfermedad, sino que más bien se empeña en que usted debe odiar a sus ancestros y pelearse con todos los familiares suyos que han sido exitosos y por último, que se haga un exorcismo.

Hugo Chávez, tal como el médico, cuando se trata de Venezuela se pierde en las causas de todos los problemas, la achaca la culpa a quien sea antes de aceptar su responsabilidad y al final no resuelve nada, sino que por el contrario termina enviando mensajes contagiantes de violencia y resentimiento. Venezuela representa para el Teniente Coronel de tropa “burrera”, una gigantezca versión de aquella cantina del ejército que administró y quebró en sus tiempos de Capitán, frente a la cual no tiene ningún tipo de recurso ni excusa que valga.

Con que propiedad va a hablar este infeliz bellaco acerca de “drogas, consumo de drogas, alcoholismo, todas esas enfermedades sociales” como causas únicas de la inseguridad, donde el principal motivo de la desigualdad es la “revolución” que ampara a las nuevas “boliburguesía” y clase media alta, verbo y gracia su propia familia, donde sus hermanos, primos y sobrinos desobedecen las “reglas” que este pseudo patriarca pretende imponer al resto de los venezolanos. Como se le ocurre hablar de tales enfermedades sociales, cuando sus períodos de gobierno han marcado hitos históricos de consumismo alentados por la voracidad de sus partidarios, que en la ruta de la riqueza súbita, han corrompido todo a su paso y donde la toxina dejada como residuo ha sido precisamente los mendrugos de dinero con los que el pueblo se ha sumado a la borrachera revolucionaria, ergo, como lo han hecho sus familiares de extracción humilde, quienes colocan en Internet fotografías de los eventos sociales y las comilonas en las que participan, sin poder ocultar su deslumbramiento por su acceso a las delicateses, licores, armas y otros que no se aprecian en las fotos pero si en sus caras embrutecidas, testimoniales que luego exhiben ante la red cibernáutica, como producto de su estado de omnibulación.

Por último, en los postreros segundos de esta joya documental, fiel a su apego a la brujería y a las creencias en las cuales se ha apoyado para tomar hasta las más trascendentes decisiones, recomienda que “Hagamos exorcismo y saquemos esos demonios de la patria”, dejando denotar su convencimiento de que solo por “arte de magia” va a poder hacer algo por su pueblo, porque en base a hechos concretos, como Políticas de Estado no va a poder ser nunca.

Por ahora, me imagino que explicación podría darle al reciente ataque contra dos escoltas del exgobernador de Lara o por el intento de asalto a la caravana de su ministro favorito Diosdado Cabello.

Resumiendo en 2 los vergonzosos 119 segundos de tan aleccionadora muestra de cinismo, mediocridad, ignorancia y falta de responsabilidad, el problema de la inseguridad en Venezuela es culpa de los Venezolanos, cuya solución pasa por convertirnos en una réplica de Cuba, de tal manera que al no tener nada que quitarnos se nos perdone la vida, mientras tanto no debemos esperar ninguna acción de su gobierno, sobre todo ahora que está ocupado atendiendo a otros países y por último, que para alejar a la inseguridad de los venezolanos, además de médicos, entrenadores y agentes secretos, para dar inicio a la Misión María Lionza, también traerá brujos cubanos.

Como resultado de la presencia de este Presidemente en Miraflores, cuyo lema “Patria, Socialismo o Muerte es repetido por sus seguidores en todos los estratos solo para complacerlo a cambio de sus limosnas, su acción de gobierno se reduce a que ha cumplido con una sola de sus tres consignas, pues nos ha traído, cero Patria, cero Socialismo y 13.944 muertes por año.

lunes, 5 de octubre de 2009

Chavez: “El elegido”

La verdad que poco a poco se yergue frente a nuestros ojos.

