domingo, 22 de marzo de 2009

Los "tuqeques" militares venezolanos

Asquerosa herencia de la IV República que trata de subsistir al precio que sea en el Socialismo de Chávez.

Una de las formas despectivas que los militares utilizamos para referirnos a aquellos repugnantes individuos que ante sus superiores, solo son capaces de contestar “Ordene” y “Entendido” antes de lanzarse en rauda carrera a cumplir cualquier orden, por muy absurda que fuera, era llamarles “tuqueques”. Así, al escuchar que alguien era un “tuqueque”, inmediatamente ya sabíamos que cualidades se les estaba atribuyendo.

Juraría que todos ustedes saben que es un Tuqueque (Thecadactylus), ese pequeñísimo reptil que todos hemos visto alguna vez en alguna casa y que actúa beneficiosamente al alimentarse de insectos como arañas, cucarachas y moscas. Hasta ahora seguramente no encuentran la similitud entre el tipo de militar al que más adelante voy a referirme y este útil y simpático animalito, pero la misma no crean que tiene que ver con la función que cumplen, sino con un movimiento “afirmativo” que el pequeño reptil realiza cuando se dedica a sus labores.

Durante los 31 años de mi vida que dediqué a la Guardia Nacional, conocí a muchos “tuqueques” a quienes llegué a odiar profundamente, porque contrariamente a lo beneficioso que puede resultar un pequeño Tuqueque para una vivienda, el “tuqueque” militar puede resultar muy peligroso, dependiendo de la orden que se le imparta.
Muchos “tuqueques” llegaron incluso a ser, gracias a la habilidad que desarrollaron, comandantes generales de sus Fuerzas, como producto del pisoteo de los méritos y excelentes gestiones de sus compañeros, con mayor vocación militar, potencial profesional, capacidad y aptitudes para el mando.

En plena vigencia de la IV República, estos “tuqueques” atendiendo a los deseos que su pequeño cerebro reptiliano transformaba en órdenes, obedecían a superiores, políticos, ministros, gobernadores, alcaldes, senadores, diputados, empresarios, incluyendo a sus respectivas esposas, amantes o amigas, y en general, a cuanto individuo con poder para influir se les acercara, generando como primera señal perceptible para el peticionario, un genuflexo y acentuado movimiento afirmativo, invariablemente acompañado por un “no se preocupe”, “no hay problema”, “entendido”, “sus deseos son órdenes”, “no faltaba más”, “de inmediato me ocupo de eso”, etc acompañado además por una cabeza gacha, un apretón de manos o un golpe seco de tacones.

Acto seguido, la repudiable transformación de la caricatura militar vil y arrastrada, en el prepotente y autoritario “Jefe” frente a sus subalternos o a quienes deberían ejecutar la orden, reforzada con amenazas de arresto, cambios a zonas inhóspitas o calificaciones bajas. Muchos subalternos de estos “tuqueques” copiaban el modelo y así la estirpe se iba reproduciendo de promoción en promoción, de tal manera, que la revolución de Chávez cuenta con un buen número de “tuqueques” con los cuales aterrorizar al país.

El ejemplo más reciente, es el triste espectáculo generado por los comandantes de la Armada y la Guardia Nacional durante el Aló Presidente del pasado domingo 15 de marzo. En la cara de estos dos “tuqueques” degenerados, se llegó a notar un rictus de vergüenza en el momento en que vocalizaron el “entendido” de rigor, pero su instinto primitivo de reptiles fue más poderoso que sus conciencias y no esperaron ni siquiera que el desvergonzado show terminara, porque de inmediato comenzaron a emitir desde allí las órdenes necesarias para dar cumplimiento a la orden ilegal impartida por el loco que tenían en frente. Sus neuronas no llegaron a hacer la sinapsis necesaria para que se les iluminara por un segundo la senda del bien y la cordura, al contrario, su entrenamiento en el abominable arte de sacarle provecho a sus posiciones privilegiadas dentro de las Fuerzas Armadas, hicieron que por su mente desfilaran en esos segundos todos los beneficios que podrían obtener una vez que fueran dueños y señores de los puertos que les ordenaban tomar.