Hace cuatro años, cuando comentaba a algunas personas acerca de la posibilidad de que Hugo Chávez podría tener entre sus manos la posibilidad de “jugar con fuego” al ingresar clandestinamente al club atómico, la respuesta que obtenía era aquella a la que se han acostumbrado los venezolanos: “No vale, no creo”. Frase que hoy estoy seguro, ya no se atreven a pronunciar tan ligeramente, dadas las circunstancias que han propiciado recelo en cuanto a las “non santas” intenciones del orate que parece dirigir el país. Digo, “parece” porque de un tiempo para acá, también me ha dado por pensar que el pobre diablo no es más que el simple instrumento de una cónclave internacional de la izquierda, aquella misma que lo infiltró en el batallón de cadetes de la Academia Militar de Venezuela en el año 1971.

Al respecto, es evidente, que una vez afianzado en el poder y con la hiper abultada chequera petrolera a su disposición, intereses internacionales que planearon durante muchos años su venganza de la cultura occidental y específicamente contra los Estados Unidos, encontraron en este “ilustre” miembro de la organización donde se “pinta todo lo que esté inerte y se saluda todo lo que se mueva”, el espécimen perfecto para llevar a cabo sus maquiavélicos planes.

Tales intereses parece que encontraron un indio más a quien venderle unos espejitos, solo que esta vez de contrabando. Muchos son los indicios de que Hugo, “cumpliendo instrucciones” de cerebros con un mayor coeficiente mental que el suyo, el cual es muy fácil de superar, ha estado dando clandestinos y peligrosos pasos en el intrincado mundo de los minerales radioactivos. Aun a estas alturas, es posible que ni siquiera sepa que tan profundamente ha entrado en la tenebrosa red de la que no podrá escaparse. Es posible además, que mientras firma acuerdos y suscribe alianzas con la intención de meterle miedo a sus potenciales y reales enemigos, ni siquiera tenga la más mínima idea de lo que está discurriendo bajo las “faldas” de su alcahuetería con cuanto socialistoide o comunistoide se le presenta alabando su socialismo del siglo XXI.

Mientras Hugo Chávez, con sus dientes postizos en ristre abre la puerta de Venezuela a todos los que se autodenominan enemigos del “Imperio”, por el patio trasero de nuestra querida Patria, se le están colando peligrosísimos representantes del mal que demasiado tarde para nosotros aparecerán en escena para dejar en la humanidad sus horrenda huella. Estoy seguro, que en su inmensa ignorancia, este pobre “veguero” barinés no tiene ni la más mínima idea de los diablos que está desatando, ni el menor avizoramiento del daño que su nefasto pasaje por la primera magistratura del país la va a causar a todos los venezolanos y al resto de los latinoamericanos.

Hugo Chávez está a punto de emular la actitud de Fidel Castro en los años 60, solo que no se la está jugando con un solo enemigo de los Estados Unidos, como lo era Rusia, sino que ahora está jugando a la ruleta rusa con varios cartuchos en la recámara.

Unos cuantos artículos atrás, escribí sobre las similitudes del pastor Jim Jones, responsable de la masacre de Jonestown en Guyana, Fidel Castro y Chávez. Al respecto, señalé un aspecto histórico acontecido a raíz del descubrimiento de rampas para el lanzamiento de misiles soviéticos en Cuba :” Ante la alternativa de que Rusia, para evitar la confrontación retirara su aparato bélico, Fidel le escribe el 25 de octubre de ese año a Nikita Krushchev una carta donde le expone la inminencia del ataque norteamericano, pero le ofrece resistir a costas del sacrificio del pueblo cubano. Le escribe, “Puede usted estar seguro de que de una manera firme y resoluta resistiremos el ataque no importa su naturaleza. La moral del pueblo cubano está muy alta y el agresor será confrontado heroicamente”… “estamos listos para confrontar con serenidad una situación que consideramos bien real y bien inminente”.

Pues bien, hoy mismo, el periodista Alberto Montaner, escribe sobe el mismo tema y entre las líneas de su escrito, se refiere precisamente a ese pasaje de la historia y que estaría por repetirse. Veamos: “ Tiempo pasado. “The New York Times” reveló recientemente que, en los años ochenta, Fidel Castro volvió a solicitarle a Moscú la destrucción de Estados Unidos con un ataque nuclear preventivo. Ya lo había hecho en 1962, durante la Crisis de los Misiles, y dos décadas más tarde volvía a las andadas. ¡Ah, si él hubiera tenido armas nucleares otro gallo cantaría! Para el “máximo líder”, acabar con Estados Unidos ha sido una pasión intensa, recurrente y, por ahora, inútil.