Al comandante de la Guardia no le importó en ese momento la usurpación de funciones en la materia de Resguardo Nacional y Seguridad de Puertos en las que incurrirá la Armada en El Guamache y Puerto Cabello, ya encontrará que negociar a cambio, pero créanme que el de la Armada de inmediato si recordó la histórica apetencia de este componente por tales funciones.

Pero el peligro que estos “tuqueques” representan para el país y para los venezolanos no solo se refiere a la toma militar de estos puertos, la cual no pasa de un acto simbólico, porque de hecho la Guardia Nacional está presente en todos ellos, sino que se trata de una maniobra para producir cambios a nivel operativo dentro de los mismos, desplazando a los tradicionales contrabandistas para reemplazarlos por elementos vinculados a la seguridad de Estado con fines inconfesables. Que materiales de naturaleza no ventilable públicamente van a circular de entrada o de salida por dichos puertos? La militarización presupone la salida de muchos civiles inconvenientes dentro de la estructura operacional de los puertos y la creación de áreas de seguridad dentro de los mismos, donde elementos extranjeros ejercerán el control y la seguridad interna.

Con cada paso que Hugo Chávez da, está simplemente haciendo un reconocimiento o “tanteo” de la disposición de sus “tuqueques” para cumplir sus órdenes sin racionalización o discusión alguna, lo que le permitirá ir escalando en sus exigencias, hasta que tenga la seguridad de que otras órdenes ilegales serán cumplidas con total exactitud. Tal vez no llegue el día en que Hugo Chávez en medio de su show mediático llegue a ordenar: “… y si el pueblo se pone cómico, me le caen a plomo” pero si en la obscura intimidad de Miraflores, tal como lo hizo un 11 de abril, a través de una red clandestina como la red “Tiburón” impartirá las órdenes necesarias para que sus “tuqueques” manchen nuevamente con inocente sangre venezolana, sus manos y sus conciencias, mientras que él descaradamente busca en quien descargar su culpa

domingo, 15 de marzo de 2009

Nuevo pasaporte venezolano

“Inviolable”, el “mejor del mundo”, según Tareck El Aissami o instrumento seguro para el terrorismo internacional.

Al escuchar el día de hoy al Director de la ONIDEX y Ministro del Interior y Justicia señalar como un logro extraordinario la modernización del pasaporte venezolano, no dejo de sentir tristeza por mi país, por sentirlo inerme y a merced de las mentiras de unos cuantos investidos de poder y de inmunidad o de impunidad. Actualmente, solo a un ignorante se le puede ocurrir poner en juego la poca credibilidad que tiene, al permitirse afirmar sin el menor análisis, simplemente repitiendo como un loro lo que los vendedores de tecnología le dicen, que un dispositivo electrónico es inviolable.

Sin entrar en detalles, para refrescar muchas memorias, quiero recordar que el pasaporte que hace sentir tan eufórico a este ministro, es el mismo anunciado para el primer trimestre del año 2007 por el entonces director Hugo Cabezas, solo que en esta oportunidad, seguramente para estar a la par de los 45 países que están usando la última tecnología en pasaportes electrónicos, además de transcripción digital de la información biográfica y las impresiones dactilares, también contará con la información biométrica del usuario del documento y el sistema de transmisión de información RFID (Indentificación por Radio Frecuencia), por lo que cualquier discrepancia con el portador, sería indicativo suficiente para que se efectuara una revisión más exhaustiva en un puesto migratorio.


Me alegro muchísimo por los venezolanos, pues más vale tarde que nunca y ahora seguro que podrán utilizar los servicios electrónicos en los terminales de inmigración en los puertos y aeropuertos del mundo que los posean, con mayor rapidez y seguridad, pero no crean que tal “salto tecnológico” lo está dando el gobierno por su propia iniciativa. Definitivamente no, por el contrario, es una respuesta tardía a las exigencias de la OACI para facilitar la defensa, más que lucha contra el terrorismo internacional.
Pero… Seguro que con los nuevos pasaportes se terminarán las falsificaciones? Pues déjenme dec
irles que si, solo en parte, porque los falsificadores comunes, armados de tijeras, goma, cámaras fotográficas, scanners o fotocopiadoras y planchas a vapor pasarán a ser solo historia, pero los tecnológicamente adelantados, encontraran en ellos nuevos retos que superar. De hecho, ya existe abundante controversia al respecto en Europa y los Estados Unidos (http://actualidad.terra.es/internacional/articulo/nuevos-pasaportes-electronicos-falsificarse-facilidad-2668517.htm). Sin embargo, la problemática que podría presentarse en Venezuela escapa de la óptica actual de los países preocupados por el terrorismo y es en esa dirección hacia donde encauso mi punto de vista.

Al igual que yo, muchos venezolanos están persuadidos que nos encontramos frente a un Estado de hecho terrorista, con peligrosos vínculos con regímenes caracterizados por bárbaras retaliaciones por motivaciones políticas y religiosas, para quienes occidente es el enemigo que hay que aniquilar; aunque los chavistas parecieran ignorar que Venezuela está enclavada en la tajada geográfica más apetecible del hemisferio occidental. También es conocido, aunque muchos venezolanos todavía se nieguen a creerlo, que nuestro país sin saberlo, se convirtió en refugio de muchas de las lacras de la tierra que huyeron de sus países para escapar de la justicia y también de inocentes escapando de la injusticia, gracias a nuestro vulnerable y corrupto sistema de identificación, ese que permitió que ingresaran a nuestro territorio, entre miles, dos personas: Hakim Mohamed Ali Diab Fattah, con cédula y pasaporte venezolano, involucrado con el grupo de terroristas que derribaron las torres gemelas de Nueva York, deportado de los Estados Unidos para Venezuela el 5 de marzo del 2002 y Hazil Muhammad Rahaman Alan, con cédula y pasaporte venezolano, el hombre que fue detenido en el aeropuerto de Gatwick en Londres con una granada fragmentaria M-26 a la que llamó “un micrófono para el mundo”.

Estos dos individuos, cuyos documentos de identidad, cédulas y pasaportes, fueron maliciosamente reportados a los gobiernos de Estados Unidos e Inglaterra como falsos por la cancillería chavista, cuando estos gobiernos solicitaron información, no lo eran (http://www.vetu.tv/Docs.html ), pues habían sido expedidos legalmente desde oficinas de la DIEX, con materiales legítimos y estaban debidamente registrados en nuestros archivos, solo que para su entrega se había conjugado la connivencia del funcionario con la entrega de altas sumas de dinero.

En la actualidad, todo el que quiera tener documentos de identidad venezolanos, bien sea cédula o pasaporte, lo puede hacer con solo dar respaldo a cualquiera de las vagabunderías del gobierno, o es que no ha sido probado hasta la saciedad en los casos de guerrilleros colombianos, quienes inclusive se han hecho legalmente ciudadanos venezolanos, si no, que lo diga Rodrigo Granda Escobar (a) El Canciller de las FARC.

En tal sentido, de acuerdo al ministro Tareck El Aissami, cuando un funcionario de la ONIDEX bolivariana le expida un pasaporte “inviolable” a cualquier terrorista internacional identificado como Hugo Rafael Rodríguez Chacín, con todos los datos biográficos del difunto Juan Pérez y sus propios datos biométricos, este puede tener la plena seguridad que ningún otro camarada podrá usar su pasaporte,para entrar a un país enemigo para practicar su deporte terrorista, sino que por el contrario, la tecnología RFID, permitirá que no tenga que hacer largas colas detrás de los pasajeros que no tienen pasaporte electrónico y que su ingreso a ese país sea rápido y seguro.


Solo existe un problema: Que excusa dará el gobierno venezolano cuando en “el imperio” o en otro país del no agrado de Chávez se descubra a uno de estos Hugo Rafael con documentación legítimamente otorgada por el Estado venezolano?

Será entonces cuando el ministro-director El Aissami tal vez considere cambiar su concepto de inviolabilidad del pasaporte venezolano y se retractará de haber dicho que era el “mejor del mundo”: Ministro, aquí el “fácilmente violable e inseguro” es nuestro país. En venezuela no habrá necesidad de falsificar pasaportes, porque el gobierno bolivariano falsifica personas.