La historia, divulgada por el Pentágono, se supo por medio de un informe confidencial del general soviético Andrian A. Danilevich, oficial del Estado Mayor de la URSS y persona encargada de explicarle al belicoso comandante algo bastante obvio: la catástrofe afectaría a todo el planeta, y muy especialmente a Cuba, que sería barrida del mapa y de la historia, como una especie de moderna Atlántida.”

Montaner presume, que tras las locuras que Chávez está cometiendo a espaldas de su pueblo, el operador maquiavélico no es nadie más que el decrépito carnicero cubano Fidel Castro y así termina su artículo: “El anciano dictador lleva medio siglo lamentando que Cuba no hubiera podido desarrollar armas nucleares, primero, porque la URSS no se lo permitió a ninguno de sus satélites; y luego, porque la isla carecía de recursos económicos, aunque contaba con el talento científico, comenzando por su propio hijo, el físico nuclear Fidel Castro Díaz-Balart. Por eso, el consejo más persistente que Fidel le ha dado a su discípulo Chávez ha sido ése: “hazte de un arsenal nuclear, como tenía Moscú, lo que te hará invulnerable y temido”. Chávez le está haciendo caso. Fidel lo convenció de que la subsistencia del socialismo del siglo XXI depende de que Venezuela disponga de armamento nuclear. Ese razonamiento también puede llevarlos a la tumba”.

Señor Montaner, le creo. Y no solamente le doy crédito a sus palabras, sino que además, me atrevería a enumerar una serie de indicios que apuntarían a que desde Venezuela se está preparando el asalto final contra los Estados Unidos, contra la cultura occidental, contra las creencias religiosas y políticas de Latinoamérica y contra la paz y la libertad de todos los americanos. Tales indicios comenzaron a notarse tan pronto como luego de dos años en el poder, Chávez, valiéndose de la esperanza y la candidez de los venezolanos, cambió nuestra Constitución Nacional, se alargó su primer período presidencial y abrió la posibilidad para mantenerse por mucho tiempo en el poder. En ese momento, sus actuales mentores y guías estratégicos en los campos político, social, militar y económico, determinaron que era el elegido que tanto tiempo habían esperado y que esta podría bien ser la última oportunidad de caer sobre occidente. Así comenzaron a presentarse.

Materialización del “Acuerdo Energético” con Cuba: Comenzó el éxodo de la inteligencia cubana hacia Venezuela, valiéndose de lo estipulado en materia migratoria en tal acuerdo por una parte y por otra, mediante el traslado “en secreto” de personal, no solo cubano, sino de otras nacionalidades, de manera subrepticia para trabajar en instalaciones básicas y estratégicas del Estado venezolano, como la represa Caruachi Caruao en el Estado Bolívar.

Vale la pena recordar, que en 1982, el General Marcos Pérez Jiménez, en una entrevista concedida a José Emilio Castellanos, señaló que se tenía un proyecto atómico en el Estado Bolívar.

Firma de una buena cantidad de acuerdos con Iran, como producto de los cuales, se instalaron en Venezuela industrias ensambladoras de tractores, bicicletas y autos, lo cual llevaba implícitos, al igual que el acuerdo con Cuba, términos migratorios que permitirían el ingreso de personal Iraní de manera legal al país.

No obstante, paralelamente ingresan a Venezuela de manera clandestina, personal proveniente del Medio Oriente, sin que ninguna autoridad pueda tener oportunidad de ver documentación personal alguna.

Firma de Acuerdos con Iran y Cuba, mediante los cuales, la administración y operación de los Puertos más importantes del país quedarían en manos de empresas de esos países.

El cumplimiento de los precitados acuerdos generó de inmediato la apertura del “vuelo fantasma”, un vuelo Teherán- Caracas-Damasco-Teherán, el cual no puede ser controlado por autoridad aeronáutica, migratoria o de seguridad alguna, el cual al llegar de Teherán sale cargado a Damasco, luego de dejar pasajeros “intocables” que son trasladados hacia Caracas sin trámite migratorio alguno.

Casi simultáneamente, fueron retiradas del Estado Bolívar unidades enteras de la Guardia Nacional, las cuales se substituyeron por unidades del Ejército compuestas por tropa ignorante y oficiales no preparados para cumplir con las funciones que ejercía la Guardia Nacional y fueron expulsadas del país las misiones de “La Nuevas Tribus”, a las que se les atribuían acciones de espionaje no convenientes para alguien quien tuviera algo que esconder en esas regiones.

A pesar que los yacimientos de Bauxita existente tiene reservas para siglos, el gobierno inició de manera innecesaria hace dos años, “presuntas” labores de exploración con personal iraní en la búsqueda de nuevos yacimientos.

La semana pasada, el ministro de Industrias Básicas y Minería (Mibam), Rodolfo Sanz, en el marco de la cumbre África-Sudamérica que se llevó a cabo en la Isla de Margarita, ratificó los planes del gobierno de estudiar las reservas de uranio al sureste y oeste del país. En sus declaraciones, el ministro comentó que las labores de exploración para el hallazgo de las reservas contaron con importante colaboración iraní. "Irán nos ha ayudado en los vuelos aereogeofísicos, en los análisis geoquímicos, tenemos reservas de uranio que las estamos detectando con Irán", explicó.

Anteriormente, Chávez había asomado la posibilidad de obtener asesoramiento argentino para el desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos y para la instalación de un reactor nuclear.

Llama la atención, que la mayoría de los científicos vinculados al área nuclear que trabajaban para el gobierno han sido despedidos y los que se mantiene en secreto es donde se están formando los nuevos científicos que podrían trabajar en la “industria nuclear”.

El tema se asemeja bastante al de los sistemas de armas rusos, los cuales se están quedando sin operadores y no se están prestando atención a la formación de sus reemplazos, no siquiera frente a los anunciados “aires de guerra”. Tal pareciera que Hugo Chávez tiene bajo la manga una solución de emergencia, donde los venezolanos no cuentan.

La constante amenaza de Chávez en la que involucra el tema de la energía nuclear, utilizando a terceras naciones como Rusia, Brasil, Argentina y ahora Irán como cooperantes, obedece a una táctica de diversión y de encumbramiento sobre sus verdaderas intenciones.

Sus asesores buscan agotar la matriz de opinión a fin de acallar denuncias o posibles advertencias. Algún día se le verá “la costura” al truco, pero para ese momento será tal vez tarde.





Durante los sucesos del 11 de abril del 2002, muchos de los que hoy son perseguidos por el gobierno de Chávez, pensaron que nuestras acciones eran temerarias, nuestros temores infundados y nuestras razones insuficientes. Hoy, el gobierno no tiene sonrojo en aceptar su carácter de “forajido”. Su poder mediático es aplastante: Hace tres meses el Ministro del Interior estaba al borde de la locura acosado por la exposición del gobierno como facilitador del narcotráfico; en los últimos días ya ni se habla del tema.

A mi modesto entender, la posibilidad de que Venezuela se arme nuclearmente es remota y de ocurrir, el período de tiempo para que ocurra no entra en de las posibilidades reales de Hugo Chávez. No obstante, nada le agradaría más, que estar en el escenario en el momento en que otras naciones pudieran usar el territorio venezolano para el desarrollo de tales armas y utilizar su materia prima para hacerlo posible, igualmente, usar el país como “cabecera de playa” para lanzar ataques terroristas con capacidad nuclear contra cualquier nación del hemisferio.

Los venezolanos cometimos un grave error al elegir por la vía electoral a Hugo Chávez como Presidente de la República. Nosotros lo convertimos en Presidente ELECTO y ahora descubrimos que lo hemos convertido en el ELEGIDO para servir a otros en una batalla más de la guerra de siglos entre el bien y el mal, una guerra en la cual vamos a tener que tomar partido queramos o no.