El sistema sigue siendo vulnerable, porque lo operan funcionarios acostumbrados durante años a violentar toda norma legal y moral, sin embargo, en la actualidad se agrega un nuevo elemento, el miedo unas veces y otras, la fanática fidelidad a un gobierno, que diariamente le ordena al mismo funcionario que otorgue documentos sin hacer preguntas, a misteriosas personas acompañadas siempre de funcionarios de la DISIP o de sus jefes dentro de la ONIDEX.

domingo, 8 de marzo de 2009

Eduardo Samán: Héroe de la batalla "Areperas del Medio"

Surge un nuevo paladín de la Revolución Bolivariana.

Desde la época de vigencia adeco-copeyana, nuestro maltrecho país ha sido víctima de los oportunistas de oficio, quienes como producto de reuniones y recomendaciones accedían a cargos públicos con el objetivo de enriquecerse en vez de cumplir con una función pública eficiente.

Para lograr sus objetivos, estos “trepadores públicos”, sobre todo los de alto vuelo, se aprovechaban de las debilidades de personajes en niveles superiores del gobierno, para lograr la figuración necesaria para hacerse acreedores al codiciado puesto. Las armas favoritas eran la adulación, el desprestigio de su posibles rivales, el incondicional apoyo político, la entrega de sobornos, etc. Raramente se veía a uno de estos especímenes haciendo acopio de virtudes para impresionar a los elementos con poder de decisión sobre su futuro, porque podría resultar contradictorio, por representar un peligro inclusive para quienes iban a “darle de comer”. Igualmente, escasamente en el curriculum del postulante o aspirante al cargo, aparecía la defensa del pueblo o de los derechos humanos, o alguna misión divina con fines altruistas, como el objetivo perseguido con el cargo en cuestión. No había enemigo que combatir, adecos y copeyanos eran cuasi hermanos, los políticos con tendencias izquierdistas se quedaron atrapados en el romanticismo y los guerrilleros se habían transformado en políticos y habían decidido dejar de llevar plomo por andar en los montes tratando de “libertar” a quienes decían, “con AD se vive mejor” o “Caldera me arregló la casita”.
En la nueva Venezuela, porque indudablemente, la República Bolivariana de Venezuela es otra república en la forma, pero no en el fondo, existen igualmente trepadores públicos, quienes tienen a su disposición una mayor variedad de recursos para convencer a los niveles con poder de decisión para “darles un carguito”. Actualmente existen miles de peligros para la Revolución y para su comandante: La CIA, la burguesía, la oligarquía, la contra revolución, los escuálidos, el magnicidio, el imperio, los golpistas, los latifundistas y ahora, ante la falta de accionar de estas amenazas, las areperas, las arroceras, y los “cómicos”, nueva causa de expropiación.

En este escenario, llama la atención la aparición de un nuevo personaje, aparentemente, bien formado en el ámbito académico, profesor universitario y de fluida expresión verbal, aunque con una dicción y tono intermedio entre Fidel Castro y Rafael Ramírez y claramente marcado por el sesgo revolucionario a la moda Lina Ron o Valentín Santana.

Este personaje emergido de una larga lucha en las filas de la revolución bolivariana, de la cual casi sale en el año 2003 cuando fue destituido del Servicio Autónomo para la Propiedad Intelectual (SAPI), aparece de lleno ejerciendo influencia como en el Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (INDEPABIS), luego de una pasantía re-introductoria a la revolución en el Servicio Autónomo Nacional de Normalización, Calidad, Metrología y Reglamentos Técnicos (SENCAMER). Actualmente, ha “coronado” sus esfuerzos al ser nombrado hace pocos días, Ministro de Comercio, gracias a su incesante repetición de “frases cohete”, que al fin llamaron la atención del líder de la revolución.

Asiduo a cuanto medio de televisión o radio se prestase a la propagación de sus frases pro defensa de la revolución o mejor dicho, pro defensa de sus objetivos, Aporrea.com, Venezolana de Televisión, etc. Saman, presa del síndrome “Di Martino” lanzó a las ondas hertzianas comentarios como “estamos frente a un nuevo golpe de Estado en cámara lenta”, “Estamos frente a una conspiración, que genera problemas de abastecimiento y desarrolla una campaña mediática para generar compras nerviosas”, “No hay escasez, sino problemas con el abastecimiento”, comentarios que se repetían incesantemente, hasta que le líder las oyó y le hizo realidad su sueño sin tener que concursar en el American Idol.

En su trayectoria, ejecutorias y expresiones, el nuevo ministro no puede dejar de parecerse al ex alcalde de Maracaibo Gian Carlo Di Martino, quien de simple carcelero de Sabaneta, difamó y difamó hasta que obtuvo permiso para postularse como alcalde y luego como gobernador, intento éste que le cortó las alas “por ahora”. Saman, tal vez creyéndose predestinado por lo del Samán de Güere, vió recompensados sus esfuerzos y ahora desde el ministerio que le regaló su patrón, tratará de profundizar su propia revolución, invadiendo campos de competencia en Conatel para poder “vigilar” las emisiones de radio y televisión en la búsqueda de conspiradores mediáticos, así como las dependencias por las cuales transitó para evitar que su huella de socialista puro sea borrada por sus “indignos” sucesores.

En las nuevas batallas que le esperan, este farmaceuta, se lanzará sobre las areperas como actividades delictivas y sobre los medios que se atrevan a denunciar escasez de cualquier producto, en clara contradicción a su líder, quien si admite que hay escasez, pero que la misma es culpa de los productores. Desde ya, le auguramos el más rotundo fracaso en su misión, es decir, que será promovido a cargos más importantes por la revolución bizarra y para el recuerdo de los venezolanos quedará, el ministro que de 18 ó 20 bolívares bajó el precio de la arepa de jamón a 1,50 por unos días. Veamos cual será el precio con el que le va a salir al país el lunes próximo, el cual, por ser un poco más apegado a lo concertado con sus amigos areperos socialistas, logrará el milagro de la rebaja de casi un 30% y condenará a los venezolanos, hasta que la revolución dure, a comer arepas más pequeñas y con menos relleno.

Mientras tanto, que se preparen las pasteurizadoras de leche, panaderías, restaurantes y cuanto oligarca desestabilizador impulsador de la inflación exista.

domingo, 1 de marzo de 2009

El mayor mentiroso que Venezuela ha parido

Su compulsión por mentir, lo hace víctima de su propio engaño.

Cuando a la tardía edad de 14 años, lograron mis padres que tomara la primera comunión, no fue ninguna novedad para mí que en las clases de catecismo a las que debía asistir, me enseñaran junto a un grupo de niños, casi todos menores que yo, los diez mandamientos de la Ley de Dios. En efecto, ya los conocía, bien porque había asistido años antes a las clases de catecismo en la iglesia, hoy Basílica de Táriba, o porque en mi casa fui reprendido en muchas ocasiones por violar uno de ellos. Y cual podría ser el que un niño de mi edad podía transgredir, si no era “No dirás falso testimonio ni mentirás”. Tal vez, por no haberlo aprendido como una clase de catecismo, sino como experiencia de vida, es que aún sigo pensando que podría ser el más importante del precitado decálogo. Porque éste, podría ser seguramente el primero que los seres humanos transgredieran como paso previo a cualquiera de los otros, y hay, quienes desde muy temprana edad se convierten en maestros insignes de su consumación.

Tal es el caso del venezolano, que por razones obvias, jamás, en el uso de sus atribuciones, podría mentir. Y me refiero al Teniente Coronel, que gracias a la voluntad de nuestro pueblo, tuvo acceso a la primera magistratura del país y que también, gracias a su desidia, la conserva.
Pero es el caso, que no ocurre así. Este extraño personaje, de reconocida capacidad memorística, en cuyo cerebro solo hay cabida solo un par de cualidades: Junto con la habilidad para memorizar por repetición pero no por racionalización, quedó algo de espacio para una asombrosa capacidad de construir mentiras y una no menos notable destreza para el descaro y la deshonestidad.

Cuando en el mes de julio de 1999, este energúmeno colocó sobre mis hombros los soles de General de Brigada, su palabra de felicitación por mi primer puesto junto con su exhortación a cumplirle honrosamente a la patria en los años venideros, me parecieron sinceras y honestas y tal vez, pecando de ingenuo aún a mi edad, durante algunos meses creí, si no me equivoco, junto a una inmensa mayoría de los venezolanos, que al fin, nuestra querida Venezuela había encontrado el camino que había perdido. Pero en los aciagos días del deslave de Vargas, cuando en vez de consultar al pueblo o a su conciencia consultó a Fidel Castro, rechazó la ayuda que el gobierno norteamericano ofrecía al pueblo venezolano, las alarmas se comenzaron a disparar dentro de mí y así comenzó el doloroso tránsito del desengaño hasta el despertar de la realidad. Como individuo, comencé a experimentar la sensación de que había sido timado y que de alguna manera tenía que reparar el craso error de mi credulidad. El tiempo me daba la razón cada día, así como también despertaba a muchos otros oficiales que habían depositado su fe en un proyecto más social que político: Habíamos sido engañados. Pero la sensación de pérdida que nos atenazaba era cada vez más grande, cuando veíamos que gran parte del país, continuaba embelesado escuchando, primero tímidas mentiras, pero que con el paso de los días eran más y mayores y obstinadamente persistía en esperar a que tan singular presidente cumpliera con sus promesas.

El resto de la historia ya todos ustedes la conocen y estoy seguro, que junto a muchos más, cada quien está haciendo lo que la patria necesita para su recuperación. Mientras tanto, el mayor mentiroso que haya conocido Venezuela, continúa creyendo que está engañando a todo el mundo, sin darse cuenta en su ceguera, que todos los días no menos de mil venezolanos despiertan de su letargo y que el término de sus días de mentiras se acerca mil y tantas veces, cada vez que los rayos del sol despiertan a Miraflores. Se que muchos desean que en vez de mil fueran un millón de desencantados diariamente, pero los pueblos dormidos a veces tardan en despertar por si mismos y eso no lo ve Hugo Chávez. Este personaje, inmerso en su ignorancia no percibe que “diariamente” pierde gratuitamente más posibles seguidores, que los adeptos que logra concentrar por un pago frente al “balcón del pueblo” en una semana de convocatoria. Y lo que es peor, en su desvarío del siglo XXI, edifica mentira sobre mentira, bajo la falsa creencia que el pueblo al que un día perteneció, continúa adormecido por su palabra avejentada y vacía.

Mientras tanto conspira indistintamente contra Venezuela, contra sus aliados y hasta contra sus aduladores, a quienes también les miente. Sobre éstos últimos, filtraciones sobre la intimidad de Hugo Chávez, han dejado saber, que fiel a su antigua costumbre de violador del noveno mandamiento, “No desearás a la mujer de tu prójimo”, utiliza a sus hombres de confianza, generalmente a su ministro de Comunicación e Información o al ministro de la Secretaría de la Presidencia, para que “le aproximen” a las damas que él les indique a espaldas de sus esposos y a algunas con pleno consentimiento del “presunto agraviado”. Víctimas han sido el gremio periodístico, la banca y empresarios, de éstos algunos modestos cuyo mayor bien era la ligereza de su esposa o familiar.

Con igual o mayor desparpajo, trata de prostituir a la jerarquía eclesiástica, tal como lo hizo por intermedio de Luis Reyes Reyes al traer desde Barquisimeto al padre Adolfo Rojas Jiménez, coordinador de las Escuelas Bolivarianas en el Estado Lara, para rebajar la Santa Misa y la imagen de Cristo a una bochornosa salutación al estilo del Tercer Reich solicitada a los presentes por el mismo cura. Todo esto bajo un guión concertado con La Habana, donde se van a comenzar a anunciar “apariciones milagrosas de Fidel Castro”.

Sin duda alguna, que Venezuela se encuentra frente al mayor mentiroso que el país haya visto, al difamador más feroz que haya parido esta tierra en toda su historia, al hereje y blasfemo más descarado que registren los anales de la iglesia venezolana y el peor traidor de sus amigos y de un noble pueblo que ya no es el suyo.